Nos despedimos de la madre de Silvia con una sonrisa y cierra la puerta tras de sí. Se supone que se va a hacer turismo por Madrid y dado el caso de que nuestras chicas no querían acompañarla, ha decidido madrugar y que nosotros nos quedemos con ellas hasta que despierten.
Me acerco a una de las camas sonriente y veo cómo Marta esta abrazada a la almohada y sonriendo como una tonta.
-Debe ser un buen sueño.-se ríe Jesús entre susurros mientras se sienta en lo pies de la cama donde está durmiendo plácidamente su chica.
Vuelvo a centrar mi vista en Marta y ahora el que sonríe soy yo, es demasiado bonita y parece tan buena que te dan ganas de comértela a besos.
-¿Les preparamos el desayuno?-le propongo mientras lo veo sonreír como un tonto enamorado.-Tierra llamando a Jesús.-le vuelvo a susurrar un poco más fuerte.
-Si, vale.-dice levantándose y agarrando la llave de la habitación.-¿Crees que en el restaurante nos dejaran hacerlo?
-No.-sonrío mientras salgo detrás de él.-Pero podemos pedirlo para llevar.
Lo sigo hasta que damos con el bufete que hay en el hotel y entramos en busca de algún camarero.
Negociamos varios minutos hasta que al fin accede y nos da una bandeja a cada uno con todo lo que le hemos pedido.
Jesús siempre ha tenido un poder de convección impresionante.Volvemos a subir a la habitación rezando para que no estén despiertas y cuando abrimos la puerta siguen ahí, durmiendo como dos marmotas.
Dejamos las bandejas en una de las mesitas de noche y nos miramos nerviosos porque jamás hemos despertado a una chica y no sabemos cómo pueden reaccionar.
-Tengo una idea.-le susurro sentándome a los pies de la cama de Marta y mirándola tiernamente.-Tu sígueme.-le susurro y veo cómo asiente.-Al calor de tu mirada,
al abrigo de esa piel que en tantos sueños recorrí, yo me quedo si puedo elegir, siempre contigo bien cosido a tu perfil....-comienzo a tararear mientras me acerco para acariciarle la mejilla.-A tú sol y tu radiante luz...-oigo continuar a Jesús.-A tus lagrimas también, y a tu manera de reir
yo me quedaré, si puedo elegir,
pegado a tus huesos, orgulloso y tan feliz....********
Abro lo ojos de repente al sentir una caricia sobre mi mejilla y al oír esa voz que tanto me puede.
Jesus me sonríe ampliamente y para de cantar para tirarse sobre mi y chafarme ya de buena mañana.
-Oh dios.-protesto mientras me muevo.-Se dice bueno días.
-Bueno días, cariño.-se ríe sin apartarse.-¿Cómo has dormido?
-Oh, genial.-murmuro.-Hasta que un idiota ha decidido despertarme.
-Pero si te ha encantado.-dice coqueto levantándose al fin para mirarme.
-Si.-admito sin problemas.-La canción.-aclaro sonriente.-¿Es nueva?
-Es una de las que saldrá en nuestro disco.-admite sonriente y me quito las sabanas de encima para poder levantarme.-¿Dónde vas?
-A darte un achuchón.-le sonrío mientras me tiro esta vez yo encima de él y lo abrazo mientras se ríe.
-Que mona eres cuando quieres.-se ríe abrazándome también y me muerdo el labio nerviosa.
-Tu lo has dicho, cuando quiero, así que disfruta.-le pico apretándolo más fuerte.
-Os hemos preparado el desayuno.-informa Dani de repente.
Me separo de Jesús y levanto las cejas mientras lo miro fijamente.
-¿Besayunamos?-susurra divertido y ruedo los ojos mientras doy una carcajada.
-Dios, no digas eso.-me levanto de la cama y le doy un beso en la mejilla a Dani.-Buenos días, feo.
-Buenos días, dormilona.-se ríe mientras Marta me mira mal.
Le saco la lengua y miro con hambre la mesita dónde está la bandeja.
Voy con la intención de coger una galleta de las que están junto al zumo pero Jesús me lo impide abrazándome por atrás.-O me das un beso o no desayunas.-se ríe mientras apoya su cabeza en mi hombro.-Elige.
-¿No puedes vivir sin mis besos, o qué?-me giro hacia él y le miro sonriente.
-Si que puedo.-se ríe acercándose a mi.-Pero no quiero.-admite mordiéndose el labio y haciéndome sonreír como una maldita enamorada.
-Ejem, ejem.-nos interrumpe Marta.-Dejarnos desayunar.-la miro mal.-¿A qué fastidia que te corten el rollo?
-No.-le saco la lengua y vuelvo a mirar a Jesus.-Pero porque no me los has cortado.-aclaro rodeando su cuello y acercándome decidida a él.-Jesús Oviedo.-sonríe coqueto.-¿Besayunamos o no?
**********
Miro de reojo como Marta se aparta el pelo de la cara y mira sonriente una de las fotos que hay en la principal pared de la discográfica.
-Eso es cuando...-comienzo pero sigue hablando ella, haciéndome sonreír.
-Cuando os dieron vuestro primer disco de platino, lo sé.-sonríe y me mira.-¿Cuánto tiempo pasáis aquí?
-Casi todos los días, una o dos horas.-admito sentándome en uno de los sofás.-Y cuando grabamos nos podemos pasar un día entero aquí metidos.
-Aquí lo tenéis todo.-se ríe irónica señalando una pequeña televisión y los mandos de la play.-Yo apuesto por qué os pasáis más horas jugando a eso que cantando.
-Pues te equivocas.-me río acercándome a ella.-Yo canto siempre.
-Y siempre vas a cantar.-afirma y asiento agarrándole de las manos.-¿Me lo prometes?
-Si.-digo sin ni siquiera pensármelo.-¿Sabes?-le susurro sentándome en uno de los sofás junto a ella.-Me haces ver la vida más bonita.-admito mordiéndome el labio y haciéndole sonrojarse y sonreír tímidamente.-Ojalá no te vallas nunca.
-No voy a irme.-se pone nerviosa.-Bueno, volveré a Alzira dentro de tres días pero volveré en verano y....
-¿Tú crees que esto va a funcionar?-le pregunto con miedo.
-Solo si nosotros queremos que funcione.-se muerde el labio y me acerco a ella para abrazarla porque en tan poco tiempo lo que me ha demostrado no es ni medio normal.
-Eres todo lo que quiero.-le susurro mientras me separo para no perderme esta sonrisa que me vuelve tan loco.
-Y tu todo lo que necesito.
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No me digas te quiero, quiéreme.
FanfictionLa magia estaba en quererle y en creer que el truco era eterno.