Capítulo 7: Gruñido de dinosaurio

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

Estaba sumergida en un profundo sueño, después de hablar sobre el padre de Chris, Edward y Bella habían tenido una magnifica noche amándose. Pero ahora los rayos del sol le daban en la cara, decidió voltearse y seguir durmiendo. Y lo hubiera logrado, si no fuera porque alguien jaló la cobija dejándola totalmente desnuda.

—Edward—dijo con la voz ronca y moviéndolo sutilmente del hombro — ¡Edward!—dijo un poco más alto.

—Mmh—Edward siguió en posición fetal tapado hasta la nariz, volteado al lado contrario de Bella.

—Eres un bruto, me has quitado la cobija.

—Mmh —Edward murmuro y siguió durmiendo.

—Tengo frío—Empezó a jalar la cobija para taparse, pero Edward uso su fuerza para que la cobija no le fuera arrebatada. —Cariño—Bella habló melosa en su oído.

—Mmh—Bella puso los ojos en blanco.

—Cariño—se acercó a él y besó su oreja—Cariño—siguió dando besos por el lado expuesto de la cara de Edward, este al sentir los labios de su novia se giróp para quedar frente a ella pero aun con los ojos cerrados, Bella siguió besándolo —abre los ojos—pidió, Edward lo hizo e hizo el amago de tumbarla a su lado—¡Oh no Edward Cullen!, levántate, ya que no me dejaste dormir, ahora tu tampoco lo harás.—Se alejó de él y con la fuerza que tenia le quito la cobija a Edward, dejándolo desnudo al igual que ella. La hizo una bola y la puso en el cesto de la ropa sucia.

— ¡Bella! ¡Por favor!—Edward cubrió sus ojos somnolientos con el dorso de su brazo.

—Nada de por favor—Bella su tomo su bata, vistiéndose con ella—Si no me dejas dormir cuando somos novios, no me quiero imaginar cuando estemos casados.

Bella se quedó paralizada en su lugar al escuchar lo que había pronunciado. Edward quitó su brazo de sus ojos y la miró también sorprendido, aunque por dentro estaba bailando de la emoción.

—Me voy a bañar—Bella habló nerviosa, mientras revolvía en sus cajones para buscar un cambio de ropa interior—Tenemos que ir por Chris, le prometí que iríamos a McDonald's —Caminó a paso rápido hacia el baño sin dirigirle ninguna mirada a Edward.

Cuando estuvo en la seguridad del baño, Bella cerró la puerta y se recargo en ella.

¡Dios mío! Que había dicho, se recriminó. Ya casi tenían un año de noviazgo y nunca habían hablado de casarse o de vivir juntos. Ella ya se estaba adelantando a los hechos. Pero es que se sentía tan natural, que hasta ya parecían un matrimonio a los ojos de los demás. 

Obviamente ella quería casarse con Edward, pero no sabía qué opinaba él ¿y si por su gran bocota todo se arruinaba? Ahora no era solo ella la que estaba involucrada con Edward, Chris también ya lo miraba como un amigo. Le dieron unas tremendas ganas de llorar. Tendría que hablar con Edward y pedirle que olvidara lo que acababa de decir.

Necesitaba relajarse así que dejo sus cosas en un estante del baño y se metió a la regadera.


Edward seguía con la mirada fija en la puerta del baño que se acababa de cerrar.

Se levantó de la cama e hizo un baile de la victoria silencioso. Por fin ahí estaba la señal que necesitaba para pedirle a Bella que se casara con él. Desde hace algunos meses la idea le rondaba por la cabeza, pero no tenía el valor pues no sabía con certeza los deseos de ella. Además de que había un diablillo que parecía no estar de acuerdo con la relación de ambos.

El pequeño de mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora