Milagro

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Erza

En cuanto el rey desapareció. Natsu comenzó a moverse, al igual que Jellal. Mire el libro de la profecía y Lucy se elevaba mientras que su cuerpo se estiraba completamente, de sus manos salieron cristales que en nada. La cubrieron completamente, la flecha incrustada en la cabeza, había tomado la forma de una Corona. El cristal se tornó rojo. El cuerpo de ella quedó totalmente desnudo mientras que su cabello, junto con extrañas ramas de árboles cubrían su desnudes.

Un silencio total se apoderó del lugar, del suelo salieron raíces de árboles y destruyeron cada casa, cuartel, incluso el castillo. Comenzaba a caer en pedazos. Como pude, salí de ahí junto con Natsu y Jellal. Las raíces, quebraron cada pared. Haciéndola trizas.

Sorprendentemente, comenzó a brotar agua del suelo. Los chicos rodearon a Lucy protegiéndola de la fuerza del agua, pero enseguida crecieron más raíces, enredando su cuerpo y levantándolo.

Con todos los habitantes fue lo mismo. Mire la profecía y esta estaba en blanco. No había nada más que símbolos extraños. El libro quemo mi mano haciendo que lo soltase. Este libro fue directamente a Lucy, cubriendo el cristal rojo de aquellos símbolos.

Las raíces se enredaron mi cuerpo y me hicieron subir. Mire hacia abajo y vi como todas las ruinas se iban con el agua, dejando un lugar limpio y libre de escombros.



Sin más, el agua comenzó a desaparecer entre las gritas que se habían formado en el suelo, dejando ver algo espectacular. Algo digno de un cuento de hadas.

Miles de árboles grandes habían quedado en toda la ciudad. En las partes superiores se podían ver casas hechas con las mismas raíces que había evitado que nos mojáramos. El color que dominaba en todo el panorama era el color verde. Los colores de las flores hacían brillar cada rincón del lugar.

Mire la lacrima donde se encontraba Lucy, ella tenía las manos unidas. Como si fuera a rezar.

Sentí un cosquilleo en mis heridas. Mire hacia ellas y algo jodidamente increíble pasaba.

De mi cuerpo brotaban cristales, rojos. Cuando cayó el último, mi herida sano por completo.

Las personas que estaban a punto de morir. Los cristales los cubrieron de pies a cabeza dejándolos encapsulados, en cada persona, una rama verde salía de sus lacrimas. Para conectarse en la de Lucy.

Vi como Natsu corría hacia Lucy, con la intención de romper aquel cristal tan Hermoso. Lo impresionante es que, aun lado de Natsu, cayó la bella guadaña de Lucy, y arriba de ella una preciosa Corona, que era propiedad del antiguo rey.

Natsu se la puso y enseguida se arrodilló ante ella, llorando.

Todos los habitantes incluso nuestros amigos. Lo hacían.

Conociendo a Lucy, ella estaría avergonzada de que le estuvieran haciendo esto.

Reí mientras hacía lo mismo que los demás.



Natsu.

Observe todo lo que hacía Lucy. Un vacío tremendo se adueño de mi cuerpo. Corría hacia ella con la intención de sacarla pero su melodiosa voz me hizo detenerme.

Creí que te había perdido Natsu. No rompas la lacrima, en cuanto menos lo veas estaré a tu lado y no encerrada. Deja que mi cuerpo y alma se purifiquen una vez más. Pero por favor, mi querido Rey, no te desesperes.

Te amo Natsu.



Las lágrimas cayeron mis mejillas y me arrodille ante ella. Ella era un bendito milagro para mí, para el reino.

Jamás podré pagarle todo lo que ha hecho por mí.







Próximo capítulo final...

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