Capitulo 14: Entrenamiento

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POV CRISTIAN

Estoy sentado en la sala de la casa. Mamá está al frente y mis hermanos a los lados. Grace dijo que hoy tenemos reunión familiar y, por ende, nadie podía faltar o se las verían con ella. No me gusta como ve, pero sé que me lo gane. He hecho la estupidez más grande en mi vida y he hecho daño a alguien.

-bueno familia. hoy vamos a hablar seriamente de lo que ha ocurrido entre Cristian y Anastasia el día de ayer. Además de la nueva amistad que existe entre Cristian y la pandilla de la escuela- anuncia Grace. Yo pongo lo ojos en blanco ganando una mirada fulminante de mi madre. Me quedo estático. Esas miradas dan miedo.

- ¿Qué paso, mamá? - pregunta Elliot. Se ve casando y muy agotado.

-Cristian con sus nuevos amiguitos le dieron la bienvenida a Anastasia por ser nueva en la escuela- dice Grace.

-y eso ¿Qué tiene de malo? Todos los colegios hacen lo mismo. Los nuevos siempre son recibidos con alguna reunión o una mini fiesta- dice Elliot.

-pero a Anastasia no le hicieron nada de eso. Al contrario, le hicieron una broma que le está costando por ahora un horrible dolor en la cadera y unas cuantas semanas en la casa por reposo absoluto- dice mamá. No soy capaz de mirarla.

-mamá ¿puedes contarnos de una vez que fue lo que hizo? - gruñe Elliot. Mia tampoco está feliz, pero por lo menos ella no me fulmina con la mirada.

-puso aceite al frente de su casillero. Y cuando ella fue a sacar sus cosas para entrar a clases, se resbalo pegándose en la cadera. Tobías, la trajo a la consulta, ya que ni siquiera podía mover la pierna sin que le provocara algún nivel de dolor-

- ¿Cómo está ahora? - pregunta Mía.

-no lo sé. Le di algunos cálmate, pero recién mañana podremos saber si es algo simple o más complicado. Si es más complicado la debemos hospitalizar, hacer radiografías, exámenes y si se confirma lo peor entraría a cirugía- abro los ojos...

- ¿Qué? - digo.

-eso es lo que pasas cuando haces algo y no mides las consecuencias, hijo. No te estoy diciendo que tus amigos son malos porque no los conozco y cuando quise que Ana me contara no me dijo nada. En estos momentos el que está en riesgo eres tú, no veo a ninguno de tus amigos, aquí, apoyándote- dice Grace.

-ellos no son buenos mamá. Sobre todo, el tal Jack. Es hijo de la directora por ende es intocable. Le falta el respeto a todo y todos. Aun me cuesta creer que Cristian es amigo de ellos, pero sobre todo de él- dice Mia.

-bueno lo mejor será tomar en cuenta lo que me dijo Javier. Desde la próxima semana iras a clases de boxeo y defensa personal. Serás entrenado por un amigo de Javier. Es un entrenador bastante bueno. Te ayudara a sacar toda esa rabia que llevas por dentro y lo bueno es que no dañaras a nadie- dice Grace

- ¡Mamá! - le digo

-nada de mamá. No te estoy pidiendo permiso Cristian. Eres mi hijo y esto es lo mejor para ti. Sé que todavía estas enojado con el mundo por lo que paso con tu padre, pero es hora de que eso cambia. Tarde o temprano harás algo de lo que te puedes arrepentir por el resto de la vida si te dejas llevar por el odio que tienes en estos momentos. Por este motivo, decidí meterte en esas clases. Así te desquitaras con los sacos y en la noche estarás relajado- me dice.

- ¿Por cuánto tiempo lo tendrás en esos cursos? - pregunta Elliot.

-hasta que deje de hacer tonteras y en su cabeza y corazón deje de existir esa odio, aunque sea un poco del que tiene- dice mamá.

-bueno si es mejor para mi hermano, te apoyo. Además, no creo poder ayudar más. Sabes que estoy muy ocupado con la constructora. Lo más probable es que sería un estorbo- dice Elliot. Es verdad Elliot ha tomado el papel de papá con nosotros.

-pues yo lo podría vigilar en lo recreos. Aunque no se vería bien- dice Mia. La fulmino con la mirada.

-no Mia, hay que ver cómo se comporta. Si se sigue metiendo en líos intervienes, como lo haría cualquier hermano mayor- dice Grace. Suspiro.

-como tú digas mamá- le responde Mia.

-es hora de dormir. Esta muy cansada y mañana se viene un día pesado. Así que es mejor que suban y descansen. Y tu Cristian- dice mientras me mira directamente a mis ojos -por favor, deja de meterte en problemas- me dice y puedo ver en sus ojos dolor y decepción.

-está bien mamá. Lo intentare- paso por su lado y le doy un beso en su mejilla. Subo a mi cuarto, me ducho y me coloco mi pijama. Me acuesto y miro al techo. Es hora de cambiar. No puedo seguir así. No puedo seguir dañando más a mamá, ella no se lo merece.

Tres semanas después

-vamos Cristian. Cuida tu franco derecho es bastante débil- gruñe el entrenador. Me lanzo en su contra. Pero vuelvo a fallar, toma mi brazo, me da vuelta en el aire y me estampa en la colchoneta.

-no soy débil- le digo. Me levanto y vuelvo al ataca. Pero estoy segado por la rabia que siento en estos momentos. Me siento un inútil. Como bien dijo el entrenador, mis golpes son erráticos y vuelvo a fallar. Gruño por la bajo.

-eres un hijito de mamá. Necesitas ponerte los pantalones y afrontar tus problemas. Piensa Cristian, piensa- no soy capaz de pensar, vuelvo a atacar, pero esta vez me enredo con mi propio pie y caigo de rodillas. Pero me levanto. Seguimos así varios minutos, hasta que le hago caso. Miro mi entorno y miro al entrenador. Observo su cuerpo, su postura y me percato de algo. Su postura esta errónea quizás pueda...

Enderezo mi cuerpo y contraataco. Sé que me golpeara, pero espero que el plan funcione. Siento como su puño se acerca a mi abdomen y bingo. Con mi pie hago que pierda el equilibrio y golpeo su cara. Mi puño impacta en su mejilla logrando que su cuerpo quede en el suelo.

Brinco por la emoción que tengo. Después de dos semanas y medias por fin le pude dar un golpe certero y lo vencí. Me siento feliz por eso, cuando intento enderezarme me duele las costillas, donde antes me golpeo.

-bien hecho muchacho. Por fin ocupas la cabeza en tu oponente. Es así como debes ver las cosas. Ve la debilidad de los demás y sabrás como solucionar los problemas. Es así como funciona la vida, aunque sacándole la violencia- me sonríe. Me entrega una lata de gaseosa y me dice que vuelva a casa, que el entrenamiento acaba por hoy.

Cuando voy en el auto, pienso en lo que he hecho hasta ahora y sé que necesito pedirle perdón a Ana. Desde el accidente no he hablado con ella. La veo en la escuela, pero no se acerca a mí. Me evita. Estuvo dos semanas con licencia médica, casi entra a pabellón, pero no ocurrió. No me gusta que me ignore. Después de lo que ocurrió me di cuenta que algo sentía por ella, pero no lo he dicho nada a nadie. Necesito comenzar de nuevo con ella. Necesito que confié en mí. Quiero que seamos amigos. ¿Es mucho pedir?


ESPERO QUE LO HAYAN DISFRUTADO... 

ESPERO QUE ME PERDONEN POR NO PUBLICAR ANTES... 

CRISTIAN ESTA CAMBIANDO, LOS ERRORES SIEMPRE NOS HACEN RECAPACITAR...

 NOS LEEMOS PRONTO

Lazos de amor: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora