35- Tiempo.

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Llegué a casa alrededor de las seis, deje las bolsas de papel con la compra de esta semana sobre el mesón de la cocina. Oí los pasos de Aiden mas no les preste atención, no estaba ignorándolo es sólo que no quería otra estúpida discusión por otra estupidez, parecíamos par de niños peleando por todo.

Mientras recogía mi cabello en una coleta alta observaba los mensajes que tenía del grupo de WhatsApp que habían creado mis amigas, Leah mandaba emojis de forma aleatoria haciendo reír un poco.

-Naomi —al escuchar el llamado de Aiden tome una respiración larga y me gire sobre mis talones—. No me has dicho que te vas a Brasil.

Fruncí los labios. Esperaba al menos una disculpa por todo lo sucedido. Era cierto, mi representante me había llamado hoy para darme la noticia, viajaría con Liam, quién sería el fotógrafo designado para la sesión de fotos. Aún no había aceptado, pero el trabajo es trabajo y en todo el camino a casa supuse que un tiempo lejos de Aiden me aclararía las ideas sobre lo que he estado pensando.

-Hoy me he enterado de eso.

-¿Aceptaste a ir? —sus gestos eran suaves, no se veía molesto pero tampoco feliz. Eso quería decir que estaba siendo condescendiente.

-Sí —mentí. En ningún momento le di una respuesta definitiva a Marcos, sólo dije que lo pensaría y lo consultaría con la almohada. Porque en la superficie suena genial visitar un país latinoamericano y tan vivaz como lo era Brasil, pero eso implicaría también trabajo en exceso, horas sin dormir y mantener la dieta que últimamente he ignorado.

-Sonará egoísta pero... —miró sus manos con una expresión ¿triste? — Por mí bien creo que deberíamos darnos un tiempo —abrí los ojos de par en par—. Quiero decir, quizás este viaje de trabajo tuyo ha llegado en buen momento, el destino lo ha puesto como una prueba de nuestra relación que, los dos deberíamos estar muy claros que va de mal en peor. No tengo ningún problema en dejar que te quedes en el departamento, de todas formas sales el lunes a Brasil así que yo podré luego quedarme aquí, estem... yo me iré a un hotel mientras pasa todo esto...

Cállate, cállate, cállate, cállate —era todo lo que podía pensar.

Cerré los ojos y sonreí con ironía y fue cuando deje de escuchar su voz. Con toda calma tome mi teléfono detrás de mí y puse mi cartera sobre mi hombro. Abrí la puerta y salí sin mirar atrás. Decepción, fue mi acompañante en el camino a la casa de Lily, eso y las tristes canciones que para mí buena suerte la radio reproducía.

Desventajas de ser alta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora