Recordatorios.

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La peliazul se quedo estática en su lugar, sentía que si se movía siquiera un poco Elizabeth se le lanzaría encima como leona tras su presa. Aunque aquello era absurdo, ¿no?

-Mejor verdad -se retracto al escuchar el reto.

-No se puede cambiar la elección -dijo la pelilila sentándose con los brazos cruzados.

Heather asintió y se levantó del suelo limpiando su falda. Tragó en seco cuando Neith le tomó de la mano acercándole a él. Esto debe ser una broma. Se dijo a sí misma.

-No puedo hacer esto -susurró mirando el suelo.

-Ya lo has hecho una vez. Esto es igual -le acarició la mejilla y luego le tomó de la barbilla alzando su cabeza.

-Neith... -le miró a los ojos antes de que sus labios entraran en contacto con los de él.

Cuando sus labios se rozaron Heather sintió que su corazón daba un vuelco dentro de su pecho, como si luchara por salir de este. Los labios de Neith eran suaves y fríos al tacto.

Elizabeth se acercó a la fuente y se sentó en el borde moviendo el agua con la punta de sus dedos. Se giró a ver a sus amigos y sonrió cuando se separaron y le miraron.

-Heather, ¿quieres ir a mi casa? Algo me dice que Neith necesita tiempo para él solo -se levantó y tomó de la mano a su amiga llevándosela con ella.

-¿Crees que es cierto que le guste?

-¿A Neith? No sé que decirte. Él es indescifrable, ni siquiera yo puedo hacerlo así que te recomiendo que dejes que el tiempo lo diga todo -le sonrió y soltó su mano cuando salieron de la casa.

La peliazul asintió y se dejo guiar por Elizabeth hasta su casa, cuando entraron Dylan apareció en la estancia como siempre lo hacia, repentinamente. Se sentaron con él frente al televisor cambiando de canales esperando a encontraron algo bueno.

Dylan se cansó y subió a jugar a su habitación dejando a las dos chicas solas.

Heather tenía una duda rondando en su cabeza y necesitaba aclararla.

-Effy...

-No me molesto el beso entre Neith y tu si es lo que vas a preguntar.

-¿Segura? Es que... no sé...

-Heather -se acomodo para quedar frente a frente- Él es mi mejor amigo, como mi hermano, que me guste Neith sería como cometer incesto y creeme que esa idea no es de mi agrado -le sonrió.

-Es que ustedes pareces ser muy celosos el uno con el otro -mordió su labio inferior.

-Ah, eso. Bien, Heather; Dejame explicarte -se acostó sobre el sofá dejando su cabeza sobre el regazo de su amiga- Neith y yo siempre hemos estado acostumbrados a ser solo nosotros, ¿entiendes? Estamos acostumbrados a tener nuestra atención puesta en el otro, en nadie más, pero ahora nuestros intereses están cambiando y bueno... en cierto modo nos hace sentir celos ya que ya no estamos centrados el uno del otro. Es algo raro, pero espero que entiendas, creo.

-No, tranquila. Lo entiendo perfectamente -asintió.

-Me alegra -se sentó volviendo a mirar la pantalla.

Elizabeth había cambiado desde el pequeño incidente, de una manera muy mínima, pero lo había hecho. Heather ya no sabía en que momento le decía la verdad y en cual le mentía.

La pelilila miró de reojo a Heather, tenía las palabras atrancadas en la garganta, quería decirle la verdad, pero aquello sería una muy mala idea, ¿cierto?

Purple EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora