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Adiós...Gandalf y Boromir.

Los orcos comenzaron a entrar en la sala, Kira no podía contarlos, pero eran bastantes, comenzaron a luchar, Kira era hábil con la espada y bastante ágil, se movía con tanta facilidad que no le resultó para nada difícil haber matado a unos cuantos orcos. Hasta que entró el troll de las cavernas, era enorme, pero ella no se rebajó, siguió manteniendo la calma, la situación se volvió más difícil, el troll caminaba entre la pequeña sala, tratando de golpear a los miembros de la compañía del anillo, lo único que hacía Kira era esquivar y tratar de atacar, hasta que un orco la atacó, comenzaron a forcejear, mala suerte para la maga, ya que su espada salió por los aires, entonces se concentró, estiró su mano hacia el orco y éste comenzó a elevarse por el aire, Kira mantuvo su concentración y entonces el orco cayó al suelo muerto, le había partido el cuello, miró hacia atrás, su espada estaba a los pies de Gimli. Con un rápido movimiento de manos la espada ya volvió a su mano derecha, siguieron luchando, hasta que vio como Frodo cayó al suelo, con el arma del Troll en el pecho, Kira abrió los ojos como platos, ya no había ningún orco en la sala y el troll había caído muerto gracias a Aragorn y Legolas. Se acercó al mediano y se agachó a su altura, aún seguía vivo, le quitó el arma y Frodo se puso de pie.

-Deberías estar muerto- susurró ella.

Entonces Frodo desabotonó un poco su camisa, dejando ver la cota de mithril que le había dado Bilbo, todos se pusieron mucho más tranquilos y siguieron su camino, hasta llegar a una de las grandes salas, ahí comenzaron a oir un ruido extraño, alzaron las cabezas, miraron hacia los lados, orcos, cientos de ellos, acorralaron al grupo. Se habían quedado quietos, mirándoles y apuntándoles con espadas y flechas, pero no atacaron, comenzaron a huir, Gimli sonrió satisfecho, pero la joven maga se puso tensa, miró hacia atrás y comenzó a retroceder, la compañía la miraba extraño, pero Gandalf comprendió lo que decían sus ojos.

-Salid de aquí, ahora- gritó Gandalf.

Todos comenzaron a correr detrás de él, hasta llegar al puente, pero había un impedimento, estaba quebrado, Gandalf saltó junto con Frodo, luego Legolas, después Kira, detrás de ella Gimli y Merry y por último Boromir. Pero Aragorn no saltó y Pippin tampoco, esperaron a que el trozo de puente cayera hacia delante y por fin saltaron, siguieron corriendo hasta llegar al otro lado, pero Gandalf se quedó a mitad de camino, entonces apareció, lo último que quería ver Kira. El Balrog, un demonio que te ponía los pelos de punta y haría que te entrase el pánico. Kira quiso correr hacia Gandalf, pero Legolas la detuvo.

-Suéltame Legolas- dijo forcejeando.

-No, es peligroso.

-Suélt...- no pudo terminar de hablar.

-NO PUEDES PASAR- gritó Gandalf, dando un golpe con la vara en el puente, haciendo que éste se desquebrajara y el Balrog cayera, se dio la vuelta para seguir hacia la salida, pero algo le hico caer, aferrándose al borde del puente de piedra- corred insensatos.- y cayó al abismo.

-No... no no no- gritó Kira, tratando de soltarse del agarre de su compañero, pero fue inútil, sus fuerzas se desvanecieron.

Lograron salir de Moria, se quedaron un momento quietos, lamentándose por la perdida del mago, Kira se dejó caer al suelo, llorando desconsoladamente, lo había perdido todo, suspiró y se levantó, ayudada por Aragorn.

-Debemos seguir- dijo con la voz a punto de quebrarse.

-¿Es que no tienes piedad? tan solo un minuto por Gandalf- dijo Boromir.

-No, tiene razón, por mucho que me duela decirlo, pero el enemigo está cerca, no podemos parar- dijo Kira y volvió a llorar.

-Vamos... si nos quedamos más tiempo aquí sufrirás más... debemos continuar- dijo Gimli.

FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora