Su madre, Esme Cullen le había sugerido, bueno más bien exigido que se inscribiera en alguna actividad pues esta alegaba de que se pasaba todo el día en el hospital y cuando salía solo iba a casa a dormir. Esme Cullen sabía que su hijo quería tener más práctica pues apenas estaba comenzando, pero los dobles turnos que tomaba en el hospital, le iban a traer consecuencias a su hijo.
Así que ese miércoles, Edward Cullen se encontraba en una sala de la biblioteca lleno de gente aburrida. Soltó un bostezo el "Club de lectura" aun no comenzada y estaba a punto de quedarse dormido. Le gustaba leer, estudiar medicina había hecho que su gusto por la lectura aumentara.
El libro que iban a leer todos juntos parecía un poco interesante. Decidió sentarse en una silla que estaba una esquina del fondo mientas todos los participantes iban llegando. Abrió el libro y empezó a hojearlo.
—Parece ser que el grupo ha aumentado, ¡Eso es maravilloso!—Hablo una mujer al frente, tal vez era la organizadora—Muy bien creo que ya somos todos...que tal si abrimos nuestros libros en la pag...
La puerta que daba acceso a la sala en el que se encontraba fue abierta.
—Lo siento mucho por el retraso...—Edward levanto su rostro del libro para ver quien era la dueña de esa dulce voz.
Sujetando el pomo de la puerta estaba una chica joven y alta con el cabello sujeto en una coleta alta. Su pecho subía y bajando por la respiración rápida de la chica.
—Adelante pasa—la organizadora rodo los ojos y contesto con voz molesta.
Edward volvió su vista al libro.
—Hola... está ocupado este asiento—Edward volvió a levantar su mirada y junto a él estaba la chica que acababa de llegar tarde. La miro a los ojos y se perdió en el profundo color chocolate de sus ojos.
— ¿Qué? no...adelante—Edward quito su mochila del asiento que señalaba la chica. Edward paso su mano por el cabello sumamente nervioso, se sentía extraño junto a esa chica.
—Por cierto soy Bella Swan—le extendió la mano sonriente.
—Edward Cullen—tomo su mano, sintió un cosquilleo extraño. Bella le sonrió y se agacho a tomar para tomar su libro.
—Este libro me encanta—dijo para sumergirse en la lectura. Edward solo la miro embelesado.
Bella llego tarde como siempre, Edward siempre se sentaba en su lugar habitual en la esquina del fondo. La siguió con la mirada para ver como se sentaba en los asientos de enfrente. Estaba hablando con una señora de unos cincuenta años un poco pasada de peso, cuando Bella lo miro levanto la mano y lo saludo desde lejos con su sonrisa característica. Edward le regreso el saludo.
Edward siempre se sentaba en el miso lugar con la esperanza de que ella se volviera a sentar junto a él como el primer día. Pero no, al siguiente miércoles, el día del club de lectura, Bella se sentó justo al frente y así paso lo mismo por los siguientes miércoles.
Edward la observaba siempre desde la distancia, no se atrevía a hablarle. Algunas veces se sentía con el valor de volver a hablarle pero ella siempre era la primera en salir prácticamente corriendo. Era la última en llegar y era la primera en irse.
Pero hoy era probablemente la última vez que la viera, se tragaría todos sus miedos y la invitaría a salir, ¿qué era lo peor que pudiera suceder?
Ese miércoles llego a la misma hora de siempre y se sentó en su lugar habitual. Los minutos pasaban y ella no entraba por la puerta. Abrió el libro y volvió a leer el final, pero no podía concentrarse. Miro su reloj en la muñeca y se dio cuenta que habían pasado diez minutos. Miro a su alrededor pensando que tal vez no se había dado cuenta cuando llego, pero ella no estaba. Todos estaban sumergidos en la lectura, así que con un suspiro de resignación se sumergió en su libro.
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El pequeño de mamá
FanfictionEdward y Bella son novios, pero Bella tiene un pequeño hijo de cuatro años. Este no se llevan muy bien con Edward, pues cree que le robara a su mami. Ahora que Edward le va a pedir matrimonio, debe ganarse al pequeño, pues tal como le dijo una vez B...