Un día normal con dragones.

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Cap. 23

Un día normal con dragones.

Un trio de chicos estaban sentados en mi sofá.

-Hielito- fue y lo abrazo.- Puedo decirte que te he extrañado, estupido congelador- Sonreí, supongo que es su "familia".

Me acerqué poco a poco, vi que el tipo que Natsu le había dicho <<Hielito>> me miraba.

¿Acaso tengo algo en la cara?

De repente vi como abría sus ojos como platos.

-¡Joder! Disculpa nuestra mala educación mi Señora, me llamo Gray Fullbuster, de la aldea de hielo- colocó una rodilla en el suelo e inclinó la cabeza.

¿Mi señora? ¿Porque hace esto?

-¡Por Dios! ¡No hagas esto, por favor! Soy Lucy, Lucy Heartfilia,llámame Lucy, solo Lucy, mucho gusto Gray, ¿te puedo llamar Gray?- lo dije incomoda.

El levanto la mirada y una sonrisa de lado apareció.

-Claro, Lucy- se levanto y los demás lo veían como si acabara de hacer lo mas estupido en su vida.

Vi a Natsu y el me sonreía. Fue y abrazo a un tipo con cabello negro azabache largo. Le llegaba mas abajo de su cintura.

-¡Hierrito!- grito Natsu.

-Salamander- dijo con una sonrisa a pesar de su cara parecía no mostrar emociones.

¿Un tipo duro?

Se acercó a mi e hizo lo mismo que Gray.

Se llama Gajeel Redfox, y el otro Jellal Fernández.

¿Porque hacen esto?

-Yo... ¿Porque lo hacen?- dije un poco nerviosa.

-Eres la chica de la profecía. Eres nuestra señora la cual tendremos que proteger con nuestra vida, te mereces nuestro respeto, por nuestro futuro rey- dijo Jellal.

-¡Oh! Yo... No, no me gusta eso, solo quiero que me digan Lucy, si así es el protocolo en su país, mundo o lo que sea, por favor, que sea solo ahí- se movió nerviosa.

-Sting, tenías razón, Flamitas se ha llevado el premio gordo- dijo Gray.

-Tranquilos que se que Lucy tienes unas amigas muy buenas...-tosió- perdón, muy bonitas- dijo rascándose el cabello.

-Sting- le di una patada por lo que había pasado antes y por defender a mis amigas.

-Bien chicos, creo que necesitan hablar con Natsu, ¿han comido algo?- me miraron extrañados.

-No tenemos hambr...- todos miramos a Gajeel. El tenía los ojos cerrados como si estuviera pensando en las respuestas del universo. Pero un rugido en su estómago, acompañó ese pequeño silencio.

Abrió los ojos y se puso totalmente rojo.

-No tengo hambre, solo...- me acerqué a el y le di una palmada.-Tranquilo ahora les preparo algo- camine hacia la cocina, sin voltear le hable a Natsu.

-Tienes todo el depa si lo necesitas úsalo completo, si vas a estar afuera avísame, ¿vale?- y con ello revise mi despensa.

No tenía nada.

¡Mierda!

Fui a, cuarto y me vestí para salir a la calle. Unos jeans negros y una blusa de manga larga gris, junto con unos converse.

-Ahorita regreso Natsu- dije tomando mis cosas y salí.

Tome mi celular y mis audífonos, me los coloque, y <<La estrategia perdida>> comenzó a sonar.

Camina por la calle y todos me veían rara. Me puse nerviosa, tal ves tengo algo. Tal ves... ¡Mierda no me peine!

Pase enfrente de un local con cristal y me vi, todo estaba normal en mi. Seguí mi camino.

Vi que unas chicas se reían de mi. ¿Pues qué pasa?

Veo hacia atrás 5 tipos, muy conocidos para mi. Venían tratando de esconderse.

Camine rápido, me metí al local donde compraría todas las cosas. Me escondí a un lado de la puerta y cuando ellos entraron, salí de mi escondite.

-¿Porque diablos me siguen?- grite. -Te protegemos del peligro- dijo Gray viendo a todos lados.

-Estamos a una calle del depa...- Suspire- Venga vamos-

Entramos los 6 y todos parecían niños, me preguntaban para que servia esto y el otro.

En fin, compre las cosas para unos Sándwiches de pollo, pero también compre algunos postres. Parecían niños pequeños pidiéndole a su madre que comprara todo lo que veían.

Salimos y las bolsas las cargo Natsu con una mano, y la otra me tomo de la cintura.

Llegamos de nuevo al departamento, y en lugar de platicar sobre la situación todos estaban pegados a mi, viendo como cocinaba, preguntaban como se hacían, vi que todos iba a agarrar su postre, con cuchillo en mano lo clave en la tabla para cortar, me miraron espantados.

-¡Los postres son para el ultimo, pobre del que se coma su postre primero!- parecían cachorritos llorones.

Pero Sting estaba blanco.

-¿Tienes algo que decir Sting?- negó con la cabeza pero se escucho como se caía algo al suelo.

Vi la mirada de todos y estaban pálidos.

¿Tanto doy miedo?

Salí y me asome la basura de un postre ya vacío se encontraba en el piso.

Me acerqué a Sting, quede frente a el, alce mi mano derecha y dandole un pequeño golpe con mi uña del dedo índice en la frente.

Su mirada se apago. Y se llevó a las manos a la frente.

-¡Oh mierda! ¡Porque tu estupido golpe duele a mares!- gruñi.

-¡Nadie le dice "estupido" a mi golpe- dandole una patada y mandándolo a volar.

-¿Alguien mas?- pregunte y todos negaron.

Creo que seré una reina un poco temida.

Yo escribo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora