Sin respuesta concreta

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La tienda hacia entregas a la casa, y un día Sabina llamo, me toco entregarle una pizza que habia ordenado, estaba nervioso y mis manos sudaban, por un minuto pensé en echarme a correr en dirección contraria y hasta renunciar al empleo, pero me sentía tentado a ver como era donde vivía, lo imaginaba lleno de libros, postales, un desastre total, pero maravilloso a la vez, como ella.


Toque y me abrió, estaba en pijamas, se veía muy tierna con unos pantalones largos de conejitos y un suéter con un gato enorme, ella me sonrió y se volteo a buscar el dinero, pude ver un estudio en perfecto orden, y la pared de la ventana, esa donde pego el collar y la servilleta, estaba cubierta, como si no quisiera que la vieran sin embargo pude distinguir tachuelas o algo así saliendo de esta, mi mirada se detuvo en una pila de libros que estaba a la derecha, tenia algo escrito que apenas pude leer.



"Me gustan los chicos malos, de ojos tristes con la boca llena de mentiras" Me dijo, me di cuenta que leía lo que decía el papel "Son los libros que tienen rompecorazones de protagonista" Me paso el dinero "Dime tu chico de la tienda ¿Te consideras un rompe corazones?"


"No" Pero puedo serlo si quieres, era lo que le quería decir.


"Que maravilla" No me di cuenta cuando cogió la pizza de mis manos pero segundos después de decir eso estaba cerrando la puerta en mis narices, sin respuesta concreta.

Sin AnclaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora