Capítulo 12

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CAPÍTULO 12

SEVERUS SNAPE

Abrí los ojos con pesadez, lo primero que pude ver fueron mis botas en el piso, aquella alfombra color vino apareció, maldije a mi suerte en silencio antes de levantarme. Cuando me incorporé vi a Susan acostada sobre la cama completamente dormida, tomé la levita y las botas sin hacer ruido y fui arreglarme a la sala.

Una vez ahí la conciencia no pareció ayudarme, sobre la mesa se encontraban los platos donde habíamos cenado ella y yo, y la botella vacía de vino, todos los recuerdos fueron llegando y comencé a temer sobre lo que fuera a suceder.

Habíamos cenado, no había nada de malo en eso, pero la plática era tan... familiar, mientras ella me preguntaba por cómo me había ido, por el problema legal que tenía con un ex empleado, yo recordaba a Hermione, ella solía ser así, atenta e interesada en mis problemas y situaciones que me rodeaban, Susan notó que me quedé callado y pensativo, pero le cambie la conversación, logrando de esta manera distraerla de sus pensamientos.

Nos sentamos en el sillón, ella tomó lo que estaba tejiendo y yo encendí la chimenea, de un momento a otro se puso bastante seria. Saqué los papeles que había ido a llevarle y ella lo notó bajando la vista.

—¿Le has comprado algo a nuestra hija?

—Ropa — respondió sin verme — y un pequeño corral, es para que esté segura mientras hago alguna cosa.

—No será necesario, vendrá una mujer a hacer todo el aseo para que puedas dedicarte a Amber.

—No me gusta ese nombre — confesó sonriendo —. Pero si a ti te gusta, está bien, Amber Snape.

—Gracias.

—La semana pasada compré un moisés, aunque ella dormirá conmigo los primeros meses ¿quieres verlo? — me preguntó con una sonrisa.

—Claro.

—Está en la habitación — se levantó y la seguí hasta su recamara, un moisés color paja con rosa se encontraba cerca de la ventana, un velo lo cubría, toqué la suavidad de la tela, de los bordados y la cobija que estaba ahí.

—Quiero que compremos algo más grande para ella, y... Susan debemos hablar, quiero que aceptes la casa que te compre.

—Tengo una casa ya — respondió sentándose sobre la cama.

—Pero es para nuestra hija, está cerca de San Mungo y de mi trabajo — ella se quedó callada y de rato asintió — olvide mi copa, me la termino y me voy.

—Yo te la traigo si quieres — no me dio tiempo a responder cuando ya se había levantado por ella, me quedé sentado observando la habitación y sintiéndome incómodo por estar ahí.

Observé las pociones que se encontraban en el buro, el cajón estaba entreabierto y la abrí para ver lo que ella se administraba en el embarazo, cuando llegó con mi vaso y el licor, dejé las cosas como estaban.

—¿Cómo te has sentido de salud? — le pregunté con incomodidad, me sentía irresponsable al haberla embarazado y no responderle como debería.

—Bastante bien, las náuseas se han ido y el dolor, ahora es una incomodidad en la espalda.

—Sí, ya vi las pociones, es mejor que me vaya para dejarte descansar.

—Puedo descansar aquí, quisiera que te quedaras un rato más.

Entró al cuarto de baño a cambiarse, yo seguí bebiendo al borde de la cama, seguía enfadado con Hermione, sin pedir mi opinión ni autorización había decidido atribuirle la paternidad de mi hijo a Azel, comprendía que no quisiera poner en riesgo a sus hijos, amaba a Rose y a Hugo tanto como ella, pero estaba diciendo tantas mentiras que terminaría hundiéndose, yo tendría que verla a ella en ese estado, y sobre todo ver como los perdía a ambos.

Una promesa no cumplida (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora