Noto como mis manos tiemblan mientras me plancho el pelo y sonrío un poco al espejo.
¿Que sentirán las chicas guapas al verse bien? Porque mirarte y odiar todo lo que ves es una mierda.
Cuando consigo que mi rizado pelo quede perfectamente liso salgo del baño para vestirme.
Me pongo unos pitillos y una sudadera y suspiro porque odio ver que nada me queda bien.-Silvia, ¿estás lista?-aparece mi madre por la puerta, me mira sonriente y agarra las maletas y todo lo que llevaré a Madrid.-Te espero en el coche, no tardes.
-Ahora voy.-susurro atándome los cordones de una de mis deportivas.
Me miro una ultima vez al espejo y me muerdo el labio mientras agarro el movil.
Alzira nos espera, y en ella Marta.Salgo de casa y oigo la canción de "Lo mejor esta por venir", sonando desde mi coche a todo volumen.
Nada mejor que eso para comenzar la tarde.-¿Lista?-sonríe mi madre cuando entro y asiento muy segura.-Pues vámonos.
******
Intento hacer bien el trabajo pero no consigo concentrarme.
Tengo que acabarlo para llevárselo a una amiga y que lo entregue ella mañana por mi pero sabiendo que dentro de apenas unos minutos estará Silvia aquí no puedo.-Marta, cariño.-aparece mi madre y me sonríe.-La madre de Silvia me acaba de decir que ya están en Alzira, ¿bajas conmigo a recibirla?
Dejo el bolígrafo corriendo y me levanto con una sonrisa y con unos nervios que no se controlar.
¿Que debo hacer?
¿Le doy un abrazo o dos besos?
¿Voy corriendo hacia ella o ando lentamente?
Ah, no sé.Antes de que me de cuenta ya estoy en la calle y la veo de lejos.
Es un poco mas alta que yo, se ha alisado el pelo y enseguida sus grandes ojos marrones se clavan en mi.
Sonrío y ella hace lo mismo, cosa que me hace ver lo bonita que es cuando lo hace.Veo que mi madre se acerca hacia ella y me obligo a seguirla algo nerviosa.
Silvia habla algo con su hermano y por como se toca el pelo se que ella también está algo nerviosa.
Dios, menudo par de vergonzosas.
-Hola.-se muerde el labio sonriente y la miro algo sonrojada también con una sonrisa.
Me acerco a ella y le doy dos besos, y mientras nuestras madres se saludan se queda callada.
Ya me aseguró que esto pasaría porque aunque a veces no lo parezca es muy tímida, y yo no me quedo atrás.Hablan de algo animadamente y ella me mira de reojo sin saber que decir.
-Dios, que vergüenza.-susurra y doy una suave risilla.
-Ya.-me muerdo el labio sonrojada.
Miramos a nuestras madres hablar y mientras la ayudo a sacar las metas del coche.
Se despide de su hermano y de su madre y la ayudamos a llevarlo todo a nuestra casa.Entramos en mi habitación y seguimos igual de calladas que al principio.
¿Qué demonios nos pasa?
Si lo sabemos todo la una de la otra, es una tontería que estemos así pero supongo que tenerla delante y estar acostumbrada de verla a través de una pantalla es muy distinto.-Yo...-la miro sonriente.-Tengo que acabar de hacer un trabajo.
-Oh, vale.-susurra sacando el movil.-Espero que nos hayan puesto en la misma habitación, porque si no me muero.
-Ya, y yo.-le contesto escribiendo rápidamente.-Oye, ¿me haces un favor?
-Claro boba.-se acerca a mi y sonrío porque ya se está soltando.-Dime.
-¿Me haces el título?-me muerdo el labio y ella asiente.-Es de gimnasia.
Agarra el folio y la veo escribir lo que le he dicho, pone cara de concentrada y sonrío débilmente porque siempre me ha gustado esa cara de ella.
Frunce el ceño y se muerde la lengua sutilmente y ay veces que se sonroja.-Ya esta.-me la tiende con una sonrisa.-¿Te gusta?
*******
Después de ir a casa de una amiga de Marta y de el que creo que es su tío, nos decidimos por ir a comprar algo para regalarles a los gemelos.
Entramos en un chino que hay cerca de su casa y lo primero que cogemos son unos tubos de confeti, cosa que lanzaremos seguramente cuando canten o algo.
También agarramos una caja grande de cartón y después de pasar por el Mercadona y uno de los quioscos de allí la llenamos hasta arriba de chuches y cosas de chocolate.-Van a engordar.-sonrío mientras subimos a su casa a dejarlo todo.-Aunque seguirán igual de guapos.
-¡Mamá!-la llama.-Vamos a ir a cenar a los montaditos, dame dinero, por favor.
Dejo todo en su habitación y cuando vuelvo ya esta esperándome en la puerta con una sonrisa.
Andamos durante varios minutos hasta encontrar el establecimiento y cuando entramos solo hay una pareja cenando, por lo que suspiramos dando gracias a dios de que no esté lleno.
Nos sentamos en la mesa y rellenamos el papel rápidamente.
Volvemos a levantarnos y vamos hasta el camarero para dárselo.-Genial, ¿a qué nombre lo pongo?-pregunta con una sonrisa.
-Silvia.-contesta rápidamente Marta y la miro mal de reojo.
-Vale Silvia, ¿y tu como te llamas?-me señala y doy una suave risilla.
-Marta.-miento mirando de reojo a mi amiga.
-Pues no tardara mucho chicas.-dice amable y volvemos al sitio dando suaves risillas.
-Así que te llamas Silvia, eh.-río un poco y ella asiente dudosa.
-¡Silvia!-llaman por un micrófono y miro a Marta con una sonrisa.
Se levanta y va a por el pedido y comienzo a reír porque aparte de la vergüenza que aun tenemos, verla responde a mi nombre y que todo haya sido culpa suya hace que mi risa tonta e imparable salga a la luz.
Centro mi vista en su pelo rubio-castaño y en sus ojos color miel y en como sus pequeñas manos cogen la bandeja con cuidado.
-Marta.-vuelven a llamar y me levanto yo aun riendo.-¿Lo he dicho mal?-dice el camarero al ver que no paramos de reír y niego con la cabeza.
-No, solo...-paro de reír.-Simplemente es cosa de amigas.-sonrío.-Cosa de dos.
-Entiendo.-me sonríe y le agarro las bandejas que nos faltaban para dejarlas en la mesa.
-Anda que la que has liado...-le río y me mira mal aunque segundos después volvemos a reír.-Va, calla y come, que si te paras a pensar....-me hago la interesante.-Faltan menos de un día para ver a mis novios.
-Eh, perdona que te diga que no son tus novios.-me dice y le saco la lengua.-Comparte, zorra.
-Uf vale, pero porque eres tu.-bufo sonriendo.-Nos los vamos cambiando.
-Mañana se lo decimos.-me mira.-Bueno, mejor no que los asustamos y no es plan, que tenemos que volver a verlos y volver a abrázalo porque..., ¿tú los necesitas tanto como yo, no?
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No me digas te quiero, quiéreme.
FanfictionLa magia estaba en quererle y en creer que el truco era eterno.