Capitulo 3: Seattle

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POV TOBIAS

Estamos en el avión rumbo a Seattle. Ana esta a mi lado, tiene mal aspecto, ha llorado mucho y dormido poco. Aunque no la puedo culpar. No después de perder a nuestros padres de esa manera tan rápida y trágica.

Flashback

Entro en el cuarto de la morgue. Es un cuarto frío, es blanco pero un blanco grisáceo. Cuando la puerta se cierra en mi mente repito no son ellos, no son ellos. El hombre me pregunta si estoy listo. Nunca estaré listo pero nunca dejare que Ana lo haga, jamás, eso la destruiría. Digo que sí.

Junto a mi hay dos camas y en ellas dos cuerpos que están metidos en unas bolsas para cadáveres. Un escalofrió recorre todo mi cuerpo al decir esa maldita palabra. El hombre abre una bolsa y luego la otra. Tengo los ojos cerrados y cuando ya no escucho el sonido de los cierres abro los ojos. Lo que veo me deja helado. Sus rostros están con algunos rasguños y algunos moretones. Lagrimas comienzan a bajar por mis mejillas. Me acerco a mama mientras imágenes del baile de la mañana llegan a mi mente. Acaricio se mejilla pero esta helada. Hago lo mismo con la mi padre que se encuentra igual de fría. Entonces caigo en cuenta que son ellos, son mis padres, me duele el pecho.

-No... ¿Por qué?... Noooo- grito fuerte para que despierten pero no hay ninguna respuesta. Retrocedo hasta que mi espalda toca la pared, me deslizo hasta el suelo. Abrazo mis rodillas y lloro. Lloro como cuando era pequeño, lloro por no tener a mis padres a mi lado, lloro por la soledad que extiende sus brazos para darme la bienvenida. Cuando logro dejar de llorar salgo para ver a Ana llorando en los brazos de Luciana. Me ve y corre hacia mí. Me abraza y la abrazo. Es lo único que me queda de ellos. La protegeré con mi vida, ella será mi prioridad y no dejare que nada malo le pase, nunca.

Los funerales fueron muy dolorosos para mí. Cada vez que alguien me daba el pésame, me daban ganas de salir corriendo y encerrarme en mi habitación y no salir por días.

La sorpresa más grande la dio el testamento de nuestros padres. Nuestro tutor es nada más y nada menos que nuestro tío Javier. El es bueno con nosotros. De hecho fue el único pariente que llego. Los demás aun no perdonan a mi padre que el heredero de una familia muy importante de la alta sociedad, se haya casado con una mesera del centro de la ciudad. Lo peor es que nos tendremos que mudar de ciudad, quizás la lejanía ayude un poco pero ¿servirá de algo en realidad?

Fin de flashback

Llevamos como 3 horas de vuelo y nos quedan como 6 mas. Desde el día que nuestros padres se fueron Ana ha dormido conmigo. Despierta todas las noches llorando y susurrando el nombre de nuestros padres. Esta destrozada. Siempre que pasa eso la abrazo y le digo que todo estará bien, pero aun así no puede dormir bien. Esperemos que este tiempo en Seattle nos ayude a pasar un poco mejor el dolor de la perdida, o si no Ana no saldrá de esto y yo tampoco.

Algo o alguien me sacude y hace que me despierte. Me encuentro con una azafata que me dice que me abroche el cinturón y que haga lo mismo con mi hermana. Con cuidado coloco el cinturón luego el mío. No la quiero despertar. El problema será como bajamos de avión. ¿Podré llevarla en brazos?

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Estamos en frente de una casa gigante. Ana esta a mi lado igual de sorprendida que yo. Cuando vamos a dar un paso unos ladridos nos sacan de nuestro asombro y por uno de los costados de la casa aparecen 2 husky hermosos. Llegan donde mi tío, se sientan y mueblen sus colitas. Están bien entrenados. A mi hermana se le iluminan los ojitos. Le encantan los animales, sobre todo los perros.

-bueno jóvenes, esta es mi casa. La cual desde hoy será su nuevo hogar-

-bonita- dice Ana

-impresionante- digo

-gracias por los cumplidos. Y ellos- dice indicando a los perros- son iceberg y glaciar- ambos son preciosos. Con cuidado Ana se acerca y comienza a hacerles cariño. Yo sonrió cuando los perros comienzan a jugar y saltar a su alrededor. Por fin sonríe y ríe. Eso es una dosis de felicidad para mí, escucharla así.

-dejen los juegos para después. Debo enseñarles la casa y sus habitaciones- dice Javier

-¿ellos pueden entrar a la casa?- pregunta Ana señalando a los perros.

-sí, solo si se les invita-

-¿puedo?- dice Ana

-claro, además de ahora en adelante ustedes también vivirán aquí. Serán parte de nuestra familia algo solitaria-

-¿no tienes novia, esposa o pareja?- pregunta seguida por los perros. Ya comenzó con las preguntas. Mucho se había demorado.

-la verdad no. Las mujeres se acercan a mí, por mi dinero, no por el guapo militar retirado que soy- todos reímos

-¿serás muy exigente con nosotros?- le pregunto

-todo depende de los resultado que traigan. No soy una persona que castiga, pero si lo tengo que hacer para que sean responsable y buenas personas, lo haré-

Abre la puerta principal. Entramos a una sala impresionante. Es muy parecida a la casa de Londres, se nota que ambos hermanos tenia gustos parecidos. La casa es preciosa con colores blanco y cremas, además de muebles de caoba divinos y con detalles delicados. El despacho es gigante, muy tranquilo. Ambos nos reímos cuando Ana salta de alegría por la biblioteca incluida en el despacho. Lo siguiente es la cocina, amplia, moderna y llena de colores, lo perros se quedaron aquí y supongo el por qué, hay alguien que está cocinando. Por último las habitaciones. Tienen lo básico, una cama, un closet, una cómoda, un velador, un escritorio, una silla y un espejo. No tienen diseño ni estilo.

-no se sus gustos. Pueden decorarlos como les guste. Supongo que están cansados. Hay una muda para la cama en el closet- dice

-me gustaría ir a comprar cosas para mi habitación y trabajar en ella. Así cuando comiencen las clases tenga todo listo. Además de estar acostumbrada a la nueva casa- dice Ana sonrojándose.

-yo opino lo mismo- digo

-está bien- busca en su chaqueta y saca su billetera. Me entrega un tarjeta- esa tarjeta es de ustedes. Tiene cupo limitado. Mensualmente se les depositara 20.000 dólares. Solo por hoy lo pueden ocupar completo. Desde el próximo mes, yo me haré cargo. Recibirán una mesada a cada 15 días y no serán grandes cantidades. Ustedes ven lo que hacen con ella. Iré con ustedes por si les falta dinero. Esto es solo por hoy, no se acostumbren-

-por mi está bien- dice Ana. A ella le da lo mismo el dinero igual que a mí.

-¿Cuándo salimos?- pregunto

-en 15 minutos. Después de que coman algo. En la cocina esta Valeria, mi cocinera. Ella ya les preparo algo, así que dejen sus cosas y bajen con lo necesario. Los espero abajo- dice y se va.

-¿y?- le pregunto a Ana

-no está mal. Además no nos queda de otra- dejo los bolsos. Sacamos los teléfonos y los documentos y bajamos. No parece tan mal nuestro nuevo destino. Ojala que con el tiempo lo consideremos nuestro hogar.


BUENO QUERIDOS LECTORES Y LECTORAS VOLVÍ... ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPITULO... FALTA POCO PARA EL ENCUENTRO DE CRISTIAN Y ANA...

DEDICO ESTE CAPITULO A

COMENTARIOS: KataGrey09, stheffivo Y Ojosgalanos

SEGUNDO VOTO: camu-f



Lazos de amor: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora