Capítulo XXXI. ♡

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|Narra Rayita.| ♡

Jeremy quería ir a la cafetería, a lo cual yo me negue, justificando que no tenía hambre. Una gran mentira, ya que mi estomago decía todo lo contrario.

Caminé hacia mi árbol, me senté y recargué en el tronco de este. Cerré los ojos y dejé que los recuerdos me invadieran.

¿Por qué demonios había besado a Johnnie? Había jurado no caer en su juego y era justo lo que estaba haciendo. No tenía sentido pensar en que yo pudiera gustarle, solo mirame, era más probable que se fijara en alguien como Stephanie, quien estaba fisicamente mejor proporcionada que yo... que muchas de las chicas de este colegio, para ser exacta. Era completamente estúpida la idea de que le gustara, lo más seguro era que me quisiera solo para un rato, solo para llevarme a su cama y se acabó.

Johnnie, entraba a la zona en la que me encontraba con su amigo Jeydon y otra chica tomada de la mano de este, en ese preciso instante. Por alguna extraña razón, cuando su mirada hizo contacto con la mía, mis ojos se llenaron de lagrimas. Salí corriendo de ahí lo más rápido que pude y me dirigí al baño para poder sacar... cualquier cosa que fuese la causante de ese nudo en mi garganta.

Entré azotando las puertas, tanto del cuarto, como del cubículo que elegí para que fuera mi compañero de desahogo, afortunadamente, no había nadie. Recargué la espalda en la pared y me dejé caer hasta que toqué el frio suelo. Dejé que las lagrimas que mis ojos tanto aprisionaban, salieran, sin importarme que el delineador se corriera por todo mi rostro.

- Vamos, hazlo, a nadie le importa. Ni siquiera a ti.

Con desesperación, saqué de mi bolso esa pequeña amiga mía y comencé a trazar diversas lineas sobre mi brazo derecho. En esas circunstancias, lo menos que importaba era manchar mi ropa o, el ardor que sentiría una hora después de bajar la manga, la pregunta del millón era: ¿Por qué me afectaba tanto? Ni yo lo sabía.

Varios minutos más tarde, recobré la cordura y tome una considerable cantidad de papel higiénico. Quité las gotas de sangre que habían caído al suelo y sequé mi brazo. Salí del cubículo y lavé mi rostro hasta dejarlo limpio de color negro. Busqué en mi bolso el delineador e hice las lineas necesarias.

Mierda, tengo los ojos rojos.

No había nada que hacer, ya inventaría una excusa. Respiré profundamente y me dispusé a regresar al lugar del que salí corriendo. Mi plan se vio frustrado cuando la campana me indicó que debía entrar a mi próxima clase.

Música...

Demonios, lo que me faltaba, tener que pasar una clase entera junto a Johnnie y fingir que no pasó nada. Al menos de mi parte ese estupido beso significó algo, por más insignificante que fuera.

Casualmente, pasaba cerca del aula y fui de las pocas primeras personas en entrar. Elegí el asiento del fondo, hoy especialmente no quería que me vieran y ser la burla de todos.

|Narra Johnnie.| ♡

Ya fuera del aula, Jey me pidió acompañarlo a buscar a Samm, su novia (Dah xD), en el camino la encontramos y decidimos ir a la zona verde, bueno, Samantha lo decidió. Por mi no había problema, si tenía suerte, podría ver a ___, aunque sea desde lejos.

Cuando llegamos, ella estaba sentada en el sitio de siempre. Por una milésimas de segundo, nuestras miradas conectaron y segundos después había desaparecido de su lugar, no entendí la razón por la cual no me sostuvo desafiante la mirada, como acostumbraba hacerlo. Su actitud me dejó un tanto desconcertado, pero no le dí mucha importancia.

why do bridges love suicides? (j.g.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora