Capítulo 10

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John se quedó por una semana en el apartamento, en el transcurso de esta semana él habló con Bob de sus problemas, después de que hablaron se volvieron muy cercanos. Por otro lado Brenda constantemente me molestaba con mi supuesta relación amorosa con John algo que negaba.

César estaba enojado por dejar que John se quedara tanto tiempo en el apartamento, desde que supo que me trataba con desprecio por tener a Emma su comportamiento hacía él era tosco. Cada vez que John iba a la cafetería, estaba muy pendiente de cada movimiento que él hacía cuando yo estaba, siempre lo regañaba por ser así.

- Es que no logro entender cómo dejas pasar esto, haces como si fuera algo sin importancia - refunfuñó
- No es que no me importe, es que la actitud de él es la de una persona normal, no todos van a aceptar que yo, una "niña"- hice la comillas con mis dedos - tenga un bebé, por lo menos él fue honesto y me dijo lo que pensaba al respecto, no es como otros que nos tratan bien y luego hablan a mis espaldas -
- Tienes razón pero la forma de decirlo no es ... - lo interrumpí
- Solo mostraba su desacuerdo pero no acepto que hable de Emma -
- Tampoco yo - sonreí al verlo haciendo pucheros resignado.

Cada vez que César actuaba así, hacía que mi corazón latiera sin control, seguía enamorada de él, aunque sabía que ese amor era imposible pero mi corazón simplemente no lo dejaba ir, era una obsesión; aunque cada vez que me relacionaba con John mi corazón comenzaba a tambalear, no era normal, era un sentimiento confuso, cada vez que conocía un poco más de él más interesante me parecía.

Se acercaba el final de semestre y cada vez tenía el tiempo muy limitado, los finales estaban a la vuelta de la esquina, Emma había cumplido un año, le hicimos una pequeña fiesta en la cafetería y por primera vez intentó decir mi nombre, dijo "anana" y desde entonces me dice así.

Cuando estábamos exponiendo el proyecto, Emma no se despegaba de John incluso la profesora intentó alzarla pero apenas sentía que se alejaba de John empezaba a quejarse; el cariño que tenía hacía John era demasiado grande. Afortunadamente la exposición era lo último que teníamos que presentar para finalizar el semestre solo teníamos que esperar las notas finales.

-¿Qué tal si salimos a bailar para celebrar que terminamos semestre? - dijo Sara sonriendo con picardía a John.
- No puedo ir tengo que trabajar y cuidar a Emma - dije acercándome a John para que me entregara a la niña.
- Pues déjala con tus padres - su voz sonaba con si fuera lo más obvio. Me enoje con ella, estaba a punto de responderle pero Bob se adelantó.
- Yo tampoco puedo, mi novia y yo vamos a visitar a su familia - sonrió en mi dirección como diciendo que no me lo tomara tan a pecho.
- Y tú - tocó el hombro de John - ¿Vamos juntos? -
- No quiero, quiero dormir temprano hoy - me miró como si quisiera preguntarme algo.

Sara se fue aburrida a buscar a sus amigos con los que siempre pasaba, Bob, John y yo nos fuimos a la cafetería, luego de terminar el trabajo me acompañaron al apartamento; Bob ayudó a Brenda a terminar de empacar su maleta y se fueron. Los padres de Brenda se fueron a vivir a otra ciudad, Brenda lloró porque no quería dejar a Bob y dejar el colegio; su madre me buscó para dejarla vivir en el apartamento a lo que accedí de inmediato, cada cierto tiempo se va junto a Bob para visitarlos. Aunque ella y yo estudiábamos en la misma universidad ella estudiaba para ser entrenadora de fútbol femenino, viajaba fuera del país por sus competencias ya que pertenecía al equipo femenino nacional.

Solo estábamos John y yo en la sala, Emma se había quedado dormida y estaba en la cuna. Nos rodeaba un incómodo silencio.

- ¿Puedo preguntarte algo? - dijo cortando abruptamente ese silencio.
- Pregunta -
-¿Dónde están tus padres? - esa pregunta me había dejado desconcertada. Sin pensarlo le respondí.
- Mi madre murió cuando tenía catorce y mi padre se volvió a casar formando una nueva familia - dije un poco nerviosa.
- Lo siento, yo no debí preguntar es solo que la cara que pusiste cuando Sara habló de tu familia fue una verdaderamente irreconocible - agachó la cabeza pasando su mano por la nuca. Suspiré tratando de calmar mis emociones.
- No te preocupes, simplemente no me gusta hablar sobre mi vida ni mucho menos de mis padres pero bueno, cuéntame de tu familia -
- No hay mucho que decir, mis padres se divorciaron cuando estaba en primaria, viví con mi madre y su nuevo esposo hasta los 16 y luego me fuí del país para estudiar arquitectura, cuando volví al país empecé a vivir con mi padre - Su voz tenía un deje de tristeza, él no se había dado cuenta de eso.

Seguimos hablando de nuestras familias y sin darnos cuenta estábamos sentados en el mismo sofá uno al lado del otro rozando nuestros hombros, la conversación era tan amena que el tiempo pasó rápido y el cansancio en nuestros cuerpos interrumpió en esa agradable conversación. De un momento a otro nos habíamos quedado dormidos, cuando desperté su cabeza estaba en mis piernas mientras que la mía estaba en su abdomen, me dolía el cuerpo, traté levantarme sin despertarlo pero el llanto de Emma lo despertó haciendo que su frente golpeará mi mentón cuando intentó levantarse. Sin decir una palabra corrimos hasta la habitación, la saqué de la cuna mientras sobaba mi mentón.

-Perdón, no me di cuenta que... -
-No importa, ni siquiera sé cómo terminamos dormidos ahí - salí de la habitación sobando la espalda de Emma.

Preparé el desayuno mientras John se bañaba, mientras comíamos le pedí que se quedara con Emma para que yo fuera a bañarme, accedió sin chistar. Me bañé, me puse un jean una camisa negra y unos converse negros; preparé el baño de Emma, la bañé y le puse una camisita blanca con un shorts rojo que hacían juego con sus zapatos.

- Por que no salimos a dar un paseo, ¿te parece?- dijo sentándose en una esquina de la mesa.
- Sí, me gustaría hacer eso. Voy por las cosas de Emma y vuelvo - dije corriendo al cuarto, arreglé las cosas rápidamente.

Me sentía muy feliz, mi corazón latía con fuerza, John estaba haciendo que olvidara mis sentimientos por César. Ya estábamos por salir cuando el timbre sonó; nos miramos extrañados mientras le entregaba a Emma a John. Abrí la puerta lentamente al ver a la persona que estaba frente a la puerta quedé paralizada, comencé a sudar frío, mi cuerpo temblaba y mi voz no quería salir, jamás creí que volvería a ver a esa persona.

-Pa... Papá - musité con voz estrangulada.

UN DULCE ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora