Epílogo

14.6K 867 46
                                        

Anastasia

- Así que... - Preguntó Christian con una gran sonrísa en su cara.

- Sí, Christian vamos a tener un... - No me dejó acabar la frase y me abrazó, mejor dicho me estrujó en sus brazos.

- Llevo deseando esto... Desde que nos mudamos a casa, Ana. ¡Gracias, eres la mejor! ¿Como lo llamaremos?

- Y si mejor decide el nombre T...

- Ya sé, - Dice Christian, está tan emocionado que parece un niño. - Pulgas... , pulgas no... Y si lo llamamos Steve, o ayudante de Santa Claus como el de los Simpson... Hay que ser originales... No le podemos poner el nombre de una serie... Ah ya sé... - Hablaba tan rápido que me tuve que sentar. Este hombre me agotaba de multiples maneras. Se paseaba por todo el salón, mientras lo mirábamos - ¡Perry! ¿Teddy, tu que opinas?

- Papá, emm... tengo 16 años... No le vamos a llamar Perry... al perro. ¿Tu que dices Phoebe ?

- No me metan en elegir nombres, cuando propuse un nombre para el gato, no les gusto ninguno.

- Es que princesa o rosita, no són nombres para gatos - Replico, Teddy.

- Basta, yo he traído al perro, yo le pondré el nombre... - Comencé a decir, pero cuando estuve apunto de decir uno... Me quedé en blanco... - Emm... ¿Hodor?

- No, le vamos a poner Hodor... - Decía Christian, yo soy más de Juego de Tronos y él es más de The Walking Dead. - Daryl es más bonito...

- Aghh... Si ya os esta costando poner el nombre a un perro, no me imagino lo que os habrá costado poner el mio o el de Phoebe. - Ted, se tiró al sofá y encendió su móvil.

No, nos había costado poner el nombre de nuestro hijo, ya que lleva los nombres de sus abuelos... Y Phoebe... A Christian le gustaba ese nombre y a mi también me gustó... ¿Porque están difícil, ponerle un nombre a un perrito?

- Papi, mami... - Phoebe, comenzó hablar, se la notaba nerviosa... - Sabrina, Lucy, Julienne... Y el hermano de Sabrina, Derek, irán a Vancouver... Este finde semana... ¿Puedo ir con ellos?

- No. - Christian había aparcado el tema del perro y seguramente estaba pensando todos los contras de ese viaje. - ¿Desde cuándo Sabrina tiene hermanos? - Dijo Christian mirando fijamente a su hija.

- Es su hermano mayor, él está en la universidad y nos va acompañar a ir a Vancouver...

- Está bien cariño, puedes ir. - Christian me mira atónito, e intenté relajarlo con la mirada, se que para él es difícil, que su hija pequeña se haga grande. - Pero llévate a Sawyer.

Mi pequeña niña saltó a mis brazos y me estrujó, igual que su padre. Luego le dió un beso a mi marido y se fue corriendo a su habitación.

- Este sábado... Actúa Eminem en el estadio...

- No, tu no. - Dije tajante.

- ¿Qué? ¿Porque? Saco buenas notas y me porto bien... ¡Papá dile algo a mamá!

- Ana si dejamos que, Phoebe se vaya, Ted también puede salir.

Me lo quede mirando atónita. Primero, porque había aceptado más o menos bien, el echo de que si hija se fuera con sus amigas y segundo porque quería que su hijo se fuera à un concierto.

Le toque la frente, por si tenía fiebre pero no. Aquí había gato encerrado.

- Estoy bien, Ana. Dejemos que vaya.

- Sí mama, deja que vaya.

- No... No después de enteraron de que fuiste a un botellón y encontrarte medio muerto, por tanto alchol que bebiste.

- Es joven, cariño. Y además ya hablamos seriamente con él y esta vez se llevará a Taylor con él. - Dijo remarcando la palabra de su más preciado, hombre de confianza.

