Capítulo 22

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Christian

La estaba pasando verdaderamente mal. Mi cabeza no paraba de reproducir imágenes de Anastasia riendo, haciendo muecas, enfadada, sería, intentado indignarse... Me servi una copa de vino y fuí hacia el balcón, tenía unas vistas espectaculares, pero no se podía comparar con Anastasia. La echaba mucho de menos tenía que quitarme este dolor en el pecho cuanto antes, ella debía ser feliz pero no conmigo.

Había quedado con Welch a 6 de la tarde para ir en busca de Leila, todo este tiempo estuvo aquí, en Seattle. Cogí un coche normal y me dí cuenta que Anastasia no tenía medio de transporte por culpa de la rata de Leila. Debería comprarle uno ya que también en cierta manera es mi culpa...

Llegue al mugroso edificio donde estaba Leila. Welch estaba en una camioneta vigilando que no saliera del edifico.

- Señor Grey, cuando entremos en el edificio nos acompañarán estos dos hombres, estuvieron en el cuerpo especial de la marina. La señorita Williams nos podría atacar y no queremos que usted salga herido.

- Muy bien y ¿después de que le hayan atrapado que se hará con ella?

- La lleváramos a un centro psiquiátrico y ahí lr calcularán el nivel de locura que tienen y le juzgarán cuanto tiempo ha de estar en ese lugar.

- Bien - Me límite a decir.

Empezaba a oscurecer así que fuimos saliendo de la furgoneta. Charlie uno de los agentes iba primero y Patrick iba último. Subimos por la escalera hasta el cuarto piso donde estaba ella. De una patada Charlie derribo la puerta. Entramos y Leila estaba en el salón asustada. Mire a mi alrededor y y habían fotos de Anastasia y mías por toda las paredes. Todas y cada una de ellas tachadas con rotulador rojo.

Los agentes le pusieron unas esposas a Leila.

- Puede hablar con ella, yo iré ha ver los ordenadores... Y que programa de seguimiento a utilizado. Charlie, Patrick ustedes revisen el apartamento.

- El tipo de la barba es un poco mandon ¿no?

- ¿Porque lo hiciste Leila? - Estaba parado enfrente de ella. Y en este momento no tengo mucha paciencia.

- Sabes que es de mala educación contestar con otra pregunta - Puse mala cara y solté un suspiro... - Porque tu no nunca me quisiste, entonces llega ella... Y me dejaste tirada en el teatro por seguirles a ellos. Ni Adiós me dijiste... - Agacha la cabeza, pero la vuelve a levantar con una sonrisa de una loca. - Pero si no eres de mí no ibas a ser de nadie.

- Leila te pagaría, te haría de todo. Sería capaz de que no volvieses ha ver la luz del día, nunca. Pero... Estoy en contra del maltrato animal.

Por el umbral de la puerta pude ver que ya venían los agentes, a si que me dije a mi mismo que ya era hora de volver a casa.
Entre en la habitación donde estaba Welch y habían cuatro ordenadors. Él estaba con la mirada perdida en cada uno de esos ordenadores. Dejaba este problema a este hombre. Me despide de él y de los agentes. Esperando que nunca vuelva a ver el rostro de Leila.

Aparque el coche y me dirigí en el acensor y esperaba encontrarme a Anastasia ahí. Pero lo único que encontré fue a un par de ancianos que veían a visiter a sus nietos.

Entre en mi piso y mi corazón comenzó a latir pensando que podía ser Ana, pero no, era Elliot. Pensé en no contestar pero mi hermano mayor me distraería un rato del mal de corazones que tenía.

- Dime Elliot. - Me dirijí al salón y me sente en el sofá.

- Christian, hola desapercido.

- Hola a tí también - Creo que fue mal idea haberle cogido el teléfono.

- Sabes, mama dice que no te ve desde... Dos o tres semanas. ¿Que has estado haciendo? Y no me digas que es trabajo. - No le podía contar nada a Elliot sobre a Anastasia, porque se pondría pesado.

- Pues eso exactamente, trabajo. Estos días han sido muy... Agitados.

- Ya... Mira te tengo que decir una cosa muy importante... - Se le notaba nervioso y me hizo gracia. ¿Elliot nervioso?

- Suéltalo ya, Lelliot.

- Le pedí matrimonio a Kate y acepto nos vamos a casar - Fue la frase más rápido que ha dicho en toda su vida.

- ¿Le pediste matrimonio? - Estoy que no quepo del asombro - Felicidades.

Estuvimos hablando un rato más sobre la boda, jamás pensé el gran mujeriego de Seattle se fuese a casar. Porfin alguien le había lanzado el anzuelo y el había picado.

- Y quiero que vayas acompañado a la boda... Sabes Kate tiene una amiga y no está nada mal...

- Elliot ya sabes la respuesta... No insistas.

- Lo tenía que intentar pero... Si cambias de opinión ya sabes.

Me despedí de mi hermano y dos segundos después de colgar la llamada, el dolor de haber perdido a Anastasia se intensificó. ¿Es que nunca se iría?

No había comido en todo el día, pero tampoco tenía hambre sin Ana ya nada tenía sentido. Me obligue a comer unas galletas que había en la alacena. Nunca había notado que esta casa era muy silenciosa, la casa de Ana estaba llena de vida... Sería porque ella estaba ahí. Me fui a la sala de televisión y la encendí. Casi nunca voy allí, pero me sentía solo y la encendí. El ruido del televisor lleno el salón, busque algún canal donde pusieran algo interesante, pero solo había basura televisiva. Al final deje en un programa de redecoración de casas. Me tumbe y cerré los ojos. Esperando que el vacío que sentía por haber perdido a Anastasia se fuera.

***

Me desperté con un fuerte dolor de espalda, ese sofá era una piedra. Las pesadillas volvieron... Y era mejor no hablar de ellas eran las 4 de la madrugada, cogí el portátil y me fui a mi habitación, quería revisar algunos informes de la empresa. Mire algunos correos de y me fije en uno de Andrea.

Ya había conseguido otra sustituta para el puesto de mi Ana. Suspire, eso ya lo hacía oficial Ana se había ido.
Me fui al piano y comencé a tocarlo. Eso siempre me relajaba. Vi el amanecer salir de su escondite, me pareció hermoso. Pero seria aún más bonito si la mujer a la que amo estuviera a mi lado. Ella me completa.

Me pase todo el día haciendo... Nada. Mi mente siempre se me iba pensando en Anastasia. Y aunque me he dicho mil veces de que tengo que dejar de pensar en ella... Simplemente no puedo, ella es mi más. Por la tarde decidi ir a correr, quizás eso me tranquilizaría y mi mente se despejaría.

Me coloqué los auriculares y empecé a escuchar pump it de los Black Eyed Peas. Iba esquivando a la gente, árboles... Me desvíe un poco de mi recorrido normal, esta hora no es la mejor para salir a correr.
Chocaba con diferentes cosas, personas... Casi caigo por culpa de un perro...

Choque con ella, estaba de espaldas pero su aroma la delató. Disminuí la velocidad y me pare, giré mi cabeza y ahí estaba ella. Tan guapa como siempre. La canción de Imagine Dragons Radioactive sonaba. Miraba sus increíbles ojos y pude ver que tenía ojeras. Una lágrima comenzó a deslizarse por sus ojos y no dude en ir ahí y abrazarla.

Estábamos en mitad de la calle abrazados. Y tenía que decir algo. Antes de que este mágico momento desapareciese. ¿Y que le podía decir?

¿Te amo?

Solo es sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora