Procuro que mi expresión no revele nada, aunque estoy segura de que, de todos modos, todavía tengo el rostro flácido. Recorro el cuarto con la mirada en busca del dispositivo que liberará el virus del suero de la memoria. Estaba allí cuando Matthew se lo describió a Caleb con todo lujo se detalles: una caja negra con teclado plateado, marcada con una tira de cinta azul con un número modelo escrito en ella. Es uno de los pocos objetos que hay en el mostrador de la izquierda, a pocos metros de mí, pero no puedo moverme sin que David me mate.
Tendré que esperar al momento oportuno y ser rápida.
-Se lo que hiciste- Le suelto.
Empiezo a retroceder con la esperanza de que la acusación lo distraiga.
Sé que diseñaste la simulación de ataque- añado-. Sé que eres el responsable de la muerte de mis padres..., de la muerte de mi madre. Lo sé.
-¡No soy el responsable de la muerte de tu madre!- excLama David; de repente las palabras brotan demasiado altas-. Le dije lo que ocurriría justo antes de que comenzará el ataque, para que tuviera tiempo de llevar a sus seres queridos a un lugar seguro. Si se hubiera quedado donde estaba, habría sobrevivido. Pero era estúpida y no comprendía que había que sacrificarse por el bien común. ¡Eso fue lo que la mató!
Lo miro con el ceño fruncido. Algo en su reacción, en sus ojos vidriosos, algo que masculló cuando Nita le inyectó el suero del miedo...Algo sobre ella.
-¿La querías?- le pregunto-. Durante todos los años que te envió cartas...La razón por la que no te gustó que se quedara allí, por la que le dijiste que no podías seguir leyendo sus informes después de que se casara con mi padre.
David se queda inmóvil como una estatua, como un hombre de piedra.
-La quería. Pero eso ya hace parte del pasado.
Por eso me dio la bienvenida a su círculo de confianza, por eso me ofreció tantas oportunidades; porque formo parte de ella, porque tengo su pelo y habló con su voz; porque se ha pasado la vida intentando aferrarse a mi madre, sin conseguirlo.
Oigo pisadas en el pasillo de fuera: llegan los soldados. Bien, los necesito, necesito que se expongan al virus que flotará en aire y lo propaguen al resto del complejo. Espero que no entren hasta que el aire se limpie de suero de la muerte.
-Mi madre no era estúpida- le aseguro a David-. Ella entendía algo que tu no entiendes: que si la vida que sacrificas no es la tuya, sino la de otra persona, no es sacrificio, sino maldad.
Retrocedo otro paso y añado:
-Me enseñó muy bien lo que es un sacrificio de verdad. Que debe nacer del amor, no de un rechazo equivocado a la genética de otra persona. Que debe partir de la necesidad, tras haber descartado todas las demás opciones. Que debe hacerse por las personas que necesitan tu fuerza porque ellas no tienen la suficiente. Por eso no puedo permitir que 《sacrifiques》a esa gente y sus recuerdos. Por eso tengo que liberar el mundo de ti de una vez por todas.
Sacudo la cabeza.
-No he venido a robar, David.
Me giro y me lanzo sobre el dispositivo. Oigo un disparo, y el dolor me recorre el cuerpo. Ni siquiera sé donde me ha acertado la bala.
Todavía oigo a Caleb repetir el código de Matthew. Con una mano temblorosa, escribo los números en el teclado.
La pistola suena de nuevo.
Más dolor y una aureola negra envuelve mi campo visual, aunque oigo de nuevo la voz de Caleb decir: 《El botón verde》.
Duele mucho.
Pero ¿cómo, si no siento nada en el cuerpo? Aunque empiezo a caer, golpeo el teclado con la mano mientras lo hago. Se enciende una luz detrás del botón verde.
Oigo un pitido parecido a un engranaje, algo caliente me resbala por el cuello y por la mejilla. Es rojo. La sangre tiene un color extraño. Es oscura.
Con el rabillo del ojo veo a David y Tobias esta detrás de el con un arma en su mano, puede que esté empezando a alucinar por la pérdida de sangre y que solamente sea un espejismo, oigo un disparo y veo a David con balazo en la cabeza.
-Tobias- grazno.
El se acerca a mi y veo su rostro borroso, su mano acaricia mi frente y mi cabeza mientras que con la otra toma mi mano.
-Te sacaré de aquí- dice, me levanta del suelo, pone una mano debajo de mis rodillas y la otra, por mi nuca, veo como la camiseta se le empapa de mi sangre y lo único que siento es un suave balanceo.
Derrepente veo un lugar completamente blanco y me doy cuenta de que estoy en un hospital.
Bueno como pueden ver por fin empezó la ficción la verdad es que estoy muy feliz de hacer este fic, lo dejé aquí porque en el otro capítulo van a haber sorpresas y voy a hacerlas sufrir un poco (también a Tobias) pero sé que luego van a amarme.
Las amo!!!!
Las veo pronto iniciadas.
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Alternative Final ALLEGIANT
Fanfiction"Nos despertamos ya que estaba lloviendo, las gotas de lluvia golpeaban las ventanas de la habitación, Tris se levanta unos minutos después, se acerca mas hacia mi y pone su cabeza sobre mi pecho, la rodeo con mi brazo" -Tobias Eaton