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Cesando las horas, sin interrumpir la dinámica preferida de aquellas y únicas personas que se encontraban en el lugar la cual aun esa sensación de dolor no se retiraba, los ojos de aquellos hombres no podían despegarse del techo destruido, intentaban pensar que sería el futuro, intentaban creer que todo estaría bien, pero de algo estaban totalmente seguros, que algo al fin de cuentas pasaría, y que ese joven el cual se encontraba afuera retumbando las paredes de esa dimensión no iba a descansar hasta terminar con lo que comenzó, si, sin duda ellos le ocultaban el pesar de la angustia con besos y caricias.

La noche pesaba aun en el sitio, como no existía el sol, como ya eh pronunciado antes la decadencia insistía en una densa atmosfera que ingerían en cada respiración brindándole dolor.

- ¡Buenos días!- dijo Matt saliendo de su boca una leve sonrisa.

- ¡Buenos días!- respondió y refregó sus ojos con aquellas manos ya limpias.

- Ya extrañaba verte despertar- sus movimientos para acomodarse más a ella la dispersaban en las sabanas.

- Yo también, pero....- quedó mirando la sabanas por unos segundos- ¡aun siento miedo, amor!- la chica con su dedo índice marcó todo del cuerpo del demonio haciendo estremecerse irregularmente.

- No tengas miedo, pronto este castillo volverá hacer lo que una vez fue...-

- Shad...- ahora sus ojos se dirigieron a los de él.- ¿Por qué me mentiste aquella vez?

- ¿De qué hablas?- preguntó intentando ceder.

- Tú me dijiste que...- las palabras no le salían - me dijiste que...ósea, nunca me especificaste que eras alguien peligroso, tu no me dijiste que tenias tanto poder...- tartamudeaba y le insinuaba su confusión.

- Yo...- ahora fue él quien agachó su rostro inseguro...- no quería que me tengas miedo...- confesó.

- Pero... de todos modos me enteré de otra forma mucho más arriesgada, casi tú...- la mano del hombre poderoso fue directamente a la boca de la joven para que ella pudiera retirar esas palabras hirientes.

- Lo siento tanto, pero no quiero volver a recordar aquel acto - sacó su mano del rostro de Jane.

- ¿Puedes decirme qué eres?- volvió a interrogar lo.

- ¿Enserio quieres saber?- sacó su duda.

- ¡Sí!, ya con tantas cosas que eh visto, ya nada me sorprende- una larga pausa se hizo luego de que él suspiró.

- Soy... soy......- alargaba intentando escupir lo que tenía que decir- soy el hijo del diablo - corroboró.

-¿Qué?- preguntó con sus ojos bien abiertos pero a continuación lo miró con ternura cuando este entristeció su mirada que caía lentamente- ¿el hijo de la criatura más perversa de este mundo es a quien amo?-

- Bueno,... ehmm... si-

- Te amo mi Shad... ¡eres tan lindooo!, me siento privilegiada, una persona tan fría como tú, terminó salvándome la vida una y otra vez- ella extendió sus brazos para tomarlo del cuello y abrasarlo lo más fuerte que podía, ya que aun su cuerpo estaba débil.

- Yo también te amo mi princesa- él también la tomó suave y delicadamente recibiendo su cariño una y otra vez, ambos cuerpos desnudos sentía su latir cuando sus cuerpos se pegaban ya que la traspiración de las sabanas le producía tal acto.

- ¿Y ahora que haremos?- preguntó en su oído.

- Tengo que hablar con una persona, ella nos va ayudar- comentó.

City of EvilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora