Capítulo 3: La vida de un niño de cuatro años sí que es difícil.

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

Salió de entre los matorrales y Edward corrió hacia ellos, con el semblante preocupado.

- ¿Cómo esta?-pregunto Edward preocupado al encontrarse frente a Bella y Christopher- ¿Estás bien Flash?-pregunto dirigiéndose a el niño en brazos.

El niño asintió y se volvió a esconder en el cuello de su mamá, respirando su olor, era como estar en casa.

-Estamos bien Ed, vayamos a casa-dijo mientras con su brazo libre tomaba la mano de su novio e iban por sus cosas para después ir a casa.


Ya no tenía ganas de helado, lo único que quería era llegar a su casa, que su mami le leyera un cuento y dormir la siesta con ella como lo hacían antes de que apareciera Edward.

Estaba muy cansado y sus ojitos se cerraban solos.

Bella volvió a mirar hacia el asiento de atrás, Christopher estaba dormido. El niño le había metido un gran susto, solo quería tenerlo abrazado todo el día y llenarle su carita de besitos para comprobar que seguía con ella.

Pero lo que más le preocupaba eran las dos palabras que había escuchado de su bebe, no quería ni pensar en que se hubiera convertido en una mala madre.

Era cierto que ya no pasaban todo el tiempo juntos, es cierto que ahora que Chris estaba más grande tenia mas necesidades, ocupaba más dinero y por consiguiente tenía que trabajar más, también es cierto que pasaba tiempo con Edward, pero de lo que estaba segura es que aunque llegara cansada a casa, siempre tenía tiempo para charlar, jugar y poder educar de su hijo para que sea un hombre de bien.

Nadie dijo que ser madre soltera fuera fácil, pero sabía que Chris la comprendía.

Había días que ella se pasaba todo el día leyendo los escritos que le mandaban, cuando era así parecía que Chris comprendía que no podía jugar con él y solo se sentaba cerca de ella a jugar en silencio mientras le hacía compañía. Agradecía tanto a la vida por darle a un pequeño como Chris.

Se encontraba en el asiento del copiloto con su mirada aun fija en el pequeño, Edward ahora manejaba.

-Cariño ¿estás bien?-pregunto Edward sacándola de sus pensamientos.

-Si amor-suspiro mientras ponía su mano en la rodilla de su novio.

Encontrar a Edward hace un poco ms de un año fue como una bendición, era el mejor hombre del mundo, pues muy pocos hombres aceptaban tener relaciones serias con mujeres con hijos, Edward había aceptado desde un principio que ella y Chris venían en el mismo paquete. Sabía que Edward amaba a Chris como propio aunque el sentimiento del niño no era reciproco. Tal vez era muy pronto pero ya podía visualizarse a su lado teniendo una vida feliz a su lado.

- ¿Segura?-Edward sabia que a su novia le pasaba algo-Bella, lo siento. Yo debería de haber cuidado a Chris, debería haberle dicho que no era seguro jugar.

-Edward, amor cálmate, te creo y sé que este renacuajo planeo todo aunque le salió el tiro por la culata-se acerco a él y le dio un beso en la mejilla.

Cuando Edward estaciono el coche en la entrada de la cochera aun iban en silencio, antes de que Bella pudiera sacar a Chis, Edward le susurro que él lo hacía, Edward lo tomo en brazos mientras Bella cerraba con seguro las puertas del auto, caminaron en silencio hasta la puerta de la casa.

El pequeño de mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora