Anastasia, una adolescente amada por sus padres. A pesar de todo lo que tiene siendo millonaria, el dinero no le importa. Solo quiere estar con sus padres y su familia en Londres.
Un dia, un accidente de tránsito le quito lo más preciado, sus padres...
-¿Por qué se van tan rápido? ¿No se pueden quedar hasta el fin de semana?- frunzo el ceño. No quiero que se vayan.
-Ana, no podemos. Nuestros padres nos dieron permiso por solo 5 días y esos días ya pasaron- dice George.
-yo tampoco quiero volver ahora, más aun cuando el cumpleaños de los dos esta tan cerca. ¿Cuándo es?- pregunta Andrés.
-es mañana. George dame tu teléfono- digo cuando se me ocurre una idea.
-¿para qué?- dice serio.
-solo dámelo. A no ser que quieras que ciertos dedos terminen en cierta parte y pases peligro- le digo. El palidece y me entrega el teléfono. Sonrió triunfante.
-está bien. Pequeña traidora- dice. Me presta el teléfono y busco en sus contactos, hasta que encuentro el que quiero. Marco y espero que contesten.
-George, hijo, ¿Cómo lo estás pasando?- la voz de la madre de George me hace sonreír.
-mil disculpas señora Tania pero esta hablando con Ana- digo sonriendo.
-pequeña, que gusto escuchar tu voz. Espero que me estés llamando para decirme que mi hijo se ha comportado, porque si no es así...- me rio.
-no es nada de eso. Lo que sucede es que en dos días más es mi cumpleaños, bueno el cumpleaños de Tobías y el mío y queremos celebrarlo todos juntos- digo. George tiene una ceja levantada.
-ya veo. Sé que le exigí que tenía que volver mañana pero... si me lo pides de esa manera tan tierna, puede que haga una concesión. Pásame a George, por favor- ¡victoria!
-George, tu madre quiere hablar contigo- suspira pesadamente pero lo atendiendo igual.
-ahora es tu turno...-
-tómalo. No es necesario que me lo pidas. Aunque debo decirte que hablar con mi padre no será una tarea sencilla- sonrió. No creo que sea tan difícil. ¿O sí?
Dos horas después, un montón de regaños, unas cuantas advertencias y muchos deseos de buena suerte, consigo conversar que el señor Dante, le diera permiso a Andrés para que se quedara.
-¿Qué quieres hacer de cumpleaños?- dice Tobías.
-porque no hacemos un picnic en el patio, como lo hicimos la otra vez. Podemos conseguir algo de helio y hacer juegos. Podemos cocinar y hacer varios postres. Creo que recuerdo la receta de torta de chocolate de mamá y quiero hacerla. Podemos utilizar la piscina y conseguir una máquina de espuma... o...- Tobías me detiene.
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-calma. Dios, me estas mareando- dice Tobías.
-lo siento, hiperventile- sonrió.
-está bien. Estás animada y eso es bueno. Mira quien viene buscando cariño- dice mientras mira como Snow se acerca a nosotros. Sube cuidadosamente el sillón y se acuesta en sus piernas.
