38- Sexo oral.

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La puerta del departamento no estaba cerrada con seguro lo que me extrañó, Aiden solía ser un poco paranoico con la cuestión de la seguridad debido a que la zona donde vivíamos no era muy santa que digamos. Deje mis maletas en la cocina y me di cuenta que había música y estaba alta. Fruncí el ceño, esas canciones eran de las que yo escuchaba cuando me bañaba.

Me serví un vaso de agua, había corrido dos calles porque estaban cerradas por mantenimiento y había empezado a llover para mi suerte. Recogí mi cabello en una coleta, deje el vaso en el mesón y fui hasta la habitación principal. Escuché algunos ruidos y supe que Aiden estaba ahí dentro, quizás se estaba vistiendo y por eso no me escucho llegar.

Abrí la puerta y un Aiden desnudo apareció en mi vista tapando su intimidad con una almohada, del otro lado estaba una chica morena de cabello negro tapando su pecho con las sabanas. Mis sabanas. En mí cama.

-Naomi...

Apenas podía mantenerme en pie y su voz me daba nauseas, fruncí el ceño ¿de verdad esto estaba pasando? De soslayo observé como Aiden recogía su ropa del piso y la chica hacía lo mismo. No me di cuenta en qué momento pasó junto a mí aquella mujer. Per volví a la realidad cuando cerró de un portazo y Aiden me rozó el brazo con sus manos. Lo esquive bruscamente.

-¡Oh mi Dios! —caminé devuelta a la sala y me senté en el sillón. Me levante de un solo golpe cuando los imagine revolcándose aquí también.

-Naomi respóndeme... —su voz se escuchaba lejana y desconocida. ¿Qué se supone que debía hacer?

-Asco —él dejó de hablar y me miró perplejo—. Que asco me das Aiden.

-Naomi disculpa, no sé qué pasó. Yo...

-¿No sabes? Te estabas cogiendo a una puta en nuestra cama, ¡nuestra cama! Donde tú y yo lo hicimos tantas veces. Yo dormía ahí Aiden, los dos, dormíamos juntos.

-Discúlpame yo no sé qué es lo que he hecho estos últimos días — ¿Había escuchado bien?

-Quieres decir que esto no ha sido sólo hoy...

-No, no, Naomi...

-¡Dime de una maldita vez la maldita verdad Aiden!

Él se quedó en silencio, limpio su mejilla y miró a otro lado cuando habló— Empezó hace unos meses...

-Así que te la tirabas a ella en tus horas libres y a mí cuando llegabas a casa, ¿no es así?

-Naomi. Se supone que esto se acabaría hoy.

-Entonces se estaban despidiendo.

-¡No! Dios santo, no. ¿Me puedes dejar hablar?

-Woah, discúlpame Aiden por no dejar que eches toda tu mierda en mi cara de nuevo. "Este viaje será bueno para nosotros" ¿Eres tan poco hombre que si quiera podías terminar conmigo de una vez?

-Se supone que llegarías mañana —musitó.

-No quise arruinar tus planes, Aiden.

Me di la vuelta y tomé de nuevo mis maletas, abrí la puerta principal y las saqué al pasillo. Donde estaba la chica recostada del balcón fumando un cigarrillo.

-Hey —le grité—. Es todo tuyo, ya no lo quiero.

-¿A dónde vas? ¡Naomi! —me gritó Aiden cuando iba bajando las escaleras.

Olvidas algo... —dijo mi conciencia.

Deje el equipaje en el piso y volví a subir rápidamente. Él estaba aún en el pasillo, sus ojos se iluminaron cuando me vieron de nuevo, sonreí sarcásticamente y me acerqué a paso lento.

-Sé que podemos superar esto juntos. Técnicamente habíamos terminado cuando la traje a casa esta semana. Yo...

Se quedó en silencio cuando estuve a centímetros de su rostro.

-¿Te digo algo chistoso, Aiden? —Él frunció el ceño— Tuve la oportunidad de acostarme con un hombre mil veces más ardiente que tú y no lo hice. Porque estaba ciega de amor por ti. ¿Recuerdas que te dije que nunca me arrepentía de lo que hacía? Te tengo novedades, como me hubiese gustado no ser tan estúpida.

Me di la vuelta, pero algo me decía que tenía que desquitarme de alguna forma. Así que volví hacia él y le di una patada en su entrepierna con la punta de mi pie. Se tiró en el piso y gruñó de dolor.

-Espero que seas buena dando sexo oral, va a necesitar un poco de caricias ahí —chasqueé la lengua y esta vez sí me marché. Con mis maletas, un pie hinchado, mi orgullo en el piso y un corazón roto en miles de pedazos y no pude haber escogido peor lugar para ir que la casa de Colton.

Desventajas de ser alta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora