6 meses después...
Elizabeth se estacionó frente a la casa de Neith y tocó la bocina un par de veces hasta que el rubio salió con su mochila colgada al hombro. Ella estiró su brazo y abrió la puerta del copiloto.
-¿Genevive te compró esta carcacha? Vaya que es considerada.
-No lo escuches, bombón. Sólo es un envidioso -le habló al auto.
-¿Le llamaste bombón? No voy a estar cerca de ti si te mantienes llamándole así.
-¿Recuerdas cuando tenías 11 y nombraste a una de tus pijamas Ernald? Oh, claro que no lo recuerdas.
-Graciosa. En todo caso tenía 11, tengo una excusa, ¿cuál es la tuya?
-No necesito una excusa para llamar a mi auto como una de las chicas súper poderosas -abrió la guantera y sacó una cajetilla de cigarrillos.
-Vaya, ¿qué es eso? ¿Quieres sentarte en jardines ajenos y fumar mientras cantas canciones de Cindarella?
-Es el último paquete que abriste. Tiene hasta el mechero adentro -se la entregó- Y no estaría mal ese plan si siquiera me gustara fumar.
-Eso se puede arreglar -se colocó un cigarrillo entre los labios y lo encendió. Le dio una calada y luego posó el cigarrillo sobre los labios de su mejor amiga.
-Asco -gruñó mientras tosía a causa del humo- No se te olvide que a diferencia de ti, yo apreció mi vida.
-Tanto como para cortarte las venas.
-En especial para eso -sonrió.
-¿Sabes que me dijo Annabeth? -le dio otra calada al cigarrillo.
-Déjame adivinar, ¿Heather sigue enamorada de ti?
-¿Es que acaso tienes poderes sobrenaturales?
-Quizás yo sí contesto el celular -rió.
-No es mi culpa que deteste ese maldito aparato del diablo.
-Suenas igual que mi abuelo.
-¿Ese que te manda $20 dólares por tu cumpleaños o el que te dice Elisa?
-¿Qué más da?
El rubio se encogió de hombros mientras echaba su cabeza hacía atrás apoyándola en el respaldo del asiento. Expulsó el humo y se giró a ver a Elizabeth. Tarareaba con emoción la canción que sonaba en ese momento por la radio. Casi parecía apunto de ponerse a bailar. No pudo evitar el soltar una carcajada.
-¿Te estás burlando de mí? -lo miró acusatoria antes de volver a poner sus ojos sobre la carretera.
-No es mi culpa que parezcas una desquiciada.
-Gracias por ese cumplido.
-¿Pasaremos por las chicas?
-Sólo por Annabeth, Heather me llamó y dijo que tomaría el autobús. Al parecer volvimos a cuando teníamos 14 y ella se ponía nerviosa al verte.
-¿Qué tan nerviosa?
-Hasta el punto de meterse bajo las mesas -murmuró.
-Interesante.
-No -dijo rotundamente.
-No, ¿qué? -respondió él sonriendo.
-Sé lo que esta pasando por tu retorcida mente de adolescente encantador y no.
-Oh, vamos, Effy.
-¿Acaso crees que está bien? Ni siquiera sería divertido. Además, ella es nuestra amiga y según tienes bien entendido también estabas jodidamente enamorado de ella -apretó con fuerza el volante.
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Purple Eyes
AcakElizabeth Snow es la chica a la que siempre encontraras sonriendo, ocultando sus ojos con lentes al estilo John Lennon y sus inseparables botas de agua celestes con pequeñas margaritas, pero sobre todas las cosas siempre la encontraras junto a su me...