Capitulo 25: Desconocido

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POV ANASTASIA

-no Tobías. Se me hizo tarde y el chofer ya se fue. El profesor me castigo por estar hablando en clases- le digo mientras camino rumbo a la salida de la escuela.

-¿te castigo? Ana estas agarrando malas mañas- me regaña.

-no es eso, es solo que he estado distraída- le digo.

-¿te llego el periodo?- dice sin más.

-¡Tobías! ¡Eso no se le pregunta a una niña! ¿Qué les enseñan en la escuela? ¿A no tener filtro?- lo regaño.

-bueno de alguna manera tengo que encontrar la razón porque estas así- me gruñe.

-te ves más lindo cuando comes postres- le digo.

-deja mis postres tranquilos, que no tienen la culpa de tu mal genio. ¿Dónde estás?-

-¿para que lo quieres saber?- le digo.

-quiero invitarte a tomar un helado, ya que no quiero que dañes mis postres que están en la casa. Además hace meses no nos comemos uno- dice. Sé que esta haciendo un puchero.

-estoy recién saliendo de la escuela

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-estoy recién saliendo de la escuela. Pensaba caminar hasta la parada- le digo.

-no lo hagas. Espérame en la entrada y vamos por el helado- dice emocionado.

-¿estas emocionado por verme o por comer helado?- le pregunto.

-sabes la repuesta- dice.

-no cambias. Gordo lechón pero... está bien. Te doy media hora para llegar si no me voy caminando- le digo.

-odio que me digas gordo lechón, además kata también agarro la maldita manía de llamarme gordo- gruñe. Sonrió por mis adentros.

-entonces, ¿cupido gano?- pregunto.

-sí, gano gracias a ti. ¿Por qué no me dijiste que le gustaba? Nos hubiéramos ahorrado todo el tiempo de dudas- me dice. Yo niego con la cabeza.

-porque no debía ser yo quien lo dijera. Digamos que solo condimente la relación con un poco de celos- digo sonriendo.

-eres perversa pero gracias a Dios por eso- escucho como se ríe.

-¿Ya estas saliendo?- le digo.

-en eso estoy pero colocarme los pantalones con una mano y la otra afirmando el teléfono no es muy cómodo- me dice.

-entonces cuelga- le digo.

-¿y qué crees que voy a hacer?-

-idiota-

-lo sé pero me quieres igual. Nos vemos después. Te quiero-

-yo también, burro- escucho que se ríe.

-ok. Lechón y burro, ¿Qué otro animal seré en un futuro?- me pregunta.

-en el futuro lo sabrás, bey...- corto la llamada.

Lazos de amor: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora