Epílogo.

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—Lamento que no hayamos podido soplar las velas—dijo mi madre con ojos llorosos en la puerta.

El ataque de George la había afectado y todo. En realidad nos había afectado a todos.

—No sucede nada...—dije intentando forzar una sonrisa pero en la parte mas egoísta de mi estaba muy triste porque nadie recordó que hoy era mi cumpleaños con todo el revuelo.

—En casa te espera tu regalo—me sonrió.

Había dos opciones.

O se olvido y no compro nada.

O es muy grande para traerlo hasta aquí.

Me despedí de mi madre, que luego vería en una semana cuando volvamos.

Oh volver a la realidad. Que feo suena.

Ya no quedaba nadie en casa y nos acercábamos a las cinco de la tarde.

Cerré la puerta tras que todos repentinamente se hayan ido después de la partida de George.

Leslie lloraba en el sillón y Matt la consolaba.

Yo se que ellos podrán.

Dos días después...

—¡ODIO LA CRISIS!—al parecer Jace se levanto de malas...

—No estamos  en crisis—le recordó Leslie mientras desayunaba waffles con Nutella. Hay que satisfacer a la embarazada.

—¡SÍ LO ESTOY! ¡NO SÉ QUE HACER!

—Tranquilo y siéntate.

El pelinegro tomo asiento al lado de Matthew, ya estábamos desayunando.

—En una semana nos vamos de aquí y ...

—No te quieres ir—dedujo West.

—¡No!—exclamo— No quiero dejar a Sky.

—Fue un amor pasajero—Leslie lo apoyo, o por lo menos lo intento.

—Mh ¿Qué haré yo con Alisson?—se alarmo West—¡¿Cómo no lo pensé antes?!

Mire a Aaron preocupada. Pobres.

—¿Nunca oíste hablar de un amor de verano?—pregunto Leslie.

—Leslie, deja de ponerlos tristes—le pedí.—Una relación a larga distancia no suena mal—intente remediarlo en vano.

—¡Claramente suena mal!—dijo Jace— Mientras ustedes se besan—nos señalo—Y tienen hijos— señaló a Matt y a Les.— Yo tengo que verlos ya que mi novia esta a 300 kilómetros.

—Tranquilízate Jace— dijo Matthew— Halláremos una solución.

—Exacto—dijo Leslie atragantándose con sus waffles.

—Ya me dio hambre—dijo Jace y se sentó en la mesa.

Por otro lado West estaba con la mirada perdida en su taza de café.

Y me sentí mal por el.

—Tranquilo—dije apretándole la mano— Seguro encontraremos una solución.

El me sonrió agradecido.

—¿Qué haremos hoy?—pregunto Leslie.

—Tu comer eso esta claro, Gordis—se burlo Aaron—Ahora el apodo gordis tiene mucho mas sentido...

—¡Deja de decirme así!—exclamo— ¡Tu no eres el que tiene que alimentar a cuatro personas mas!

—Ella tiene razón—señale.

¡Aléjense, Playboys! (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora