Una promesa no cumplida (Sevmione)

Capítulo 2

N/A: Las actualizaciones con esta historia y Oculto no serán tan seguidas, ya que son las que actualmente estoy escribiendo. Las cursivas son recuerdos. Espero les guste el capítulo. Sus comentarios y votos me hacen feliz.

CAPÍTULO 2

Hermione Granger

Salgo de la habitación firmando el alta para que mi paciente más joven saliera a primera hora por la mañana, por el pasillo venía caminando por no decir corriendo, Susan mi colega, con la túnica aún quitándosela por los brazos y totalmente sorprendida al verme.

-¿Susan? ¿A dónde vas?

-Hermione... no es nada... es... tengo que ir a ver a un amigo.

-¿A quién te has pasado toda la noche enviándole lechuzas?, - pregunté bastante curiosa, mientras caminábamos hacía la recepción.

-Sí, debo hacerlo.

-¿Puedo saber quién es?

-No es nadie, no te preocupes...

-¡Miller! - Gritó nuestro jefe, era un medimago de edad avanzada con unos lentes ovalados pequeños que continuamente resbalaban haciéndolo ver gracioso -. ¿Qué demonios hace aquí aún? Dos horas Miller y si llega otra carta del señor Snape, tendrá guardia cuatro días la próxima semana.

-Sí señor.

-Y regrese pronto, la paciente de la habitación 83 necesita vigilancia constante.

-Lo haré, gracias. - Respondió desviando mi mirada, se colocó un suéter y bufanda sin decir nada.

-¿Irás a verlo a él? ¿Por qué no me dijiste?

-Porque no tiene importancia, en verdad.

-¿Qué es lo que ocurre? - ella negó sin tomarle valor, sabía que ellos se frecuentaban pero no creía que Snape estaría involucrada sentimentalmente con ella, alcé la ceja incrédula, ellos no hacían pareja, eran completamente incompatibles, cuando estaba a punto de decir algo los hechizos se activaron en la paciente de Susan provocando que ambas saliéramos al instante, buscando estabilizarla.

Al entrar la pequeña niña de ocho años se convulsionaba, sus ojos desorbitados miraban la pared totalmente atemorizada mientras se aferraba a las sábanas.

-Tranquila Anny, ya llegue... - un gritó de su parte nos dejo completamente heladas - ¡Dos medimagas rango uno, habitación 83, pociones estabilizadoras! ¡Ya! - grito movilizando al hospital.

Mientras una de las medimagas intentaba localizar a sus padres, ella intentaba calmarla con pociones que ya no le servían, nuestro jefe histérico llamaba al especialista cuando la lechuza entró provocando un estallido.

-¡Miller!

-Lo siento, señor.

-Yo iré, Susan. Le diré que irás por la mañana, - ella se asustó un poco pero terminó asintiendo.

-Sólo envíale una carta, los niños te esperan.

-No te preocupes, le diré a Ron que duerma a Hugo. - Le dije despidiéndome de ella.

SS&HG

El frío de Londres casi penetraba los huesos, llevaba pantalón negro con un abrigo rojo que me cubría hasta las rodillas, mis botas negras ya estaban cubiertas de nieve y la bufanda topaba todo mi rostro. Llegué a La Hilandera, hacía tanto tiempo que no había ido ahí que casi había olvidado como era.