Mi Sabina

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Y se marchó.

Un bello día de abril, con cielo azulado, flores en todos lados y las calles llenas de personas dispuestas a disfrutar del buen tiempo, la vi bajando con sus maletas y anteriormente un camión de mudanza se habia llevado sus cosas, no le bastaba terminar conmigo, debía terminar con esta ciudad, lucia hermosa recuerdo, su pelo arriba de sus hombros, tenia un cintillo plateado, unos jeans oscuros, una blusa holgada rojo vino, unas botas marrones altas y un kimono blanco con una gran raya roja en horizontal en la parte de abajo.
La miré y pense lo distintos que éramos, éramos distintos... yo tan primavera y ella tan invierno; como la luz y la sombra, éramos opuestos, pero nos amábamos; yo amaba su frialdad y ella amaba mi calidez; algo nos faltó pero nunca supe que fue, solo sé que éramos distintos, tan distintos que no pudimos remediarlo.
Yo iba llegando a la tienda cuando la vi, allí parada tan bella como el primer día, sonreía y de nuevo parecía llena de luz, supongo que algunas personas simplemente no están hechas para quedarse, solo pasan por tu vida y la hace mejor por un tiempo, y luego se van, de la manera mas bella se van, con razones calladas y "por siempre" rotos, dejando a un pobre iluso como yo con muchos recuerdos, muchas lecciones y mas que nada, muchos bocetos y uno mas que me faltaba dibujar, el de ese momento en el que de nuevo cuando se subió al taxi volvió a ser mi Sabina.

Sin AnclaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora