Vale La Pena Enloquecer

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Una cosa que me hacia sentirla mas cerca era dibujarla, y lo hacia. Mucho. Todos mis dibujos se habían vuelto de ella. Sabina sentada leyendo, Sabina en la mesa de la cafetería, Sabina y yo cogidos de la mano, Sabina y como se sentían sus besos. Llego un momento en el que me considere loco, obsesivo, compulsivo. Pero luego miraba el retrato de ella que tenia sobre la mesa de mi cuarto, era Sabina, en uno de los partidos de la escuela, tenia un pantalón corto y una camisa mía color rojo oscura, dos rayas a cada lado de la mejilla doradas y rojas oscuras y unos tenis blancos, su pelo liso estaba rodeado por una corona india con plumas, y ella extendía sus brazos hacia mi para abrazarme y sonreía. Mientras mas veía la foto mas me daba cuenta de que por algunas personas vale la pena enloquecer.

Sin AnclaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora