El grupo prohibido.

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Un año después.

Sus ojos morados estaban posados sobre los de Heather, azules como el mar, ladeó la cabeza preguntándose cualquier cosa que no viniera al caso en ese momento. La peliazul rió y apartó la mirada.

-Has perdido -sentenció Elizabeth.

-Me declaro culpable -elevó las manos al aire.

Una pelinegra paso corriendo a su lado, captando su atención, los ojos de ambas chicas la siguieron hasta los vestidores de la piscina.

-Voy a ver... -le avisó la pelilila antes de ir tras la chica.

Avanzó hasta los vestidores con cuidado de no ser escuchada, entró y se dejó guiar por los jadeos y el llanto. Se fijó debajo de los lavabos y su boca se abrió de la impresión.

La chica la miró con los ojos llenos de lágrimas y soltó una pequeña cuchilla, haciendo que resonara contra el piso. Ocultó su muñeca bajo su gran jersey y salió de donde estaba.

-¿Qué haces aquí? -preguntó pasando sus manos por sus ojos.

-Yo...

-Vete de aquí, Elizabeth -se miró al espejo y se apoyó en el lavabo.

-No -fue lo único que salió de su boca. Luego se dio cuenta de que era una respuesta vacía- Tu nombre es Annabeth, ¿cierto?

-Sí, ese es mi nombre -dijo molesta.

-¿Qué hacías ahí? -inquirió acercándose a donde se encontraba.

-Como si no lo supieras -repuso con ironía.

-No eres capaz de decirlo -se colocó a su lado viendo sus ojos a través del reflejo.

-Me cortaba, ¿feliz? -dijo entre dientes.

-¿Por qué?

-Porque se me pegó mi regalada gana -se giró a verla.

-No deberías hacerlo.

-Habla el intento de suicida -Elizabeth sonrió.

-Eres agresiva -se sentó sobre el lavabo.

-Y tu imprudente.

-Me han dicho eso muchas veces -balanceo sus pies de atrás a adelante- ¿Recuerdas cuando me regalaste una margarita marchita?

-¿Qué con eso?

-Dijiste que las cosas que fueron hermosas nunca pierden su belleza por completo.

-Sé lo que dije.

-Tú eres esa margarita.

-¿Intentas burlarte de mi?

-¿Qué ganaría con eso? -la miró a los ojos.

-No respondas a una pregunta con otra. Es de mala educación.

-Mi madre me ha dicho que no tengo buenos modales -sonrió bajándose de donde estaba.

-¿A dónde vas? -le preguntó observando que se dirigía a la puerta.

-Corrección, ¿a dónde vamos?

-¿A qué te refieres?

-¿Quién es la maleducada ahora?

-¡Basta! -la pelilila rió.

-Vamos con mis amigos, Annabeth -suspiró yendo hasta ella y halándole de la mano.

-¿Con el desdeñoso y la rara?

Purple EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora