-¿Era esta?-susurro señalando una de las puertas de la tercera planta.
-No tengo ni idea tía.-dice sacando el movil.-Llámalo o algo...
-Creo que era esta.-digo no muy segura y toco a la puerta.
Espero pacientemente y cuando abren la puerta me sonrojo.
No son ellos, son los jugadores del atletico de Madrid y que vergüenza.-¿Si?-sonríe uno de ellos.
-Creo... creo que me he equivocado.-trago saliba.
-¿Buscáis a los gemelos?-sonríe otro y asentimos tímidas.-Es la habitación de al lado, pero no digas que os lo hemos dicho nosotros.
-Vale.-sonríe Marta.-Gracias.
Cierran la puerta y río divertida, igual que Marta, mientras tocamos a la de al lado.
-Hasta que por fín llegáis.-sonríe Jesús.-Pasad, correr.
Entramos tímidas y sonreimos algo nerviosas.
-¿Estais seguros que podemos quedarnos?-pregunto dando un suspiro.
-Por su puesto.-dice Dani.-Pero esto es demasiado pequeño para cuatro.-le sonríe a Marta.-¿Vamos tu y yo a la vuestra?
La veo sonrojarse pero no duda en asentir.
Ay pillina.-Tener cuidado.-susurra Jesús.-Ir por la puerta de atrás.
Asienten mientras abren la puerta y veo como Dani la agarra de la mano para salir junto a ella.
Que bonitos son.Me giro hacia Jesús cuando se cierra la puerta y dejo el bolso en la cama.
-Bueno.-lo miro nerviosa.-¿Que hacemos?
Jesús se encoje de brazos y se sienta a mi lado.
-¿Piensas dormir así?-Me mira de arriba a abajo.
Mierda.
-Hostia, ni lo había pensado.-bufo.-No nos ha dado tiempo a pasar por nuestra habitación.-trago saliba.-Así que supongo que dormiré así.
-Oh no, no seas tonta.-se levanta y abre su armario.-Ten.
Me da una de sus camisetas y niego con la cabeza sonrojandome.
-Pontela.-levanta las cejas y doy un suspiro cogiendola.-Te espero aquí.
Entro en el baño y me miro al espejo.
Dios, parezco un tomate.
Es preocupante.Me deshago del vestido y me pongo su camiseta, que me esta por los muslos.
Aspiro su olor y joder, me encanta.Agarro el vestido y salgo con los tacones puestos, sin notar los pies.
-No me mires.-advierto cuando salgo pero no me hace caso.
Se muerde el labio y se levanta.-No puedo creer que mi camiseta te quede mejor a ti que a mi.-susurra.
-Callate.-le ordeno tapandome la cara muerta de vergüenza.
-¿Porqué?-me agarra la mano.
-Porque me da vergüenza. -admito sentandome en la cama para quitarme los tacones.
-¿Entonces no puedo ser sincero?-me sonríe sentándose a mi lado.
-Claro, me gusta la gente sincera.-digo obvia.-Lo que no puedes es mentir.
-Yo nunca miento.-se cruza de brazos.
-Vale.-sonrío y el también y juro que adoro cuando lo hace.
-De echo, voy a admitir algo.-hace que lo mire y me pongo nervioso porque lo tengo a muy pocos centímetros.
-¿El que?-susurro tragando saliba.
-Que..-su aliento choca contra mi boca y el hormigueo aumenta en mi barriga.-Que ya se que es algo imposible, pero estoy empezando a sentir cosas que jamás había sentido, y eso me asusta.-admito y no puedo evitar sonreir.-¿Que vamos a hacer contigo, eh?-susurra con una sonrisa y se acerca un poco más. El corazón me va a mil y dios, nunca os imaginarias lo bonito que es tenerlo a tan pocos centímetros.
*******
-¡Para!-grita entre carcajada y carcajada.-¡Daniel Oviedo!
-No.-digo sin dejar de mover mis dedos sobre su barriga.-Tu risa es demasiado bonita.-admito y deja de reir para sonreir.
De verdad, se que soy de todo menos normal, pero no entiendo como en dos días alguien puede llegar a encantarme tanto.-¿Que has dicho?-dice divertida intentando incorporarse.
-Oh, no lo repetiré.-le digo impidiendo que se levante.-Que luego te lo crees y...
Me mira sonriente y algo sonrojada y juro que me muero de ganas de comermela a besos.
Pero.. ¿es demasiado pronto?Nunca es pronto, ni tarde, para los sentimientos.-me recuerda mi subconsciente.
-¿Te pongo nervioso?-alzo las cejas acercandome a ella poco a poco.
-No.-sonríe victoriosa y me acerco aun más.
-¿Y ahora?-susurro.
-¿A que estás jugando, Dani?-susurra y quizás ya este demasiado cerca de ella para tener la suficiente fuerza de voluntad para echarme para tras.
-A nada.-trago saliba.-Simplemente....-susurro.-Me apetece besarte.
Se queda muda ante mi sinceridad pero acaba sonriendo.
-¿Porqué?-susurra nerviosa y no impide que me acerque más.
-¿Tiene que haber un porque?-susurro y niega con la cabeza sin saber qué decir.-¿Y puedo hacerlo?
-¿No será una broma, no?-dice tragando saliba y niego inmediatamente.-Entonces...
Pero no dejo que acabe porque ya la estoy besando, y joder, valla beso.
Algo que jamás había sentido se muestra en mi estomago y me pone nervioso.
Y ahora, es cuando empiezo a preocuparme.
Estoy sintiendo más de lo lo que debería pero joder, para no hacerlo, es increíble.
¿Que voy a hacer?
¿Y la distancia?-Marta.-susurro a pocos centímetros de ella.-Por favor, quedate aunque todo se valla a la mierda.
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No me digas te quiero, quiéreme.
FanfictionLa magia estaba en quererle y en creer que el truco era eterno.