Capítulo 7

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CAPÍTULO 7

SEVERUS SNAPE

Respiré agitado sobre su cuello enrojecido, aún la escuchaba gemir pero más calmada, salí de su intimidad, recibiendo una protesta por parte de ella. Al separarme no pude ver una imagen más erótica, a medio vestir con las bragas colgando por uno de sus tacones, despeinada, con los labios hinchados y sus pupilas dilatadas.

Ninguno de los dos tenía el valor de decir nada, quizá ambos estábamos avergonzados o teníamos miedo de romper el momento siendo inoportunos. Ella se mordió el labio y un rastro de tristeza apareció de nuevo en su rostro.

Se levantó subiendo su ropa interior y acomodando el vestido, tenía que salir de ahí viéndose presentable, la tomé de la cintura lo suficiente fuerte como para provocar un gemido de dolor.

—Vamos a mi casa — le sugerí acariciando su espalda.

—Pero...

—Es temprano aún, vamos... no fue la forma correcta de hacerte mía.

—Está bien — accedió dejándose llevar por el placer que aún quedaba en su cuerpo.

...

Le propuse ir a mi casa porque no había actuado de la forma correcta, seguramente Hermione creyó que estaría calmado, se equivocó indudablemente. En cuanto pisamos la casa la tomé de la cintura, para que enredara las piernas en mis caderas, fui bajando el vestido conforme íbamos subiendo al segundo piso, para cuando llegamos a la habitación ella ya iba desnuda, y entregada como la primera vez.

Me quité la ropa con rapidez y la volví a cargar para dejarla caer en la cama, me detuve un momento para admirar su belleza, sus pezones estaban erectos y su piel se erizó al ver cómo la estaba viendo. Mi mirada bajó a su vientre el cual se ocultó de inmediato con sus manos, queriendo ocultar las marcas de que había en su cuerpo, evidencia de que había sido madre.

Fue sintiéndose avergonzada cuando la veía, quizás creía ingenuamente que no era comparable con la mujer que había tenido en los años de guerra, había pasado tiempo y Hermione ya no era la misma, eso ya lo sabía, eran mujeres enteramente diferentes, y amaba ese cambio en ella.

La obligué a quitarse las manos, recostándome sobre de ella.

—Nunca había estado tan excitado como ahora, — le sugerí bajando por su vientre, ella respiró con dificultad conforme fui avanzando, abrió sus piernas por instinto y sonreí complacido.

Me hundí en su intimidad, disfrutando de su sabor, creyendo que jamás podría volver a estar así con ella, gimió cuando sintió que mordía su clítoris, quiso alejarme pero lo evité sosteniendo sus manos con fuerza.

Su mirada comenzó a nublarse y ella movió sus caderas esperando llegar al orgasmo con rapidez, ya no pensaba y esa chica sensata había muerto tal como lo había estado deseando. Se quedó tranquila cuando sintió las contracciones llegar a su intimidad, bebí gustoso el elixir.

La vi temblar sobre mi cama, jalé sus piernas hasta donde me encontraba de rodillas, y la penetré despacio, sintiendo el calor de ella llenarme por completo.

Las uñas de ella se enterraron en mi espalda con lentitud conforme iba avanzando, disfrutaba ver como Hermione perdía el control, sabía que quería que la tomara con violencia, en cambio ahora era presa de la sed del placer y aceptaba lo que podía darle en ese momento, al ritmo que yo decidiera, era un vaivén tan lento que ella sentía ir y venir el orgasmo sin que llegara por completo, sabía que cuando por fin decidiera dejar de jugar con ella, al placer la azotaría con fuerza.

Una promesa no cumplida (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora