POV LAUREN
La mujer que tenía en mis brazos estaba a dos días de cumplir los 24 años, la misma edad que yo tenía cuando regresó a mi vida claramente para quedarse. Cada noche que duerme en mis brazos tengo el mismo deseo que tuve cuando fue nuestra primera vez, esas ganas de no dormir y desvelarme cuidándola, solo observándola, sabía que tenía que esperar todo un día para volver a tenerla igual, es sentir que mi día valió la pena si ella al final está conmigo. Estos años han sido diferentes a todos los anteriores, ya no solo era yo, era también ella. Fueron bastante buenos, no todo fue perfecto, yo jamás fui una persona fácil, descubrí que Ally tenía una paciencia sobrehumana, claramente Camila no la poseía. Tuvimos varios problemas, algunas peleas, aunque pequeñas, la gran mayoría causadas por sus celos descontrolables, y por los míos, los cuales descubrí en estos años, también por la terquedad que ambas poseíamos y por lo desordenada que era Camila con su vida. Eso me puso exageradamente nerviosa los primeros dos años, siempre tuve todo bajo control y no poder hacerlo con ella era desesperante, el primer año esa fue mi tortura, después aprendí a vivir con ellos, ahora hasta me burlo de lo distraída que puede llegar a ser. Todos sus defectos para mí son maravillosos, es absurdo todo el romanticismo que poseo cuando me refiero a ella, Ally suele burlarse a menudo de mí, pero era difícil no emocionarme ni alagar cada cosa que hacía. La vida en nuestro pequeño departamento en Nueva York fue bastante alocada, era de un piso y solo tenía dos habitaciones, cocina y sala comedor, a nosotras nos gustó porque poseía una gran vista a todo Nueva York. A veces agradecía que tenga dos habitaciones y a veces no. Era una bendición cuando discutíamos y Camila me botaba de nuestra habitación o cuando estaba molesta y sabia que si iba con ella con unas caricias estaría perdonada y no me parecía justo así que ocupaba la restante habitación, era mil veces mejor que el incomodo sofá de la sala. Pero también, esta habitación daba la bienvenida a innumerables visitas inesperadas, Ally, Normani, Dinah, Jannel, Marielle, Sandra y hasta Lucy, claro, ya no duerme conmigo. Marielle y Sandra se quedaron todo un verano con nosotras y las demás venían esporádicamente, por trabajo, visita, o simplemente para fastidiar un rato como era el caso de Jannel y Normani. A pesar de todo la pasábamos bien, me gustaba cuando venían a visitarme ya que cada persona era fundamental en mi vida, de nuestras vidas. Ally y yo volvimos a ser las que siempre fuimos, estar con su hermana era algo que supimos sobrellevar, ahora ella vive en Los Angeles con Troy, hace un año se casaron y sé que en cualquier momento llegarán buenas noticias para todos. Normani es mi hermana, sigue teniendo su vida alborotada pero ahora ya tiene una relación un poco más formal con Arin, ella también vive en Los Angeles. Dinah se volvió en una persona sumamente importante para mí, me ayudo cuando la necesite y hasta ahora lo sigue haciendo, jamás perdimos el contacto, hablar con ella siempre fue muy bueno para mí, era divertida, madura y siempre me hacia razonar, algo que pocas personas lograban hacer. Lucy es la amiga que siempre fue, ahora ya no con tantos derechos como antes, pero sigue habiendo una inmensa confianza entre nosotras, ya hace bastante tiempo que esta de novia con una tipa de Puerto Rico, no he tenido el agrado de conocerla aún, pero Lucy me ha hablado maravillas de ella y eso me hace sumamente feliz, ella se merece a la mejor persona a su lado. Clara sigue siendo la persona importante que ya era para mí, ahora mucho más, sigo trabajando con ella, aunque para mí nunca fue un trabajo ya que todos en el estudio eran como mi familia. Íbamos mucho a Lousiana, cada vez que podíamos nos dábamos alguna escapada, Camila extrañaba mucho a su familia y yo aprovechaba para ver a mis hermanas. Hace un año las lleve a Disney, Camila las adoraba, decía que los ojos verdes cambiantes eran su debilidad y que el apellido Jauregui aportaba mucho para hacerlas aún más queribles.
Camila termino de estudiar música y decidió dedicarse a la producción de esta, muchos dicen que esos son los músicos frustrados pero el caso de Camila no era ese, a ella le encantaba cantar, pero dice que más disfruta componiendo, ella tomo la decisión y yo estaba más feliz por ella, en el fondo agradecía que haya tomado esa decisión ya que no soportaba el hecho de imaginar compartirla. Jamás fui tan posesiva ni celosa como lo soy con ella, más que todo porque jamás tuve algo para proteger, pero ella era tan mía que no podía permitir que nadie la tocara más de lo estrictamente necesario. Ahora, Camila trabajaba con Normani y Dinah en la misma productora, ser una excelente alumna de una de las universidades más prestigiosas le abrieron muchas puertas, pero ella decidió trabajar ahí, en Los Angeles, en donde todo comenzó. Fue raro volver, volver siendo otra persona, sin duda todo lo que viví jamás estuvo en mis planes iniciales, pero al carajo mis planes, mi vida no tenía ningún sentido antes sin ella. No me arrepiento de nada de lo que he cambiado y de lo que he hecho por ella, siempre lo digo, haberme cruzado con las Cabello's fue la mejor decisión que he tomado, dos de ellas cambiaron mi vida de diferentes formas, una se convirtió en mi hermana y la otra en el amor de mi vida, algo curioso para alguien que se corría del compromiso y que no creía en el amor.
POV CAMILA
Habían pasado cuatro años y medio desde la primera vez que fuimos a Louisiana, fue bastante complicado todo, después de un día fantástico con Lauren los siguientes ya tenían el aire a despedida. Cuando llegamos a Los Angeles fue sumamente nostálgico, jamás vi a Lauren tan emocional, creo que recién se daba cuenta de la cantidad de amigos que tenía. Creo que despedirnos de Ally fue más difícil para ella que para mí, cuando nos mudamos fue todo un proceso, mi hermana tenía una paciencia exagerada para sus cambios de humor, la cual yo no poseía y discutíamos todos los días. Recuerdo que llame más de diez veces a Ally desesperada pidiéndole que me diga que hacer, recibiendo siempre la misma respuesta "déjala sola, así piensa mejor, pronto va a razonar" decía con calma y algo de risa, yo desesperada y ella reía como si fuese algo común, me desesperada no poder hacer nada cuando se cerraba con cualquier cosa, pero Ally si tenía razón, sola razonaba mejor, y era ella la que después sin hacer nada venia y pedía disculpas por su humor, como siempre no podía negarle nada a esos ojos verdes culposos, era horrible no poder molestarme con ella más de 10 minutos, hasta cuando hacia algo mal o cuando sus celos ya se volvían enfermizos. Estudiar música sin duda fue la mejor decisión que tome, nada me hacía más feliz que asistir a clases y aprender más, bueno, quizás si había algo, y no era precisamente "algo", era alguien. Lauren hacia todo más sencillo, aunque casi solo nos veíamos en las noches, ella me hacía sentir en casa. Ella trabajaba hasta las tardes y pensamos que quizas lo haría en casa pero la empresa que hizo el contrato con Clara pidió que Lauren trabajara en sus oficinas asi que prácticamente tenía que cumplir un horario regular, para ella era pesado ya que Clara siempre fue muy flexible con su horario por lo mismo que ella aun estudiaba, acá ella ya era una trabajadora más y tenía que cumplir, yo estaba en clase y aunque si podía darme el tiempo de verla para el almuerzo, ella no podía, así que solo nos veíamos en las noches. Recuerdo las muchas veces que lleve a algunos de mis amigos a casa para hacer unos trabajos y cuando Lauren llegaba prácticamente los destruía con la mirada, era sumamente gracioso ver lo posesiva que era, odiaba que no fuese tan sociable, pero me encantaba cuando se ponía celosa. Jamás se llevo bien con ninguno de mis amigos ni amigas, ella decía que todos eran unos engreídos, lo cual con la mayoría tenía razón, pero igual no se esforzaba por crear alguna relación. Casi todos de ellos le tenían miedo, y algunas otras desubicadas al principio me preguntaban cosas sobre ella, al parecer creían que era mi hermana o algo por el estilo, cada vez que íbamos a una fiesta todos la observaban extraño, supongo que porque Lauren luce mucho más mayor que yo y que todos, pero en realidad jamás me importo su edad, era algo que desde que empezamos a salir nunca lo tome como un problema. Ella siempre me hacía sentir como una bebe, pero no era algo que me molestaba, me encantaba que me engriera, que me cuidara y que se preocupara cada segundo por mí, me hacía sentir tan amada. Eso era algo que ella hacía con facilidad, me hacía sentir especial, hermosa, única y sobretodo amada. Me encantaba la forma que tenía al verme, sus ojos verdes eran sumamente expresivos, ella siempre decía que mis ojos eras más hermosos pero era obvio que no tenía razón. –Sabes que es lo más bonito de mis ojos?- me preguntó un día que estábamos acostadas mientras que yo la observaba detenidamente, como siempre. –El color?- pregunté y ella negó. –La forma?- y ella volvió a negar haciéndome fruncir el ceño. –Entonces que es lo más bonito?- pregunté rendida. –El reflejo de los tuyos.- dijo con su gran sonrisa haciéndome delirar como cada vez que me decía cosas como esas. Jamás olvido esas palabras, ella me hacía sentir más segura de mí misma y mucho más confiada. Le debo muchísimas cosas, ella jamás entenderá lo agradecida que estoy por haberme dejado entrar en su vida, por ser la única a la que le dio ese privilegio. Ella cambio muchísimo y se esforzaba cada día por ser mejor, aunque ella no tenía idea que ella siempre había sido la mejor. Me decía siempre que yo había cambiado su vida, pero ella no tenía idea de que ella había cambiado la mía.
POV LAUREN.
-Ya vas a cumplir 24 años.- dije acomodando un mechón de su pelo detrás de su oreja. –Sí, y tú 29, estas vieja.- dijo y sonreí. –Sigo siendo sexy?- pregunté. –Mucho.- dijo haciendo círculos en mi estomago, estaba con un top y un short, los usaba como pijama, ya estábamos en verano. –Han pasado tantos años y aún así sigo sintiéndome nerviosa cada vez que te tengo cerca.- admitió ocultando su cara en mi cuello y reí, me encantaba su inocencia, sin duda no era una niña, pero para mí siempre sería mi pequeña. –Te gustaría ver lo que eras antes?- pregunté. –A que te refieres? –No sé, he visto tantas películas que se me ocurrió eso de estar por un momento con tu antigua yo. –Como hablar con la Camila de 19? –Sí, exacto!- aseguré. –Sería interesante, tú que le dirías a la Lauren de 24?- pensé. –Quizás que no pierda su tiempo en ir tanto al gimnasio y esas cosas.- dije y ella me miro sorprendida. –Eso?- preguntó incrédula. –Sí, llegaré igual de sexy a los 29, no necesito tanto ejercicio.- dije encogiéndome de hombros haciendo mi don favorita, hacerla reír. –No puedo creer que pensaras en todo eso de ver a tu antigua yo y le dirías eso, es tan egocéntrico Lauren.- dijo burlándose. –Ok, no te burles, tú que te dirías? –No sé.- se puso a pensar. –Ya sé, quizás que terminara estando con una novia controladora, celosa y sumamente impaciente, le diría que disfrute el poco tiempo de libertad que le queda.- dijo sonriendo pícaramente y la miré sorprendida, haciéndome la ofendida. –Ah ok, quieres libertad? Anda diviértete ahora.- dije sacando mis brazos de su cuerpo removiéndola, ya que la tenía abrazada, y ahora cruzándome los brazos sobre mi pecho con el ceño fruncido. –hey!- dijo alzando su cuerpo para verme, puse todo de mí para no reír con su mirada nerviosa y preocupada. –Te has molestado?- preguntó. –Dale amor, estaba molestándote.- dijo acomodando un poco su cuerpo sobre el mío mientras acariciaba mi mejilla. Sus labios hicieron una línea recta desde mis hombros hasta mis labios, era tramposa, sabía qué hacer para convencerme, y aunque no estaba molesta, eso fue suficiente para poner mi piel de gallina. Sonreí como toda una perdedora orgullosa. –Te amo.- dijo y beso mis labios. –Yo también.- dije volviendo a reclamar sus labios. –Hablando en serio, a que querías llegar con todo esto?- preguntó. –No sé, en realidad solo se me ocurrió, creo que no sería tan malo.- aseguré. –Creo que más que encontrarme conmigo misma me gustaría ver a mi Lauren de 24.- dijo y sonreí al escuchar el "mi" de sus labios. –Y que le dirías?- pregunté curiosa. –Que me dará los mejores cuatro años y medio de mi vida, que es sin duda la persona más especial y que jamás me cansaré de agradecerle por haberme elegido y por hacerme tan feliz cada día que me tiene a su lado.- bese sus labios y cuando la solté ella continuo. –Que la amo con tanta intensidad que me llega a sorprender y que aunque suena loco creo que no habría nada que pudiera hacer para que eso cambiara.- su mirada me destruía al igual que todo lo que dijo. Mi corazón estaba completamente derretido, como cada vez que me dice que me ama y como cada vez que me alaga, haciéndola la única capaz de derretir mi frío corazón. –Te amo tanto.- dije envolviéndola en mis brazos y besando con delicadeza sus labios. –Tú que le dirías a la Camila de 19?- preguntó y pensé. –Le diría gracias, gracias por reaparecer, por hacerme más feliz, por hacerme sentir viva, por hacerme renegar.- reí y ella también. –también por ayudarme con mis hermanas, por completarme, por hacerme sentir amada, por todo.- ella sonrió y besó mis labios. –Quizás también algo más, algo que le digo siempre a la Camila de ahora.- dije y ella sonrió, sabía que era. –Dilo.- pidió sonriente, mientras rozaba su nariz por mi mejilla, haciéndome sentir una mujer valiosa por tener algo que nadie tendrá jamás, por ser la dueña de algo que estoy segura cualquier ser humano querría y sobre todo por saber que siempre sería mío, su corazón. Yo pensaba que los finales felices no existían, jamás creí en los cuentos de hadas, ni menos de que existe un amor para cada persona, pero ahora todo es tan diferente, y todo es por ella. –Dale, dilo.- pidió mirándome fijamente. Me incliné y deposité un suave beso en sus labios. –Gracias, tú CAMBIASTE MI VIDA.
________________________Espero que les haya gustado esta historia y hayan disfrutado.
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Cambiaste Mi Vida (Camren)
Hayran KurguCamila Cabello, una joven con sueños y aspiraciones llena de ganas de empezar a vivir su vida y elegir que haría con ella. Recién graduada de la secundaria, Camila aún no decidía que carrera iba a seguir. Tenía dos opciones totalmente diferentes; mú...