why do bridges love suicides? (j.g.)

Capítulo XXXII. ♡

| Narra Rayita.| ♡

Cuando Johnnie entró al salón, no quería ni verlo a la cara, tenia unas inmensas ganas de llorar, pero no iba a darle esa satisfacción. Se sentó junto a mi y yo me aleje de él. Entre más lejos, mejor.

No supe cuanto tiempo paso, hasta que el profesor Stwart entró al aula y empezó a explicar los puntos básicos que la canción debía llevar, comenzó con la guitarra, aunque no lo estuviera viendo, le prestaba toda mi atención, necesitaba mantener la mente ocupada y no pensar en él. Lo siguiente que el profesor explicó, fue en base al piano, esa era mi parte, así que toda mi atención, bueno, la mayoría de ella, se centró en escucharle.

Sentía la pesada mirada de Guilbert en mi nuca. ¿Qué tanto me veía? No podía reprocharme nada, cuando era tan buena en el piano como él con la guitarra.

La clase terminó y todos salieron disparados hacia la puerta, hoy no quería ir a casa de Johnnie, no quería verlo, pero era lo que debía hacer. Si quería terminar esos odiosos trabajos lo más rápido posible, tenía que esforzarme al máximo, y eso incluía tratar con él.

El brazo me ardía, no había sido buena idea cortarme en el baño del colegio, pero, como dicen: situaciones desesperadas, requieren medidas desesperadas. Y no encontré otra solución en ese momento.

Me dirigí a mi auto y subí en él, Johnnie esperaba recargado en la puerta de su vehículo a las afueras del aparcamiento. Cuando vio que me acercaba a él, subió y tomó rumbo a su casa. Yo lo seguía de cerca.

No podía dejarme llevar por el momento, necesitaba concentrarme al cien por ciento en los proyectos si no quería reprobar. Debía mantenerme completamente alejada de él. Pero la cuestión era ¿cómo? ¿cómo mantenerme alejada de quien es mi compañero? Las preguntas divagaban por mi mente, hasta que reconocí el lugar donde toda la semana habia venido dejando aparcado mi automóvil.

Baje rápido, a conciencia de que Johnnie vendría a abrirme la puerta, pero en vez de eso, caminó directo hacia la puerta principal y la abrió. Entró en la casa, sin siquiera cederme el paso.

¿Y éste, qué?

Entré y cerré la puerta detrás mio.

- ¿Quieres empezar con Química?

- S-Si, claro. -respondió un tanto metido en su mundo.

Tomé asiento en el sofá, saqué las cosas necesarias para comenzar con la tonelada de hojas que nos faltaban por resolver. Eran un poco fáciles, muchas de las preguntas, las respondía a la primera. Las hojas que terminaba, las ibs dejando en la mesita que estaba frente al sofá. Hasta ese entonces, no me había percatado de que Johnnie no se encontraba conmigo. Debía estar en la cocina o algo así.

- Las respuestas que no sepas, buscalas en esos apuntes. -giré a verlo incredula.

- Por si no lo sabes, ya están resueltas. -dije señalando con el dedo las seis hojas que estaban situadas junto a mi bolso.

- Si, claro.

- Velas por ti mismo, si te crees tan listo. -utilicé el enojo como escudo.

Agarró las hojas y de una en una las revisó, al comprobar que estaban bien contestadas, no dijo nada y se sentó en el otro extremo del sofá a continuar con su parte de la guía. La situación era extraña e incómoda, sentía que eso ya lo había venido viviendo en la semana, al darme cuenta de ello, mi corazón comenzó a latir sin control haciendo que la sangre subiera a mis mejillas. Dios, estaba sonrojandome por nada.

Un repentino movimiento de parte de Johnnie, hizo que dejara de lado mis pensamientos para voltear a ver lo que estaba haciendo. Su cuerpo estaba sumamente cerca del mío, su calor corporal me estaba asfixiando... o, tal vez, era el mío.

- Ya no aguanto.

Y se abalanzo sobre mi, sostenía su peso con los codos para no aplastarme, estaba esperando a que reaccionara, a que tomara una decisión, y de un momento a otro, sus labios estaban sobre los míos. Me besaba como si su vida dependiera de ello, como si fuera lo único que necesitara para vivir.

Le seguí, aunque muy en el fondo me dolía lo que me estaba haciendo, sabía que estaba jugando conmigo por ser la rara, que quería presumir que la emo cayó ante sus pies. No supe de donde saqué la fuerza, pero lo empujé, y antes de que pudiera darle una bofetada, intercepto mi muñeca incrementando el ardor de esta y acompañandola con un dolor insoportable.

- ¡Para, me lastimas! -grité y las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos.

Él, en estado de shock por mi reacción, inmediatamente me soltó y se quedo observandome levantar la manga, ahora húmeda, que tenía mi polera. Se habían abierto. Rebusqué en mi bolso y saqué papel de ahí, apenas había empezado a limpiar las heridas, cuando Johnnie se acercó a querer ayudar. Entre susurros, pedí que se alejara de mi, yo podía hacerlo sola.

Un par de minutos después, metí el papel manchado en mi bolso y continúe con el trabajo, como si nada hubiese pasado.

- ¿Por qué? -preguntó- ¿por qué lo haces? ¿qué razón tienes?

Dudé un momento en contestar.

|Narra Johnnie.| ♡

- ¿Por qué? -no entendía sus motivos- ¿por qué lo haces? ¿qué razón tienes?

Tardó unos segundos en responder a mis preguntas. Bajó la mirada y una gota negra resbaló por su mejilla.

- No lo sé, ¿Por qué los puentes aman los suicidios? -no entendí su respuesta y se lo hice saber con una mirada de confusión- todos tenemos un secreto, y este era el mío.

Analicé sus palabras y tuve que contener las ganas de abrazarla. El corazón se me hizo añicos al ver la tristeza y el dolor reflejados en su mirada.

• Hola, hola. Nuevo capítulo. Capítulo treinta y dos.

No me maten, he estado un poquito deprimida estos últimos días y no quería subir nada, no quería que, en algún momento de mi estupidez, la Rayis terminara muerta... pero no importa.

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Sin más que decir, me despido.

Recuerden
#StayHappyNotCrappy life's a bitch, don't quit!

~Breen