Capítulo 14

67 8 0
                                    

Cuando John me besó sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho, sentí lo mismo que cuando estaba junto a César. La confundida era yo. Estaba experimentando un sin fin de sentimientos que no lograba entender, necesitaba saber qué era lo que sentía por John, por César. En la semana que pasó John no fue ni a la casa ni a la cafetería, me había enviado un mensaje diciendo que estaba de viaje con su padre, por alguna razón me sentía un poco vacía. Emma lo extrañaba, igual que yo. Me había acostumbrado a estar junto a él varios días a la semana ya sea en la cafetería o en casa, su presencia era una constante en mi vida.

Cuando volvió mi corazón se llenó de alegría, verlo fue simplemente maravilloso, y lo entendí, ese hombre me gustaba a tal punto de olvidar mis sentimientos superficiales por César, parecía como si nunca hubiera sentido qué era amar. Llamé a Brenda para hablar sobre el tema, de inmediato volvió de su viaje solo para hablar del tema.

- Entonces te gusta ese hombre guapo - sonrió emocionada, nunca había hablado de amor con ella.
- Sí, pero por alguna razón tengo miedo -
- Miedo de qué, si te gusta solo ve por él y ya, el amor no es de pensar es de sentir - sonrió con ternura, como si hablara con una niña pequeña.
- Mi miedo es llegar a quererlo más de lo que él me quiere y si llegamos a salir y terminamos porque no soy lo que esperaba? -
- Wow para ahí niñita, tú no sales con alguien solo para que sus expectativas sobre una mujer sean cumplidas. Si sales con alguien es porque él ya vió tus defectos y le gustas, una relación no es algo en donde se supera o cumplen las expectativas que se tienen mutuamente, es amar esos defectos - sus palabras fueron un alivio para mi corazón, la abracé dandole las gracias.

Brenda me sacó de la habitación diciendo que era normal preocuparme ya que no había tenido una relación amorosa, por otro lado, Bob estaba sirviendo el almuerzo mientras Emma revoloteaba a su alrededor. Los cuatro nos sentamos a comer y hablar de temas aleatorios, parecíamos una familia. Esa tarde John fue a la casa, me puse nerviosa al verlo pero tenía una expresión que nunca había visto, como si se hubiera rendido o perdido la fuerza de luchar, me preocupe al verlo así. Bob y él se fueron al balcón a hablar mientras Brenda, Emma y yo nos quedamos en la sala viendo televisión y preguntándonos qué había pasado.

El timbre sonó y sonó repetidas ocasiones, sonó al punto de preocuparnos, fui a abrir y lo primero que recibí fue un golpe en mi rostro y de mi nariz un hilo de sangre bajaba. Mi padre había llegado enojado al máximo, intenté levantarme pero su mano en mi cuello y su cuerpo encima del mío me lo impedía. Le grité a Brenda para que se encerrara en mi habitación junto a Emma, de inmediato corrió mientras le gritaba a Bob que viniera a mi lado.

- Maldita seas! Por su culpa y esa niña mi vida se arruinó! Si no existieran, muérase, MUÉRASE ARIANA MUÉRASE - vociferaba mientras apretaba más su agarre, sus ojos estaban nublados por el odio y la desesperación y los míos estaban nublados por la falta de aire.

John y Bob lo alejaron rápidamente de mí y el aire volvió bruscamente a mis pulmones, no entendía qué estaba pasando, no podía procesar esa situación.

- Me mentiste, esa estúpida niña no es tuya! Disfrutaste engañarme? Maldita perra, te voy a matar. Por tu culpa perdí la mejor oportunidad de mi vida, todo se arruinó ¿Por qué no solo mueres como tu madre? - sus palabras eran una herida más en mi corazón. Sentía que mis lágrimas se desbordaban.
- ¡Entonces mátame, mátame y olvídame como a mamá, eso es lo mejor que sabes hacer, olvidar. Vamos, déjenlo que venga y me mate! - tanto Bob como John me miraban sin entender qué era lo que pasaba por mi mente - ¡dejen que venga y vuelva a poner sus manos en mi cuello y apriete hasta que deje de respirar! -

Me acerqué a ellos y puse las manos de mi padre en mi cuello.

- Vamos, aprieta y mátame. Si lo haces dejaré de ser un fastidio en tu vida, dejaré ese error del que quieres deshacerte ¡Aprieta! - exclamé al ver que no se movía - no puedes hacerlo ¿Verdad? Puedes ser una porquería de padre pero no un asesino; te guste o no, yo seguiré viviendo por el bien de esa niña, seguiré viviendo sin ver si eso te afecta o no. Si, Emma no es mi hija de sangre pero la amo como tal - suspiré antes de darle la espalda - mejor vete de aquí, olvida mi existencia, olvida que soy tu hija, olvidar es lo mejor que sabes hacer - entré al apartamento y me derrumbé cerca de la puerta, escuchaba a John amenazarlo con darle una paliza si volvía a molestarme, escuché cuando entraban pero mi mente no procesaba nada, era un sin fin de imágenes, de recuerdos. No pude más y me desmayé.

Estaba soñando, soñaba con mi madre, su sonrisa, su baile; soñaba con mi padre bailando y riendo junto a ella, era un recuerdo, un recuerdo dolorosamente alegre. Al abrir mis ojos, Emma estaba acostada en mi pecho, había llorado hasta caer dormida, John estaba durmiendo a mi lado derecho mientras que Brenda dormía a mi lado izquierdo ambos con sus brazos en mis caderas; Bob dormía encima de nuestras piernas o fingía hacerlo, al ver que me moví se levantó.

- Quieres seguir durmiendo? - negué con mi cabeza - entonces ven a comer algo -
- Tampoco quiero - susurré - ¿Estaban preocupados por mí? - al ver que todos estaban en mi cama abrazándome hizo que de alguna forma me sintiera protegida.
- Ok, entonces no te levantes -

Volví a acostarme acariciando la cabeza de Emma, sonreír dolía pero no dejaba de hacerlo, mis labios tenían esa curva y mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Me sentía desechada pero a las vez me sentía amada, después de llorar dolida y agradecida volví a dormir dejándome llevar por el calor que esos cuatro me brindaban.

Gracias a todos los que han leído, me han dado comentarios y likes. Espero que sigan disfrutando ésta historia.




UN DULCE ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora