Epílogo.

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Tomó la última caja y la subió sobre la cama, al abrirla encontró algunas cosas de Neith así que volvió a tomar la caja y la llevó hasta el cuarto de su mejor amigo.

-¡Mira lo que encontre! -dijo mientras entraba y se sentaba sobre la mesa- Son los juguetes que tenías de pequeño. ¿Amy en serio guardo todo esto? -tomó unas figuras de acción jugando con ellas en el aire.

-Deja eso -se las quitó y volvió a guardarlas en la caja cerrándola.

-Uy, perdón -se tendió sobre la cama- Estoy agotada. Mudarme nunca había sido tan difícil.

-Eso es porque antes tenías a personas que desepacaran por ti -siguió guardando sus cosas en los cajones.

-Que buenos tiempos -suspiró- Deberíamos llamar a las chicas a ver que tal les va a ellas.

-No creo que haya sido buena idea que se mudaran juntas después de cómo terminaron.

-Son mejores amigas antes que todo. Además, Beth no es rencorosa. Podemos ver eso cuando encerraron a sus padres y ella no dejo de llorar en semanas.

-Aún me parece irreal que Heather la haya engañado.

-No fue un engaño como tal. Fue sólo un beso.

-De todas formas no debió haber pasado. No sabes cómo estuvo Beth todo ese tiempo, no paraba de hablar de ella. Te aseguro que ella aún sigue enamorada.

-¿Y tú? ¿Sigues enamorado de Heather? -su voz había cambiado por completo, había pasado a ser suave y comprensiva.

Neith se giró para mirarla y se apoyó en el armario.

-No -contestó encogiendo los hombros- Heather hace parte de mi pasado, de mi presente y estoy seguro que también de mi futuro, pero a pesar de lo mucho que la quiero ya no la veo de ese modo.

-Estoy feliz por ti. A ver si te consigues una novia después de tanto, ¿eh? -sonrió incorporándose- Una como Vanessa no es aceptada en esta casa -aclaró apuntándole con su dedo.

-Lo tengo claro -le sonrió de vuelta.

-¡Voy a llamarlas! -corrió fuera del cuarto de su mejor amigo y cuando volvió a entrar fue con la computadora en sus manos.

-Han de estar ocupadas, Effy. ¿No te cansas de molestar? -le dijo.

-Ni un poco -dijo mientras abría sesión y llamaba a Annabeth.

Pasaron pocos segundos antes de que la pelinegra contestara del otro lado. Tenía el cabello recogido en un rodete y gafas de pasta negra sobre sus ojos.

-Hey -saludó ella con una sonrisa.

-¿Qué tal todo allí?

-Aún hay mucho por desempacar y Heather se largó a yo no sé dónde. Voy a matarla -puso los ojos en blanco demostrando su exasperación.

-Ya regresará -le dijo Neith aún guardando sus cosas.

-¿Qué tal todo allí? -le preguntó Annabeth ignorando al rubio.

-Ya hemos organizado casi todo, nos faltan sólo unas cajas de debemos bajar al sótano del edificio.

-Genial, entonces pueden venir ayudarnos.

-Nunca sugirió eso -Neith se sentó junto a Elizabeth.

-Por favor. Ahora soy tu maldita hermanita y debes ayudarme en todo -colocó sus manos juntas.

-Lo máximo que puedo hacer por ti es llevarte de comer y hacerte compañía, pero ¿ayudarte a desempacar? Primero me hago amigo del imbécil de Derek.

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