Capitulo 13.- "Te amo"

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Pov. Hipo:

Llegamos a casa aún sorprendidos de nuestro hallazgo.

Seguía siendo de día... Me preguntaba si además del parentesco físico, ese enorme dragón blanco tendría todas las características de un Furia Nocturna.

La idea de que los furias de color negro y los de color blanco estuvieran destinados a ser pareja me llamaba la atención. Es común ver a otras especies variar en el color de sus escamas, ¿pero un Furia Nocturna?, ¿Me estaré perdiendo de algo más?, ¿Habrán más Furias Nocturnas en algún lugar del mundo?

Eran sólo algunas de mis preguntas...

El asunto del Brillo Nocturno no era en lo único que me tenía adentrado en mis pensamientos, lo que más inundaba mi mente era lo que hacía que reflejara una amplia sonrisa. Desde el día que supe que me convertiría en padre tenía esa inmensa felicidad que intentaba explotar desde mi pecho. Aún con lo que pudiera pasar a mí alrededor: recordarlo me hacía volver a sonreír.

La noche después de la celebración, Astrid y yo nos la pasamos imaginando y haciéndonos ilusiones con nuestro futuro bebé. ¿Será niño o niña?, ¿Qué nombre le pondremos? Empezamos a decir nombres al azar, nos reíamos al ver que coincidían nuestros gustos por los nombres que mencionábamos.

¿De qué color serán sus ojos? Era otra de nuestras tantas preguntas. En lo personal me encantaría que tuviera los hermosos ojos de su madre, tan azules como el mar y el cielo, tan hermosos como zafiros de intenso color...

La familia Hofferson siempre ha tenido descendencia de ojos azules, cabello claro y potente espíritu, era muy probable que tuviera los ojos de ella.

Imaginábamos como seria pasar tiempo con él o ella, decíamos frases que seguramente usaríamos conforme fuera creciendo: Yo diría —"Bájate de ese árbol"—. Astrid reía y me respondía como si fuera una niñita: —"¡Pero papá!".

También me imaginaba como sería su cara de asombro y emoción cuando volara en un dragón por primera vez; cuando tuviera su compañero propio, saliera a volar y aprendiera a hacer acrobacias. A esto siempre agregaba —"Por supuesto bajo mi supervisión y cuidado"—. Astrid rodaba los ojos divertida al oírme decir aquello, ella por supuesto sabía que dejaría fluir mi sobre protección sobre nuestro hijo, por lo cual no me culpaba, estaba segura que se comportaría de una manera semejante.

Ella siempre tenía en cuenta que ser protector y cuidadoso era parte de mi personalidad, claro; cuando no se trataba de mí. Yo en lo personal soy más independiente y despreocupado de mí mismo, eso es más que evidente... No sé porque. creo que así funciono.

En fin. No había mucho movimiento en casa, Bocón se sentía intrigado con la dragona que acabábamos de traer, mientras que mi madre se encargaba de cuidarla y atender sus heridas.

Eret, los gemelos y Patán habían vuelto a sus ocupaciones. Aún no teníamos señales de Patapez, quien seguramente no tardaría nada en venir cuando se enterara de que el Brillo Nocturno se trataba de una bella Furia Nocturna alvina. Debía de estar en su casa continuando su investigación; el mercader Johann había llegado antes que nosotros a la costa y seguramente mi estudioso amigo había huido con todos los libros que trajera el comerciante. Seguía siendo emocionante para él saber más sobre este sospechoso dragón, que, bueno... ahora ya no es tan sospechoso.

Yo me hallaba perdido en mis pensamientos, sentado en el sofá de mi casa, donde antes solía sentarse mi padre.

La Brillo Nocturno estaba sobre una gran tabla de madera, en una camilla sencilla donde aún permanecía inconsciente. El golpe había sido muy duro y era evidente que tardaría en despertar, aunque esto facilitaba las cosas para mi madre, era más fácil limpiarla y tratar sus heridas de esa forma. Aún así estaba atada a la enorme tabla: tenía correas de cuero en su boca, patas y alrededor de su cuerpo. Esto era por seguridad, no sería cómodo que despertara en otro lugar, rodeada de vikingos y cosas desconocidas; podría alterarse y resultar lastimada o terminar lastimando a alguien, eso seguía preocupándome.

El Secreto Del Brillo NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora