28- Tattooed Heart.

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Sus besos descendieron por mi clavícula llegando a mi pecho. Sus dedos deslizaron mi camiseta por encima de mi cabeza, me aferré a su cuello tomando pequeñas hebras de cabello entre mis dedos. Se apartó por unos segundos y sacó su camisa, volvió a invadir mi boca con su lengua. Sus manos masajeaban mi vientre, su mano izquierda se alejó y recayó en mi espalda.

Se alejó a penas unos centímetros de mí, sus labios estaban hinchado habían tomado un color rojizo, mi respiración iba a la par de la suya.

-¿Estas segura?

Dijo. Sus ojos estaban pegados a los míos, no se alejaban. Esbocé una sonrisa y lo volví a acercar a mis labios. El ritmo de nuestras respiraciones eran desesperadas, pero el beso era calmado. Baje mis manos hasta su pantalón. Desabroché el botón y deje que el bajara la cremallera. Dejó un rastro de besos desde mi mejilla hasta mi ombligo. Cuando las yemas de sus dedos -fríos-, hicieron contacto con mi piel, los vellos de mi cuerpo de erizaron haciéndome cerrar los ojos con fuerza. Esto era demasiado placentero, era demasiado irreal.

Con un poco de fuerza brusca bajo el pantalón de mezclilla que traía puesto. Su mano izquierda recorrió mis piernas de arriba abajo mientras el ascendía por el interior de mis muslo. Se detuvo justo antes de llegar a mi sexo y volvió a besarme. No sé en qué momento él se deshizo de su pantalón y en qué momento con la mano derecha desapareció mi sostén blanco. Ahí estábamos los dos. Con solo una pieza de ropa. Él volvió a posicionar sus brazos a mis costados, sentí una presión en mi vientre que me hizo estremecer.

-Naomi -su voz salió de sus labios como en un jadeo-. Si no estás segura, sólo dilo.

-Te amo, nunca había estado tan segura de algo en mi vida.

Escuché como sonrió. Se alejó un poco y de un momento a otro la habitación se quedó a oscuras, el ventanal frente a su cama se tapó con una especie de plástico negro. Se levantó de la cama y caminó hasta su mesita de noche. Me apoyé en mis codos para poder llegar a verlo. Me preocupé de que estuviera arrepintiendo.

-La seguridad va primero.

En la tenue habitación en la que se había convertido, divisé como agitó un pequeño sobre que tenía entre sus dedos. Una pequeña risa se escapó de mi garganta. El me observó expectante, me encogí de hombros. Me había reído por nervios no porque me estuviera burlando de él.

Ariana Grande - Tattooed Heart.

La fina tela que componía mis bragas se acopló en sus dedos y se deslizó por el camino de mis piernas. Cubrí mi rostro con vergüenza.

-Amor, eres hermosa. No tienes nada de qué avergonzarte.

Sus palabras en mi oído me hicieron alejar las manos de mi cara. El dejó un beso en mis labios, uno en mi cuello, luego uno en el centro de mi pecho, luego bajó hasta mi ombligo y lo rodeó con la lengua, luego dejó un casto beso justo en mi sexo. Su contacto me hizo gemir. Me mordí el labio inferior callando el gemido. Volvió a besarme pero con más ferocidad, mordió mi labio inferior tirándolo de sorpresa.

-Dolerá sólo un poco, ¿okay?

Asentí cerrando los ojos con fuerza.

Sentí una presión en el vientre. La respiración de Aiden se volvió más rápida. La sensación fue extraña, pero no dolió como esperaba. No lloré del dolor. No grité que se detuviera. Fue de alguna forma, perfecto. Una segunda embestida me llenó de placer y de sensaciones nuevas que nunca en mi vida había sentido. Un gemido se escapó en la tercera embestida que fue un poco más rápido que las dos últimas.

-¿Estás bien?

Asentí. Mis brazos se mandaron solos y lo rodearon por el cuello acercando más a mí, me invadió con un beso. Las embestidas iban aumentadas de poco en poco. Sentí el sudor correr por mi frente y mi cuello. El calor me sofocaba, pero era un calor que subía por mi vientre invadiendo mi cabeza.

Segundos después ese "calor" nubló mi campo de vista. Tapó mis oídos, mi tacto, mi respiración. Todo se fue. Y las palpitaciones de mi corazón estaban a toda marcha. El gemido de Aiden y el mío se juntaron justo al mismo tiempo.

Abrí los ojos y me encontré con los suyos cerrados, la boca entreabierta. Una gota de sudor se deslizó por su mejilla y fue cuando los abrió. Sus ojos me miraron atentos. Noté un poco de preocupación en la forma en cómo me miró. Acaricie su mejilla para darle a entender que estaba bien, estaba feliz.

-También te amo, Naomi.

Miércoles 25 de Noviembre, 11:11 am.


Desventajas de ser alta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora