Bella sintió como la brisa del mar, la envolvía y hacia que sus cabellos flotaran frente a ella impidiéndole la visión del mar azul. Su risa resonó por todo el lugar cuando intento apartarse su cabello y este volvió a cubrir su cara. Unas risas se unieron a las de ella, una risa que podría identificar en cualquier lugar.
Sintió unos brazos envolverse a su alrededor, tomo sus manos entre las de ella y entrelazo sus dedos. Suspiro de felicidad, nunca había estado tan tranquila en su vida, podría quedarse para siempre en ese hermoso lugar. Sintió como su esposo la volteaba hacia él, acariciando su cara en el proceso, retirando los rebeldes mechones que se volvían a escapar. Su esposo se rindió y acerco sus labios a los de ella, pero el beso duro muy poco para su gusto, se trato de acercar de nuevo pero solo recibió, de nuevo, un corto beso en los labios. Gruño molesta y escucho la risa de su esposo, se intento acercar, pero no sintió los labios de su esposo.
Volvió a gruñir molesta, pero en esa ocasión los labios de su esposo se acercaron a ella, cerró los ojos por la sensación. Cuando los abrió se encontró con la cara de su esposo que la miraba sonriente, ya no se encontraba en la playa, se encontraba en la habitación que compartía con su esposo Edward.
—Buenos días gruñona —Bella hizo un puchero y se trato de esconder bajo las cobijas.
—Buenos días —dijo entre un bostezo.
Edward bajo la cobija y descubrió el cuerpo de Bella que estaba abrazando a su almohada y estaba a punto de caer de nuevo en el reino de los sueños.
—Te amo—dijo antes de besarla. Bella le regreso el beso y abrió un ojo sospechosa. Edward seguía casi sobre ella sonriendo a punto de hacer su "movimiento".
— ¿Qué intentas hacer Edward?
— ¿Yo? Nada, ¿no puedo decirle a mi bella esposita que la amo? —dijo con el orgullo herido.
—Claro que puedes, pero no cuando pones esa cara que sé lo que significa. Además los niños ya deben de estar por levantarse.
— Por favor, rápido. No hemos hecho nada desde que los gemelos se enfermaron, bueno desde que Megan enfermo y Anthony fingió que también estaba enfermo —Edward rogó y Bella no pudo evitar sonreír por la actitud de su esposo.
—Estoy cansada, anoche dormí hasta tarde abrazando a los gemelos.
—Por favor—volvió a suplicar.
—Bien, pero con una condición—Bella levantó su dedo sonriendo.
—La que quieras —Edward la besó sonriendo.
—Yo estoy a cargo.
—Pero... bueno está bien —Edward se rindió, pero por dentro estaba emocionado, le encantaba cuando su mujer estaba al mando, pero tenía una hombría que salvar.
—Bien... entonces—en menos de un segundo Edward se vio con su espalda contra el colchón y Bella sobre su regazo — Vemos que podemos hacer con usted Señor Cullen —Bella puso su dedo en su barbilla — ¿Amordazarlo? ¿Amarrarlo? ¿Tentarlo hasta que ya no puedas? No intentes tocar —Bella advirtió que Edward estaba empezando a pasar sus manos por sus piernas —Creo que usare todas —Edward asintió ansioso — quédate aquí, no te muevas — Bella le guiño un ojo y bajo de la cama, directo al cajón de las corbatas de su esposo.
— ¡Mamá! Mamá, mamá.
Bella y Edward dirigieron su mirada hacia la puerta.
No otra vez no. Edward pensó. Amaba mucho a sus hijos, pero también quería tiempo con mamá Bella sin tener que compartirla.
ESTÁS LEYENDO
El pequeño de mamá
FanfictionEdward y Bella son novios, pero Bella tiene un pequeño hijo de cuatro años. Este no se llevan muy bien con Edward, pues cree que le robara a su mami. Ahora que Edward le va a pedir matrimonio, debe ganarse al pequeño, pues tal como le dijo una vez B...