- ¿Vendrá también Sophie? - Mi pequeño, tenía un enamoramiento desde pequeño, de Sophie, la hija de Taylor.

- Deberás preguntárselo tú.

Me levante del sofá cogí al nuevo miembro de la familia Grey y lo lleve a la cocina, dejándo a los hombres hablando de cosas de hombres.

- Te llamarás Sombra. - Le dije al peludo de color negro que estaba a mis pies.

Me agache y le acaricie el suave pelo. La señora Taylor entró y me sonrió.

- ¿Que tal Ana?

- Muy bien Gail. ¿Cómo está Sophie?

- Bien, mañana vendrá de la Universidad, para darle una sorpresa a su padre. Ya sabe, no diga nada. - Ne guiño un ojo y sacó una olla.

Salí de la cocina y me encaminé a mi despacho, detrás mío se podía escuchar como las diminutas patas de Sombra resonaban en el suelo de madera de la casa.

Entré en mi estudio y me senté, debía revisar unos asuntos de la editorial. Y para eso debía llamar a Jack. Pero no queria interrumpir sus vaciones con su esposa Marie. Ya que Al fin y alcabo Jack se enteró que su ex-esposa le engañaba con Elizabeth. Estas dos se fueron a New York, y cuando abrimos una sucursal ahí, contraté a Elizabeth.

Ahora Jack era mi mano derecha y su esposa Marie, me caía muy bien.

- ¿Que haces aquí? Es la fiesta nacional, no puedes estar trabajando. - Christian asomó por la puerta regañandome. - ¿Y que haces con Junior? - Se refirió a Sombra, que estaba jugando a con lápiz que se ne había caído.

- Primero que todo, los invitados aún no han llegado. Y debía revisar una cosa de la editorial. Ah y no se llama Junior, se llama Sombra.

Christian sonrió. Entró en mi despacho y cerró la puerta, se acercó a mi y me robo un beso.

- Te quiero Señora Grey. - Se había escuchado esas palabras muchas veces, pero cada vez que las dice una manada de mariposas inumdaban mi estómago.

- Ya lo sé. Aunque yo te quiero más.

Christian me sacó arrastras y junto a mí, también iba Sombras. Nos adentramos a nuetras habitación, me beso, le bese, nos besamos.

Me recostó en la cama y sus manos recorrieron mi cuerpo. Habían pasado los años y Christian estaba igual de guapo, que la primera vez que lo ví, aún no sabía cómo él no se había cansado de mí.

- Creo que deberíamos parar. Kate, Elliot y los demás deben estar a punto de llegar.

- No quiero parar... - Me gustaba cuando Christian se ponía en plan meloso.

Estaba todo listo para celebrar el 4 de Julio. Kate, Elliot y Ava ya habían llegado. Solo faltaba Mia, Ethan y el pequeño John. Que como siempre llegaban tarde. Christian como todos los años preparaba una BBQ e invitaba a toda la familia, pero este años ni mis padres ni los de Christian han podido venir.

Con lo de la jubilación, se la pasan viajando por todos los sitios.

- ¿Dónde están Phoebe y Ted? - Me preguntó Ava.

- Deben estar en sus habitaciones, diles que bajen a saludar, porfavor.

Saludé a mi mejor amiga y a mi cuñado. Los dos estaban iguales, parecía que el tiempo no pasase.

Cuando estuvimos todos, el señor Christian Grey, se puso su delantal de hacer hamburguesas, en el que decía Licencia para cocinar. Daba vergüenza, pero a él le gustaba, porque se lo regalaron sus hijos en el día del padre, hace unos diez años.

Antes de que sea la hora de los fuegos artificiales, cogimos el barco y nos adentramos en el mar para verlos.

Después de unos minutos, los increíbles fuegos artificiales aparecieron y como todos los años lo contemplamos maravillados. Giré la cabeza y pude ver como mi familia miraba embobados esas luces en el cielo.

Me abracé a mi misma, jamás hubiera pensado que tendría una familia tan maravillosa.


Solo es sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora