Orange Drama

Vuélveme a querer.

-Esta idiota no va a hablar por las buenas Daemon y no podemos matarla, es nuestra única pista.- dije en voz baja, alejando a Daemon un poco de Corel tomándolo por el brazo. 

-Pues no, lo sé, estoy abierto a ideas mi ama.-

-Primero que nada, deja de decirme así, estás haciéndome dudar de mis malditas decisiones y segundo... Creo tener una idea.-

-Oh sí, la idea me gusta, a pesar de todo no eres tan estúpida... Mi-a-ma...- enfatizó lo último susurrando en mi oído, sabía como volverme loca.

Daemon tomó a Corel con fuerza y sacó todo lo que tenía en los bolsillos, la cateó como un policía profesional (o un pedófilo violador) lo cual me irritaba un poco pero tenía que callarme. Sacó de ellos varias cosas hasta que se dio cuenta de que lo importante no era lo que llevaba en los bolsillos, sino el dije que le colgaba del cuello: Una pequeña perla negra.

-Daemon...- lo detuve, sabía que de alguna forma él entendía lo que pensaba.

-Sí.- e intentó arrancarle el dije del cuello, pero un impulso como electricidad oscura se interpuso alejando la mano de Daemon al toque.

-No crean que me van a quitar algo que es mío así de fácil...- espetó Corel.

-Eres una basura... Ya sé, te arrancaré la cabeza y asunto arreglado, podré tener a ese mierdecilla en mis manos de una vez por todas.- contestó Daemon, molesto.

-Para Tori debería ser sencillo sólo tomarlo, es decir, con su poder actual puede prenderla en llamas si quiere con solo chasquear los dedos.- interrumpió Natsumi.

Acerqué la mano lentamente hasta el cuello de Corel, la electricidad oscura me atacó también pero no dolía más que los toques de feria y cuando estuve a punto de tocarlo Corel se rindió.

-¡Está bien! ¡Está bien! Me rindo, les diré dónde está.- chilló.

-Eso no es suficiente, tómalo Tori.- retomó Daemon.

-Está bien, si eso no es suficiente, ¿Qué te parece el corazón de ella?- dijo, señalándome con la mirada- Te será cien veces más útil que este, que me mantiene a mí con vida.

-¿Tú sabes dónde está?

-Sí. Él lo ocultó para que nunca lo encontraras aún si lo asesinabas, pero deben prometerme que no le dirán que lo traicioné. Dos por uno, Laos y el corazón, por mi cabeza que me gusta donde está.-

Daemon y yo nos miramos un segundo y eso bastó para tomar la decisión.

-Sabes que si nos traicionas te daremos de comer a los puercos de Gula, ¿Verdad?-

-Ewww... No, por lo menos merezco algo más digno, como... Que los de Envidia me envenenen, al menos. Adelante, el lugar no está muy lejos de aquí, después de todo estuvieron ahí hace poco.-

Kuro y Mary se quedaron a descansar mientras los otros cuatro caminábamos detrás de Corel a quien mi familiar llevaba con una gruesa correa como si fuese un sabueso de cacería. Hacía señas de "¡Por aquí!" recordándome a Smeagle, quise reírme pero no era buen momento.
Llegamos al borde de la vieja cantera donde se erguía apenas bardeado por unas pocas piedras un ancho pozo. Corel metió la cabeza en él y, con mucho esfuerzo, sacó un cofre negrísimo de entre las piedras de la pared.

-Está dentro, sólo no sé cómo abrirlo.-

Natsumi cerró los ojos por unos minutos y echó la cabeza hacia atrás, suspirando.

-Ewww... Ustedes no pueden abrirlo, pero sé quién sí. Demonios, hacen mucho ruido cuando se lo proponen. Debemos volver.- dijo.

La seguimos colina abajo de regreso a la casa de Ali, cuando llegamos Kuro y Mary se encontraban con Sara en la cocina, recuperando fuerzas.
Cuando Sara vio a Corel se horrorizó, estaba enojadísima.