Anastasia, una adolescente amada por sus padres. A pesar de todo lo que tiene siendo millonaria, el dinero no le importa. Solo quiere estar con sus padres y su familia en Londres.
Un dia, un accidente de tránsito le quito lo más preciado, sus padres...
-Anastasia me lo deberías haber dicho antes. Esto es más complicado de que lo pensamos. El detective dijo que había algo oscuro en la muerte de tus padres y que por este motivo todos, pero especialmente tú, estás en peligro-dice mirándome con furia.
-no me acordaba de esa persona hasta que el recuerdo llego anoche. La verdad es que el señor, el amigo de papá no me dio miedo, solo mala espina pero el hombre que lo escolta sí. El lleva un tatuaje en la mano- digo. Veo que respira pesadamente.
-Ana comprende que estas en peligro. Todos estamos en peligro pero más tú. Eres una jovencita, tierna y preciosa que cualquier hombre querría tenerte. Eres un vicio- me dice.
-lo sé. Pero, ¿cómo quieres que sea cuidadosa si no sé de qué me tengo que cuidar? Nadie de esta familia habla conmigo. Todos saben menos yo- digo frustrada.
-hay cosas que no debes saber pero créeme Ana, la muerte de tus padres no fue un accidente y el que está detrás de eso, quiere llegar a ti- cierro los ojos. No me está diciendo nada de lo que ya sabía.
-supongo que es lo único que dirás, ¿no?- lo miro.
-por ahora, sí. Anda termina el desayuno que los demás tienen que estar por llegar- se sienta en el puesto principal de la mesa y yo estoy su lado derecho. Veo que frunce el ceño de la nada.
-¿Dónde está Tobías?- pregunta. Sonrió al recordar lo que vi anoche.
-durmiendo supongo- digo mientras me llevo un trozo de queque de zanahoria.
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-eso es raro. Nunca duerme hasta tan tarde- dice Javier mientras bebe un poco de café humeante.
-bueno... digamos... que ayer fue un día de mucha acción para el- digo y muerdo mi labio inferior tratando de no reír.
-¿Por qué lo dices?- antes de poder contestar vemos como Tobías baja acompañado de Kata. Ambos vienen tomados de la mano y mi amiga tiene sus mejillas sonrojadas y feliz. Miro a mi tío que frunce el ceño.
-buenos días tío- dice Tobías feliz. Cambia la cara hermanito, que Javier se puede dar cuenta.
-buenos días señor Stelle- dice Kata.
-buenos días muchachos. Tobías después quiero hablar contigo en el despacho- dice serio. ¡Bingo! Lo descubrió.
-claro tío- dice.
-no sabía que teníamos visita- dice Javier molesto.
-tuvo un problema anoche. Llamo para preguntarme si podía venir. No la podía dejar sola, estaba llorando- dice Tobías medio exaltado.
-podrías haber avisado- dice molesto.
-eran los dos y media cuando llego. Estabas durmiendo. No quería molestarte- dice mi hermano cruzado de brazos.
