¿Que son estas putas ganas de darle el abrazo de su vida?

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Miro el reloj y resoplo porque ya son las cinco.
Me levanto de la cama y me acerco a donde esta Marta durmiendo.

-Eh, tu.-le zarandeo feliz-¿Vamos a explorar el hotel?

-¿Ya son las cinco?-bosteza y asiento mientras que se incorpora.-¿Y los gemelos a que hora crees que vendrán?

-A las ocho.-informo con una sonrisa poniendo el movil a cargar.

-¿Como lo sabes?-me mira y sonrío pícaramente.-Oh, ya veo, has seguido hablando con el, eh.

-Si, y no puedes decírselo a nadie.-le digo poniendo cara de cachorrito y tendiéndole el movil para que lo lea todo ya que se que al final acabara haciéndolo.

Hace cinco minutos que nos hemos despedido porque tenía que atender a Pepe y me ha prometido que luego me hablará, pero sinceramente lo dudo mucho.
Bueno, ¿porque tendría que hablarme?
A ver, va a estar muy ocupado con las cuatrocientas fans que hay en un hotel para molestarse en hablarme, ¿no?

-Vale, te quiero pero en estos momentos te odio con toda mi vida.-me mira mal y me río mientras me arreglo frente al espejo.-Venga, será mejor que vallamos a observar y analizar a todas las niñas que hay.

-A hacer amigas se ha dicho.-le sonrío abriendo la puerta y asegurándome de coger la llave para no quedarme fuera.-Ah, por cierto, ¿no tienes ningún seguidor nuevo por Twitter?

Frunce el ceño cogiendo su movil y cuando ve lo que le he dicho da un grito.
Si, el mismísimo Daniel Oviedo le ha seguido.
Pero eh, gracias a mi.

-Ay.-se lanza a abrazarme y caemos al suelo del pasillo.-¡Te quiero!

Por los pasillos ya hay niñas arrastrando maletas y que nos miran con una sonrisa tímida.
Joder, algunas se ríen y para no hacerlo.

-Aparta de encima niña.-río suspirando.

Cuando logramos bajar a bajo, todo el recibidor esta repleto de maletas, y niñas, muchas niñas.
Incluso hay doy gemeliers boys muy monos.
Vemos llegar a una niña que mira a todo el mundo despistada, arrastra las maletas y parece que va sola.
Me acerco a ella con una sonrisa y ella me mira tímida.

-Hola, ¿estás sola?-le sonrío y asiente.-Pues ya no, soy Silvia y esta es Marta.

-Yo soy Elena.-dice y su inigualable acento sevillano nos sorprende.-Gracias por hablarme porque estoy sola y valla corte.

Le sonrío y me encojo de hombros como diciendo que no es nada y un silencio nos inunda.

-Bueno, voy a que me den la habitación y a guardarlo todo, luego os busco.-nos sonríe y asentimos con una sonrisa.

-Estamos marginadas de la vida.-me susurra Marta detrás de mi.-¿Y si volvemos y esperamos a que Vicky venga?

Asiento dándome la vuelta hasta el ascensor.
Vicky es una niña que conoció Marta en una de las firmas de Valencia y que yo no conocía hasta que me dijo que era de mi pueblo, cosa que me asombro mucho.

Nada mas abrir las puertas y salir a nuestro pasillo, oigo como alguien desde lejos llama a mi amiga y nos giramos ambas para ver de quien se trata.
Es alta, ojos marrones y un pelo liso precioso.
Es bastante guapa, y abraza a Marta entusiasmada.
Viene hacia a mi y me da dos besos y me imagino que será Vicky porque no conozco a nadie mas.

-Hola.-sonríe.-Voy a ir a mi habitación a dejar las cosas, ¿quedamos luego?

-Em, vale.-miro mi reloj y veo que son las seis y media.-¿Quedamos a las ocho en el ascensor?

-Perfecto.-dice Marta.-Así nos duchamos, nos arreglamos y luego vamos pronto para coger sitio.

Y no se dice nada mas porque salgo corriendo por el pasillo cual loca gritando que soy la primera en ducharme.

No me digas te quiero, quiéreme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora