CAPÍTULO 5

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A las puertas del palacio dos figuras conversaban en voz baja y con desgana. A cada momento volvían la vista al reino, aguardando la llegada de los que sobrevivieran.

-        Yo me ocuparé de esto.

-        No, no lo harás sin mí. Sabes que soy el mas fuerte de los dos.

-        Eso ya no importa. Toda tu vida me has protegido, ahora me toca a mí actuar.

-        ¿Estás loco? Esas marinas son más poderosas de lo que imaginas...

Su conversación fue interrumpida cuando vislumbraron una figura que se acercaba a todo correr, con pasos temblorosos a la par que rápidos. Por su facilidad para caminar entre la nieve, supieron que era uno de los suyos.

-        Alberick... ¿qué hace aquí? No creo que haya terminado con todos. Aún siento el cosmos de seis.

-        Lo averiguaremos, pero desconfía. Ya sabes cómo es él.

Megrez continuó ascendiendo hasta llegar ante ellos. Se detuvo mirándolos, jadeante.

-        Debo hablar con Hilda – murmuró Alberick.

-        ¿Qué ha sucedido, Alberick? Creí que luchabas con las marinas...

-        Y eso hacía, pero traigo un mensaje de parte del Dragón de los Mares. Quiere negociar. Debo ver a Hilda.

Las dos figuras intercambiaron una mirada de desconfianza. Uno de ellos asintió.

-        Adelante, está en la sala del Trono, con Sigfried.

Alberick pasó de largo y penetró en el palacio.

-        No sé qué pensar... ¿Crees que Kanon lo dejaría marchar vivo realmente? – preguntó uno de ellos.

-        Sabes que no. Pero hasta hace poco habíamos sentido los cosmos de Alberick y Siren, luchando el uno contra el otro. Y cuando parecía que el de Megrez iba a extinguirse, el combate se detuvo bruscamente.

-        Temo de veras que nos haya traicionado.

-        Yo también, pero no podemos acusarlo sin tener una prueba. Lo último que necesitamos es una lucha interna. Perderíamos a uno de los mejores. Sin embargo, sería terrible que atacase a Hilda...

-        Por eso no te preocupes, Sigfried la protegerá.

>> De todos modos, no aguanto un solo segundo más aquí esperando mientras todos los demás defienden Asgard.

-        ¿Qué propones?

-        Kanon y Siren están juntos – repuso  -. Si los vencemos a ellos los otros no sabrán qué hacer. Siren es realmente poderoso, y Kanon es quien ha planeado todo esto.

-        ¿Y pretendes dejar el palacio desguarnecido?

-        Penril y Mime se acercan, siento sus energías. Y Sigfried está con Hilda. Debemos confiar en ellos.

El otro volvió los ojos al palacio, y después al mundo helado que se extendía a sus pies.

-        Está bien, vamos.

*                                   *                                 *

Penril dio la espalda al guerrero de Eta.

-        ¿Te encuentras bien?

-        Sí, ya te lo dije.

-        Entonces vayamos hacia el palacio. Tres generales se dirigen hacia allí mientras nosotros perdemos el tiempo. Conocemos el terreno mejor que ellos, llegaremos a las puertas con tiempo suficiente para aguardarlos.

Kanon de Géminis: Asgard vs PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora