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Capítulo 20: ¿Este es el final?

[Narra Kira]

Nos quedamos solos, ningún enemigo queda. Miro hacia La Montaña del Destino, lava por todos lados, mi padre se queda mirando con tristeza. ¿Frodo y Sam siguen vivos? Puedo ver la cara de felicidad de los hombres de Eomer y los soldados de Gondor.

Me acerco a mi padre, acaricio las crines de Sombra Gris.

—Envía a las águilas, padre— le digo mirándole suplicante.

—Es lo único que nos queda por hacer.

Asiento, no perdí nunca la fe en Frodo y no pienso perderla ahora.

No esperamos mucho para ver de nuevo a las Águilas de mi padre, efectivamente traen a Frodo y a Sam, sonrío.

—Kira, Aragorn, Legolas, Gimli, volvemos a Rivendel— dice mi padre, asentimos.

Primero me gustaría despedirme de Eowyn, pero dudo que pueda, debemos llevar a Frodo y a Sam con Lord Elrond. Bajo de mi fiel compañero Nox, le acaricio sus preciosas crines y sonrío, es hora de despedirse, amigo mío. Miro a Eomer, y le entrego las riendas de Nox. Noto la tristeza en los ojos de mi peludo amigo, suspiro y me doy la vuelta, con la mente en que volvería a Rivendel con mi padre montada sobre Sombragris, pero la voz de Eomer me detiene.

—Kira, este caballo ya no pertenece a Rohan, ha sido muy fiel a tu lado a pesar de haber sido un caballo salvaje durante toda su vida, ahora mismo, te pertenece a ti.

Acaricio el hocico de Nox, si ya no pertenece a Rohan es hora de quitarle sus monturas.

—Vamos, amigo, nos queda un largo trayecto para ir a casa— miro a Eomer— gracias...

Una vez quitadas las monturas de Nox, subo en él, supongo que ahora se sentirá más libre, doy un último vistazo hacia Mordor y sus alrededores, es hora de seguir con la aventura.

Cabalgamos hacia Rivendel, preocupados por Frodo y Sam, felices de que por fin el anillo ha sido destruido. Las águilas llegarán mucho antes de que nosotros lo hagamos, pero a manos de Elrond no hay nada que temer.

**************************************************

Después de tanto cabalgar hacia Rivendel logramos llegar, Aragorn al ver a Arwen la besa con tanta pasión que cualquiera diría que sería el último día de vida de ambos. Elrond nos recibe con una gran sonrisa. Hemos cumplido nuestro cometido y ahora podemos tener una vida tranquila.

—Tu madre era igual que tú, con mucha belleza y a su misma vez valiente y fuerte— me dice Lord Elrond mientras me mira— has luchado, has visto muerte, te has preocupado y, también, te has enamorado— dice mirándonos a Legolas y a mí.

—Nunca seré como ella— digo en referencia a mi madre.

—No, nunca serás como Ellie, porque tú, Kira, tienes algo... un poder que aún está por desarrollar, algo muy grande.

Sus palabras se quedan en mi mente, daría lo que fuera por tenerla aquí. Noto que me abrazan por la espalda, un olor entre hierba y sudor inhundan mis fosas nasales. Legolas.

—Maldito elfo...

—¿Piensas vagar por toda la Tierra Media o vendrás conmigo?

—¿Qué pasará si me voy contigo?

—¿Estás dispuesta a convertirte en una reina?— susurra en mi oído. Noto como mis mejillas se tiñen de rojo.

— Estoy dispuesta a todo, maldito elfo.


Se separa de mí poco a poco,  a mi lado se para Arwen, me sonríe y me hace un gesto con la cabeza. Es obvio que lo que quiere decir es que necesitamos un baño, estamos asquerosos, no hace falta ni siquiera decirlo. La sigo en silencio hasta llegar a la que fue mi habitación durante tres días en Rivendel.

Sobre la cama hay ropa limpia y la tina está llena de agua caliente. Cuando me quedo sola comienzo a despojarme de mis ropas y me meto poco a poco en la tina. Podría quedarme horas aquí, con el agua caliente haciendo contacto con mi cuerpo.

Observo mis brazos, llenos de pequeñas cicatrices casi invisibles gracias a mis poderes regenerativos. Pero hay cicatrices que no desaparecerán tan fácilmente, esas cicatrices que han dejado todas esas muertes, mis inseguridades y mis miedos. No he sido la mejor guerrera, ni cocinera, ni siquiera he podido controlar mi poder, pero estoy aquí, respirando, estoy viva... al igual que mi padre, que mis compañeros, eso debería bastarme.

Me lavo rápido y me seco, me visto con la ropa que hay sobre la cama. Otro vestido... siempre los odié, pero esta vez Arwen ha acertado, el vestido es sencillo y discreto, color crema. Mi húmedo pelo cae sobre mis hombros, decido salir hacia los demás.

Comienzo a caminar, no recordaba lo grande que era esto, puedo ver a Merry, Pippin y ¿Sam? corriendo hacia mí. Me hago a un lado cuando pasan junto a mí diciendo ''Frodo ha despertado'', me cuesta unos segundos reaccionar, ¿Cómo es que no vi antes a Sam? sonrío y corro detrás de ellos. Cuando paran veo a mi padre dentro de una habitación sonriendo, no, más bien riendo. Los hobbits entran eufóricos mientras espero apoyada en el marco de la puerta. Lord Elrond me mira, asiente con una sonrisa y entonces entro yo despacio. Observo a Frodo y le abrazo fuertemente.

—Kira, me estoy asfixiando— le suelto.

—Lo siento, lo siento... me alegro de que estés bien— miro a Sam— buen trabajo Samsagaz Gamyi.

Aragorn entra y detrás de él lo hacen Gimli y Legolas. ¿Estamos a salvo ahora?

[...]

Ha llegado el día de la coronación de Aragorn  y también su boda. A mi izquierda se encuentran Gimli, Eowyn y Faramir, a mi derecha los hobbits. Observamos al nuevo rey de Gondor, Aragorn, hijo de Arathorn ha logrado si cometido, después de tanta guerra y tanto dolor se ha convertido en el rey que todos esperaban en La Ciudad Blanca.

Un grupo de elfos se acercan a Aragorn, Legolas me tiende su mano y a agarro con firmeza. Paramos en frente de nuestro amigo y hacemos un pequeño hueco para el paso de Arwen, está preciosa, tan resplandeciente como siempre. Aragorn la besa y todo el mundo comienza a aplaudir.

Mi vida ha dado un giro inesperado, me he convertido en una Istari, he luchado, he entrado en un nuevo mundo y lo volvería a hacer mil veces.

—Después de todo ahora podemos vivir sin...— interrumpo a Legolas.

—Sigues hablando demasiado, maldito elfo— lo atraigo hacia mí y nos fundimos en un beso.

Legolas se separa poco a poco, mira hacia atrás y hace un gesto, haciendo que mi padre aparezca a nuestro lado.

—Yo quiero hacer esto bien, ni siquiera sé cómo hacerlo pero...— suspira y me mira a los ojos— ¿te casarías conmigo?

Noto un fuerte calor en mis mejillas, sonrío nerviosa.

—Por supuesto.

Y entonces es Legolas quien me besa, ahora mismo me da igual que todos nos estén mirando, me da igual todo mientras sea él quien está a mi lado. Nos separamos a causa de la falta de aire.

—Cuida de mi hija— dice mi padre.

—Lo haré— responde Legolas.

—Te quiero hija.

—Te quiero padre.




[N/A]:HEMOS LLEGADO AL FINAL, ME HA QUEDADO MUY PASTELOSO PERO... WHO CARES? Lo he pasado genial escribiendo esta historia, he disfrutado, he llorado por la frustración por la falta de imaginación... Me ha gustado bastante como ha quedado a pesar de ser la primera fanfic que escribo. Tengo dos amigas a las cuales les paso los capítulos antes de publicarlos y ambas quieren que hayan nuevas aventuras, nuevos peligros... ¿estaré preparada para un nuevo reto?


FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora