Capítulo 17

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Anastasia

Había citado a Christian en mi apartamento. Al principio quería ir a un restaurante o algo parecido y él estuvo en desacuerdo. Decía que estas cosas no se hablaban en sitios públicos y que estaríamos más seguros en su piso o en el mio. Me ofreció ir a su piso, pero yo me negué, he estado ahí, y me intimida un poco su casa. Y al final decidimos estar en mí casa.

Estoy algo nerviosa, ahora le diré a Christian lo que siento por él. Lo que siempre he sentido por él. El móvil me distrae y voy hacia el descuelgo la llamada y me sorprende ver el número de Ethan.

- ¡Hola Ana! - Dice alegremente.

- Hey, Ethan ¿que tal estas? -Pregunto educadamente.

- Bien, bien. Gracias por preguntar, te llamaba para pedirte un favor... - Mientras no se vuelva a quedar aquí... Pensé.

- Cual es... - Dije cautelosamente.

- Verás mi coche ahora está en el taller. Y el que me han dado... Digamos que no está a la altura del sitio a donde tengo que ir... Y me preguntaba si me podías dejar el tuyo... - En este momento, me pregunto, donde esta su hermana, para que ella le haga los favores - Sólo lo utilizaría mañana y te lo devolvería por la noche.

Respire ondo y acepté, total no perdía nada... ¿No?

Me mire al espejo y no sabia que había visto Christian en mí... ¡Dios mío me quiere y yo le quiero!
El timbre sonó y fuí rápidamente a abrir. Ahí estaba él tan guapo como siempre. Llevaba una botella de vino y unas rosas blancas...
Me acerqué a el y le plante un beso en la boca.

- Hola... - Susurre en sus labios.

- Pasamos, ¿o montamos la fiesta, aquí en el pasillo?

Entramos en apartamento y me dio las flores.

- No sabía que traer... Bueno también he traído vino... ¿De que querías hablar? - Deja el vino en la mesa y me atrae hacia él.

- ¿Tu me quieres? - Pregunté mirándole a los ojos.

- Sí, te quiero - Sus palabras sonaron sinceras, me miró a los ojos y supe que si me quería. Respiró ondo y me puso un mechón de pelo detrás de la oreja - ¿Tu me quieres?

Quería decirle que le amaba, pero tenía miedo de asustarlo.

- Te quiero Christian. Te quiero desde el primer beso, desde la primera caricia... - Agacho la mirada, y noto que su cuerpo se relaja.

- Todo será diferente Ana, no quiero separarme de tí, Sra Grey.

En algún momento tendremos que hablar de eso, me digo mentalmente.

Me sube a horcajadas de él y me besa con ansiedad y con amor... Ahora si que nadie me podrá separar de él, al menos de que él quiera que me separe. Le amo.

Entre besos me lleva a mi habitación, donde me recuestra. Y poco a poco me va desvistiendo. Cuando sólo quedo en bragas, retrocede dos pasos y se me queda viendo, su mirada esta llena de admiración. Frunzo el ceño cuando me doy cuenta de que el sigue completamente vestido.

- Se lo que estas pensado... Sra Grey, usted ha sido la elegida para ver un espectáculo nunca visto. - Cautelosamente se acerca a mi oreja y me susurra: - Le voy a hacer un striptease.

Se me reseca la boca... ¡Oh...Dios... Mio! Coje la silla de mi escritorio y la pone delante de mi. Saca su iPhone y pone una canción muy sensual...
Sale un momento al salón y cuando vuelve trae una rosa... En su boca. Ahora mismo estoy, pero que muy cachonda.

Ve mi albornoz y saca la cuerda, se acerca a mi y me ata las manos.

- No puede tocar nada... Esposa mía. - Trago saliva ante sus palabras.

Poco a poco se va moviendo al son de la música. Muy despacio se quita la americana y seguidamente la camiseta, y me la tira a la cara. Dejándome ver ese perfecto torso. Se acerca a hacia mi, y maldigo hacia adentro por no poder tocarlo. Se mueve delante de mí y yo lo único que se ocurre es lamerle.

- No, Sra Grey... No se puede tocar...

Me estoy muriendo de la risa. Nunca pensé que acabaría a si el día. Con mi jefe haciéndome un striptease... Bueno mi marido.

Se quita el cinturón y luego de una manera no muy sensual se baja los pantalones. Yo estoy que me muero de la risa. Definitivamente esto no es lo suyo. ¡Porfin se a quedado en boxers! Y en calcetines, se da cuenta que aún los lleva y se los quita. Y en ese intento de quitárselo de pie casi se cae.

- ¿Christian, pretendías seducirme o ponerme caliente? Porque te digo que has conseguido matarme de la risa...

- Oye es mi primera vez haciendo esto... Pero tampoco lo he echo tan mal... ¿No?

- No, no... Lo has echo de miedo... - Digo burlandome de él - ¿Y ahora ya vamos a pasar a la acción?

- No, Ana ahora te voy hacer el amor...

Todo lo demás desparece, ahora solo somos Christian y Ana.

***

Christian

Por primera vez en mi vida, me siento realmente feliz. Ana me hace el hombre más feliz de la tierra. Acabo de hacer una cosa impensable, pero la estúpida película que me hizo ver Mía me ha ayudado. Quería que fuese algo sensual, pero no lo he conseguido. He conseguido que se muera de la risa y me ha encantado, Ana me encanta cuando se ríe, esta hermosa.

La abrazo atrayendola hacia mí. Esta profundamente dormida, no se que haría sin esta bella mujer. Parce ser que la he dejado agotada. Despacio me levanto y voy hacia la cocina, tantos besos me han dejado con la boca seca. Me sirvo un vaso de agua y voy hacia la habitación de Ana.

Miro como duerme y me pregunto, como es que una persona tan maravillosa esta enamorada de mí. Yo no la merezco. Pero soy egoísta y me muero y si ella se fuera de mi lado.
Me imagino un bonito futuro al lado de ella.

La luz de mi móvil me quita la atención de mi Anastasia, decido ver quién es. Quizás es importante. Voy hacia el salón intentado no hacer mucho ruido. Abro la bandeja de entrada y me sorprende ver un mensaje de Leila.

Te digo que te alejes de ella y tu vas y le llevas una copa de vino con rosas... Que romántico, ¿desde cuando eres así?
Aléjate de ella, no es una broma, ella acabará mal, muy mal.

Ahogo un grito de frustración. Esta chica esta mal de la cabeza. Welch no logra dar con ella y esto me esta comenzando a preocupar más de lo debido. Miro hacia la habitación de Anastasia y no me lo perdonaría si algo le pasase. Simplemente yo me moriría si algo malo le pase. Los equipos de seguridad ya están altanto de todo. La vigilan las 24 horas del día. Si alguien sospechoso se acercará a ella ellos intervendrán. Es la única manera de que yo este conforme con su seguridad.

Dejo el vaso de agua en la pica y cuando me doy la vuelta la tengo ahí, recostada en el marco de la puerta.

- ¿Que haces despierta, Ana?

- No te vi y escuché pasos en la cocina... - Dice adormilada, se ve tan adorable así.

- Tenía sed, ¿Tienes sed? - Asiente y le sirvo un gran vaso de agua, se toma la mitad - Vamos a dormir Ana.

Nos acostamos en la cama y la abrazo fuerte. No quiero dejarte nunca Ana.

- Te quiero pequeña. - Le digo junto a su oreja.

- Te amo Christian.

Y con esas dulces y bonitas palabras me quedo profundamente dormido, junto a la persona a la que amo y nunca dejaré ir.

Solo es sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora