Quédate.

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La miro con una sonrisa, Valeria es realmente preciosa. Apoyo mi cabeza en mis manos mientras la oigo hablar de lo increíble que ha sido su vida en Inglaterra, y que nada más llegar a Sevilla se llevó la sorpresa de que mi hermano y yo éramos famosos. Meses después le anunciaron que vivirían en Madrid y aquí esta, deslumbrándome con su increíble personalidad.

La veo fruncir el ceño y segundos después descubro el porque.
Un vaso de Coca-Cola con hielos incluidos me cae encima, haciendo que me levante de la pequeña mesa sobresaltado.

Me giro enfadado, viendo a Silvia cruzada de brazos, intentando no reírse por mis pintas haciéndose la sería.

-¡¿Qué haces loca?!-grita Val, levantándose para plantarse vacilante delante de mi amiga.

-Cállate.-la manda callar con desgana y me mira.-Tu.-me señala.-No eres más tonto porque no te entrenas.-frunzo el ceño.-No me mires con esa cara de gilipollas, Dani.-se cruza de brazos y miro hacia la puerta al ver a Jesús entrar corriendo, como buscando algo.

Se acerca a nosotros aliviado, supongo que Silvia ha salido corriendo en mi busca y como siempre, mi querido hermano ha llegado tarde.

-Estas aquí.-suspira apoyando sus brazos en sus muslos para recuperar la respiración.

Noto la fría mirada de la morena, intimidándome mucho.
¿Qué se supone que he echo para enfadarla así?

-Hostia.-me mira al fina mi gemelo.-¿Qué te ha pasado?

-Deberías decirle a tu chica que no se puede ir por ahí tirándole bebidas a la gente en la cabeza.-le digo mirándola con rencor.

-Mejor dile a tu hermano que no se puede ir por ahí rompiéndole el corazón a las chicas.-contraataca ella, mirando con asco a Valeria.

Me echo las manos en la cara, dándome cuenta al fin de él porque de una Silvia tan enfadada.

-Mierda.-suspiro agarrando mi móvil de la mesa.-Mierda.-repito frustrado, sin saber qué hacer.

-¿Dónde está?-le pregunto pero no me contesta, joder.-Pues vale.

Paso por delante de ella, evitando las llamadas insistentes de Valeria, pero acaba por agarrarme de la camiseta para mirarme a los ojos.

-Esta en casa de mi tía.-suspira al fin y asiento.-Siento haber sido tan brusca pero...

-Me lo merecía.-contesto rascándome la nos nervioso.-Joder, ¿qué mierdas he echo?

-Cagarla.-me responde sonriendo de lado.-Pero tienes la suerte de que es rubia, seguro que te perdona.

-Es una rubia bastante lista.-le digo haciéndole sonreír de lado.-No creo que sea tan fácil.

-Tienes razón.-se cruza de brazos.-Tienes que currártelo, amigo.

********

-¿Alguien me puede explicar qué pasa aquí?-se desespera la irritante rubia mirando a Jesús.-Y tú podrías saludarme, eh.-lo mira con rencor.

-Hola.-dice desganado.

-Bien.-se cruza de brazos mirándome vacilante.-Tu.-me señala con la cabeza.-Explícame que acaba de pasar.

-A mí tú no me das órdenes.-la miro de arriba abajo, arrugando la nariz.

Rueda los ojos y acaba por sentarse en una de las sillas, mirando a Jesús con esperanza.

-Hasta que no me lo digáis no me pienso levantar.-nos dice y eso hace que de una risa irónica.

-Pues quédate sentada niña, me da igual.-miro a Jesús.-¿Nos vamos?

Este asiente con una sonrisa y me agarra la mano para salir conmigo del local.

-¡Eh, esperad!-grita la rubia corriendo detrás de nosotros.-¿Y Dani?

-No te importa.-contesta Jesús esta vez.

-Jesús, antes no eras así.

-Lo sé, ahora soy mejor.-le sonríe sarcástico.-Mira Valeria, deja a mi hermano en paz, no vas a conseguir una mierda si es lo que intentas.

-Eso ya lo veremos.-nos mira desafiantes.-Dani jamás ha podido resistirse a mis encantos.

La miro incrédula y me río en su cara, pero bien, para que lo vea.
Haciendo que dé pasos hacia atrás y todo.

-¿Encantos de puta?-contraataca Jesús, sorprendiéndome.-Créeme que esta vez no te saldrás con la tuya.

-Eso ya lo veremos.

*******

Guardo otra camiseta en la maleta.
No tengo intenciones de irme, ósea, por nada del mundo me iría de Madrid en estos momentos, pero forma parte del plan de Silvia, y dejadme que os diga, que sus planes nunca fallan.

Tocan a la puerta varías veces y sonrío de lado imaginándome quién será.

-No quiero hablar con nadie.-susurro sacando todo el dolor que me ha causado Dani.

-¿Ni conmigo?-susurra él, entrando sin ningún permiso.

-Contigo exactamente con él que menos.-le contesto cerrando la maleta con fuerza.-¿Qué quieres?

-¿Te vas?-susurra acercándose a mi.-Marta por favor, dime que no te vas.

Trago saliva y me cruzo de brazos delante de él, mirándolo vacilante.

-¿Qué tengo aquí?-trago saliva.-Por lo menos en Valencia hay playa.

-Me tienes a mí.-me agarra las manos, cosa que yo le aparto con dificultad.

-Lo dudo mucho.-frunce el ceño.-Te recuerdo que has preferido irte a comer con una pava, en vez de conmigo.-le señalo.-Hacia dos meses que no te veía y todo este contacto que hemos tenido por redes sociales, hablando por Skype, todo eso ha echo que...-suspiro y me vuelve a agarrar las manos con fuerza, pero esta vez le dejo.

-¿Ha echo que qué?-me dice conmigo.

-Que me enamore de ti.-admito siendo sincera. Abre los ojos sorprendido, para luego sonreír como jamás lo había echo nunca.

-Eso es genial.-se despeina nervioso.

-No.-niego con la cabeza.-No lo es.-frunce el ceño.-¿No lo entiendes, verdad?-niega con la cabeza.-He caído en tu juego como otra más.-cierro los ojos intentando no llorar.-Te he querido, y he luchado por qué lo que creía que teníamos no se fuera a tomar por culo.-me quito con fuerza la única lagrima que resbala por mis mejillas.-Se que he sido una gilipollas por caer así de fácil pero es lo que tiene encontrar a la persona que te hace feliz.-se le cristalizan los ojos.-He soportado todo esto que conlleva quererte, para que luego te vallas con el primer pivón que pasa y no me da la gana.-niega con la cabeza.-No me da la gana ver cómo yo me estoy matando por hacerte feliz y tú...-susurro dándome la vuelta para que no me vea llorar.-Tu solo has acabado haciéndome daño, como todos.

-Marta..-susurra agarrando mi brazos pero niego con la cabeza.

-No.-suspiro.-Vete, necesito estar sola.

Dile que se valla, y si se queda, es que le importas.

Recuerdo las palabras de Silvia y me quedo frente a la pared, aún siendo agarrada por Dani, sin que el diga ni haga nada.

-No pienso irme sin que me perdones.-me dice y sonrío muy en el fondo.-¿Sabes qué?-me giro para mirarlo y negar débilmente con la cabeza.-Se me da de puta madre fastidiarlo todo.-lo miro a los ojos y puedo ver que, aunque suene imposible y no quiera que pase, esta apunto de llorar.-Y siempre meto la pata sin ni siquiera saberlo.-miro al suelo.-Se que he sido un completo inútil al irme con Valeria, pero no sé, era la costumbre y no te voy a negar que quizás echaba de menos eso, la costumbre.-suspira.-Me acostumbre a ella, siempre era lo mismo, hasta que llegaste tú.-derrama una lágrima y absorbe por la nariz.-Y no me he dado cuenta de lo que hacía porque no era yo quien pensaba.-aclara y vuelvo a mirarle para verlo como jamás pensaría que vería a un chico.-Se que suena egoísta, pero te has enamorado de un egoísta y el egoísta se ha enamorado de ti, y por eso te pido que te quedes.-trago saliva y me quito las lágrimas suavemente.-Quédate.-me susurra.-Sin ti no soy nadie, y contigo, soy yo.

No me digas te quiero, quiéreme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora