La mejor de sus sonrisas

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Recuerdo que un día Sabina habia estado fuera por dos semanas. Pero no me preocupe, sabia que volvería y lo hizo. La vi bajándose de un taxi, ni siquiera llevaba maletas, tenia una cadena de flores de esas al estilo de Hawái e iba vestida de negro, su cabello rizado y esponjado, entro a la tienda y lleno el carrito, vi que temblaba de frio y tenia grasa de auto en su mano derecha, olía a autobús sin embargo parecía tan inmune a todo como siempre, en la cima, inalcanzable, era tan tonto al pensar que lograría llegar junto a ella algún día, la observe alejarse y a las 1 am cuando cerré la tienda la vi sentada en la ventana de su estudio, leyendo el libro mas grande que he visto alguna vez y tomando té, luego cogió una servilleta y limpio la grasa de su mano, colgó la servilleta y la cadena de Hawái en una pared que no pude ver bien, pero sonrió al verla, la mejor de sus sonrisas.

Sin AnclaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora