Capítulo 4

151 10 2
                                    

El domingo lo pasé en casa terminando de arreglar las cosas de Emma. Mi apartamento no era demasiado grande; tenía la habitación principal con baño personal que era mía, otras dos habitaciones, la cocina, el comedor, la sala y otro baño. Arreglé la habitación más cercana a mi habitación para dejarla como el cuarto de Emma.

Me tomó toda la mañana arreglar todo, Emma estaba muy alegre con todo lo que habíamos comprado y las cosas que le habían regalado.

El resto del día fue más tranquilo, hice los trabajos de la universidad cuando Emma dormía y cuando se despertaba la alimentaba o jugaba con ella. Emma era una niña muy risueña e hiperactiva, me agradaba jugar con ella. Llevaba muy poco tiempo cuidándola pero era como si yo la hubiera tenido.

El lunes tenía que ir a la universidad pero no sabía que decir o hacer. Tenía planeado dejar la universidad pero César se negaba rotundamente a eso, además mi padre seguro buscaría el por qué y me alejaría de Emma, y eso no lo podía permitir.

Mientras hacía la comida pensaba que decir a los profesores sobre Emma. Ellos no podrían aceptar de la nada que lleve a un bebé a clases, tendría que decir algo que me permita asistir a clases con ella.

- ¿Sabes Emma? Es difícil cuidarte, pero no me arrepiento de recogerte. Puede que no llevemos mucho tiempo juntas y puede que suene como una mentira pero en estos dos días me he encariñado contigo. Gracias por llorar esa noche. - Dije abrazándola antes de comer.

Emma sonreía y jugaba con mi cabello mientras me escuchaba hablar. Ya habíamos terminado de comer y arreglado para dormir. La bañé y le puse su pijama.

La cuna la tenía en mi habitación hasta que tuviera suficiente edad para dejarla en su cuarto. Se quedó dormida apenas terminó de tomar la leche, la acosté y me fui a cambiar e inmediatamente me quedé dormida.

Los llantos de Emma me despertaron a la tres de la mañana, la puse en mis brazos tratando de tranquilizarla pero no se calmaba, tampoco quiso tomar leche y no necesitaba un cambio de pañal, me preocupé e investigue para saber si estaba enferma pero solo decía que era porque las madres a veces acostumbraban a sus hijos a dormir de cierta manera.

Acomodé mi cama para acostarla a mi lado, frotaba su barriguita mientras le cantaba hasta que se durmió. Pocos minutos después de que confirmara que Emma dormía también me dormí. Me levanté de nuevo a las cinco de la mañana para alistarme y preparar el tetero, salí de mi apartamento bajando con cuidado el cochecito para que no se despertara.

Llegué a la universidad más temprano que de costumbre y fui directo a la oficina del decano; hablé con la secretaría para que el decano me atendiera, fue un alivio saber que en ese mismo momento podía hablar con él. Entre a su oficina y lo saludé muy formal.

- ¿Cuál es tu nombre y facultad señorita? - dijo mirándome con seriedad y profesionalismo.
- Ariana García de la facultad de derecho señor - respondí un poco nerviosa.
- ¿De qué quería hablarme señorita García? - señaló la silla enfrente de él mientras hablaba.
- Es para conseguir un permiso para poder estar en clases con mi hija. -
- Explíquese -
- Hace unos días encontré a está niña abandonada en un parque y no pienso entregarla a un orfanato. Contacté con su madre para que me explicara la situación y acepté cuidarla. Se que soy muy arrogante al pedir esto y que soy muy egoísta con mis compañeros pero no puedo abandonar a esta niña. Pronto cumpliré 18 años y podré ponerla en el registro familiar como mi hija así que, por favor permítame estar en clases con la niña - dije mirándolo con seriedad.
- Esto es impensable, ¿Sabe qué puedo informar a la policía sobre la niña? - preguntó con rudeza.
- Entiendo que es una locura e irresponsabilidad de mi parte pero simplemente no puedo enviarla a un orfanato y olvidarla - dije mirándolo con tristeza - no quiero ver sufrir a esta niña -
- ¿Y qué piensa hacer cuando llore o cuando cuando necesite beber leche? No es un juego jovencita, criar a un niño no es fácil, además no eres lo suficientemente responsable; ahora es muy fácil y lindo pero llegará un momento donde esa facilidad y lindura se acabará y más si esta sola -
- No estoy sola, tengo varias personas que me ayudan y la mayoría son padres de familia quienes me advierten como lo ha hecho usted. En cuanto al tema del llanto y comida la sacaré por unos minutos y le daré de comer y la calmaré -
- No estoy de acuerdo ¿ No tiene alguien a quién dejarla? ¿Puede pedirle a sus padres que la cuiden? -
- Vivo sola, mi padre está casado con otra mujer y tienen un niño; mi madre murió hace unos años, además mi padre cuando se casó de nuevo me sacó de la casa así que en los únicos en quienes puedo confiar son las personas que trabajan conmigo pero por eso mismo no puedo, ellos estudian o trabajan en otros lugares - dije con incomodidad.
- Bien, sabiendo esto le daré el permiso pero bajo su responsabilidad. Tendré que informar de esto a el director de programa y sus profesores - dijo escribiendo en unos papeles.
- Preferiría que solo usted sepa la verdad -
- ¿Cómo así? - me miro confundido.
- Yo misma diré que es mi hija y que hasta el momento la cuidaba su padre pero que se aburrió y se fue - lo miré un poco apenada.
- Ja,ja,ja tiene una imaginación muy grande - dijo burlándose.
- No se me ocurrió otra cosa, no quiero que la miren con lastima ni que se acerquen por curiosidad -
- Entiendo, eres una jovencita con carácter, los jóvenes de hoy en día solo piensan en ellos mismos e ignoran lo que pasa a su alrededor, no olvides lo que has hecho ni te arrepientas, me gusta tener estudiantes así en está universidad. Bien les diré su mentira y la mandaré a llamar en el transcurso de la mañana - sonrió al mirarme y volvió a escribir.

Mi emoción era muy grande, pensaba que se negaría y que tendría que dejar a la universidad.

- Gracias, gracias, decano. No olvidaré nada de esto. En verdad estoy muy agradecida -
- Voy a hacerlo con una condición, usted no dejará que sus notas ni las de sus compañeros bajen por distraerse con la niña el segundo corte de este semestre acaba de empezar, cuando acabe, yo mismo revisaré si bajaron las notas. Cuando eso pase la llamaré y le pediré que no la vuelva a traer. Estaré vigilando la en cada clase. ¿Entiendo? -

Su condición era muy grande, pero no podía rendirme con esto, si lo hacía mi padre se daría cuenta y me alejaría de Emma.

- No puedo prometer que no se distraerán no está en mis manos controlar eso pero procuraré evitar llamar la atención en clases -
- Bueno, puede retirarse -
- Muchas gracias, estoy en deuda con usted - dije sonriendo en agradecimiento.

Salí de la oficina aliviada y feliz de que pueda asistir a clases con Emma; caminé rápido al salón evitando las miradas de varios curiosos.

Cuando entre al salón estaba vacío, aproveché ese momento para mirar si Emma había despertado pero no lo había hecho. Suspiré del cansancio que tenía acumulado; estaba apunto de sentarme cuando escucho alguien entrar.

-¿Qué estás haciendo Ariana?-

Me disculpo por mi suuper tardanza, estaba muy ocupada con mi Universidad y trabajo. Procuraré escribir más seguido.
Recibo cualquier comentario o crítica. Gracias por leer mi historia.

UN DULCE ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora