Anastasia, una adolescente amada por sus padres. A pesar de todo lo que tiene siendo millonaria, el dinero no le importa. Solo quiere estar con sus padres y su familia en Londres.
Un dia, un accidente de tránsito le quito lo más preciado, sus padres...
Malditos trabajos escolares y maldito aniversario de la escuela. Cambiaron la fecha del baile y será en una semana más y mañana se celebrara el aniversario número 10 de la escuela.
Todo iba bien hasta que nos dicen que tenemos que hacer una obra teatral. A los demás cursos le toco acto de magia, comedia, basar y no sé cuántas cosas más. Rece a todos los dioses que recordé en ese momento, Zeus, Ra, Hades, Ares, Apolo, Odín, Poseidón, Hefestos, Hermes y Perseo, no quería participar en ninguna obra pero ninguno de ellos pudo con el destino que el malvado de Apofis tenía preparado para mí.
La obra era sobre Romeo Y Julieta pero en una adaptación, pero adivinen que salió de Julieta y Romeo. Cristian y yo. No quería y no porque no quisiera a Cristian cerca de mí, es la obra. Las palabras, el guion. Aunque fueron modificados los ambientes los guiones son iguales y eso es lo que me pone mal.
Desde que Javier me dijo que estoy en peligro, todas las noches, he recordado algo de mi pasado. Momentos donde solo estábamos mi familia, mis padres. Esos recuerdos me tienen destrozada y no porque sean feos, al contrario, son bellos y envidiables pero me recuerdan que mis padres no están y que no estarán jamás.
He hablado con el psicólogo de esto y me dice que hay algo en mi cabeza que me está advirtiendo de algo. Que debo ser más precavida al momento de sacar conclusiones tan apresuradas y analizar los sueños.
-estás distraída- me dice Cristian. Suspiro.
-no lo he estado pasando muy bien- le digo. No tengo para que mentirle. En más de ocasión me ha encontrado llorando en la cocina.
-¿cuantas veces te despertaste anoche?- me dice.
-no lo sé. A la cuarta vez deje de contar- le digo.
-tienes ojeras y cada día se hacen más notorias- me dice tomándome por sorpresa.
-estoy algo intranquila- digo.
-pienso que más intranquila... Tienes miedo y eso es normal- lo miro. ¿Por qué me tiene que conocer también?
-mi cabeza no deja de pensar en eso. ¿Por qué me quieren hacer daño? ¿Que ganan con eso?- digo. Dejo el guion a un lado y lo miro a la cara.
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-Ana hay gente mala en cada lugar donde vayamos. A veces la venganza, el odio, la envidia e incluso la lujuria pueden provocar cosas muy, muy malas en la personas. El odio me segó cuando mi padre murió y mira lo que sucedió. Me la cobre contigo, haciéndote mucho daño- dice con semblante triste.
-eso ya paso- le digo.
-si pero el daño no se borra tan rápido- niego con la cabeza. No quiero seguir hablando del tema.
-Cristian deja de culparte. Eso ya pasó, ya te perdone. Ahora quiero vivir el presente- le digo.
-es cierto, me perdonaste pero no quieres estar conmigo- dice.
