Capítulo 20

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Christian

Caen pequeñas lágrimas de sus hermosos ojos, me quiero morir por las cosas que le acabo de decir. Se gira y mi mundo se derrumba. Veo que se vuelve a girar y me tira el café que acaba de traer. Es lo mínimo que me merezco. Sale corriendo de mi despacho, y con el se lleva mi corazón. Me limpio con mi americana y la tiro lejos de mi. La puerta se cierra poco a poco. Agacho la cabeza y un par de lágrimas caen de mis ojos. El amor de mi vida se ha ido y de la peor manera. Arrugo el fax que me envió Leila. Lo meto en la papelera y saco un mechero de uno de los cajones de mi escritorio tiro la estúpida amenaza a la papelera mientras prende fuego.

Se acabaron tus amenazas.

- Tu has ganado Leila... Mi corazón está roto, como el de la persona a la que amo. - Digo en un susurro.

Me quito la corbata y me siento en el sofá de mi despacho. Cierro los ojos y me viene la horrible imagen de Anastasia llorando por las feas palabras que le he dicho.
Esto es una pesadilla, echa realidad.

¿Porque tuviste que aparecerte en mi vida Leila? Lo destruiste todo.

Había pensando en un bonito futuro con ella. El viernes por la noche y el sábado por la mañana, lo pasamos tan bien juntos.
Leila ayer estuvo apunto de matar a Ana. Y si le hubiera echo algo yo... Yo no me lo perdonaría. Ella es... Todo para mí. Y siempre lo será. No puedo trabajar en este estado. Llamo a Taylor para que me venga a recoger, recojo mis cosas y antes de salir suena el teléfono. Debe ser Leila. Dios dame paciencia.

- Grey.

- Fantástico Christian, salió llorando cómo una magdalena de tu edificio. ¿Que le dijiste? - Dice muy emocionada.

- Ya la he dejado. Ahora dejanos en paz.

- Oh no, no... Esto no se acabado. Quiero dinero.

Suelto aire desesperado.

- ¡Que quieres dinero! ¿Y no me lo podías pedir antes de arruinarme la vida? ¿Eres estúpida o que?

- Relaja la raja, Christian. Con tanta tecnología que he usado para estar vigilando a tu putita me he quedado sin nada...

- Relájate tu, Leila.

- Sólo quiero 2 millones de dólares, mañana te daré la cuenta bancaria.

- Mira estoy harto de esta maldita situación, te daré puto dinero. Pero no te acerques a ella.

- A sí me gusta, Grey. Tranquilo, cuando tenga el dinero estaré muy lejos de ti y tu amorcito. Te enviaré una postal des de Tailandia o las Maldivas... Quién sabe donde este...

Cuelgo no quiero saber nada de esta idiota.

Salgo de mi despacho y veo el sitio de Anastasia vacío. Ya no hay luz en este edificio.

- Andrea cancela todas las reuníones, citas o cualquier cosa que tenga para hoy y mañana, volveré el miércoles. Pídeme cita para esta tarde con Flynn. Luego mandame un mensaje con la hora. Y prepara la entrevistas para que sustituyan a Anastasia o a Olivia... Bueno tu ya sabes. Adiós.

Entro en el coche, no saludo ni a Taylor. Todo el trayecto la paso mirando por la ventana. Siento un fuerte vacío en el pecho. Por la ventana veo a unas cuantas parejas paseando. Me gustaría pasear con Ana. Taylor me deja en la entrada del edificio. Miro hacia el cielo, hace un bonito día, pero todo lo veo gris sabiendo que mi Ana, ya no está a mi lado.

Entro en el ascensor. Y me quedo unos segundos pensando en sí pulsar el piso donde vive Anastasia y contarle todo. Decirle que he sido un idiota, que me perdone y que vuelva conmigo. Pero en vez de eso pongo el código de mi ático y subo. Miro el ascensor y me trae recuerdos buenos con ella. Pero ahora no quiero pensar en eso. La brecha en mi pecho se hace más grande recordando los suaves labios que bese en este ascensor y que ya nunca podré besar. Debería haber subido por las escaleras.

Entro en mi casa y Gail se acerca hacia mi rápidamente.

- Gail, no quiero nada de comer. Estaré en mi habitación, no quiero que nadie me moleste.

- Pero tiene que comer algo señor...

- Me lo prepararé yo. Dile a Taylor que les doy dos días libres.

No dejo que me diga algo más, y me voy directo a mi habitación. Me quito la ropa y voy hacia la ducha.
Quizás el agua quité este sentimiento tan agonizante que tengo dentro.

Salgo de la ducha y así como entre es como salí. Igual de mal, incluso peor. Recordé que unas cuantas veces me había bañado en esta ducha con Ana, ya acabamos haciendo el amor .

Me pongo algo cómodo y me tiro en la cama.
Cierro los ojos, imagonandome que nada de esta mañana ha pasado.

Estoy en un verde césped, estirado junto a mí preciosa mujer.

- Teddy ven aquí - grita, Ana.

Un pequeño niño viene corriendo. Debe tener dos años se estira entre Ana y yo. Yo intencionalmente le acaricio el pelo. Le doy un beso en la frente y Teddy se ríe.

- Papii, una nube en fooorma de elfamteee.

- Sí, hijo y ahí hay una enforma de gato.

- No papii, es un perrro.

Sonrió, es mi hijo. Es nuestro hijo. Me fijo en Ana y tiene una bonita sonrisa en su cara.

Vuelvo a mirar al cielo pero cuando giro mi cabeza hacia mi familia ya no está. Me levanto de golpe buscándolos. Cierro los ojos y siento que caigo y cuando los vuelvo abrir veo a un pequeño niño sucio, en una casa sucia y con su madre estirada en el sillón.

- Mamii despierta, tengo hambre.

La mujer no se mueve y el niño comienza a llorar. Me acerco a él y le acaricio pero no puedo. De repente entra una mujer, se parece a Leila.

- Ven pequeño mocoso. Te voy a matar.

El niño se va corriendo hacia una habitación, intento detener a Leila, pero no puedo.
Cuando llegó a la habitación veo a Ana estirada en la cama sucia. Tiene la mirada perdida hacia arriba.

- No la has podido salvar, Grey. Ella está muerta.

Despierto todo sudado y agitado. Las pesadillas se habían ido prácticamente. Desde que conocí a Anastasia.

Miro la hora y veo que son las tres de la tarde. No tengo hambre. Me canvio de ropa y reviso el teléfono. Veo el mensaje de Andrea, -El doctor Flynn me recibirá a las 6:30. - Veo otro de Welch y se me habren los ojos al leer el mensaje. No dudo en llamarle.

- ¿Como que le habéis encontrado?

- Sí señor, la Srta Williams se dejó un pista muy evidente y a partir de ahí le hemos seguido la pista. Sabemos donde esta y ya he enviado a dos señores para que la vigilen. Ha costado, pero la hemos encontrado señor.

Cierro los ojos. Si hubiera esperado un poco más, quizás ahora no me estuviera arrepintiendo de lo que dije a Ana.

- Quisiera hablar con ella Welch.

- Des de luego, señor.

Cuelgo y me meto otra vez en el baño. El doler en el pecho sigue ahí. Me redactó con lo que dije antes. Es mejor alejar a Anastasia de mí. Yo no soy bueno para ella. Ella es perfecta y se merece alguien normal que no tenga exnovias locas que quieran matarla.

Anastasia te quiero, pero debes estar lejos de mi. Es para protégerte. Siempre estarás en mi corazón.

Me digo mentalmente.

Solo es sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora