Hagen se incorporó, pero las piernas le fallaron. Apoyándose en una roca cercana, logró por fin ponerse en pie, ante la sonrisa de Isaac. Un espasmo sacudió el cuerpo del guerrero y, tosiendo, escupió sangre. Resoplando, trató de superar el mareo que le espesaba la cabeza.
-Creo que estoy perdiendo el tiempo... – murmuró Isaac -. Tenía la esperanza de encontrar a un luchador de mi talla, pero veo que me he equivocado.
Hagen lo miró, rabioso, y comenzó a caminar hacia él, pero su pierna derecha se dobló bajo su peso.
-Ni siquiera he utilizado todo mi poder para atacarte, quería medir tu resistencia. Pero, al parecer, un solo golpe más bastará para enviarte al infierno. ¿Qué es lo que te sucede? Estoy seguro de que no eres así, algo te distrae. Vuelves levantarte, pero no me miras a mí, pierdes la vista en el infinito. Si no deseabas pelear conmigo, debiste haberlo pensado antes de intentar atraerme hacia este lugar.
-No lo comprenderías, tú menos que nadie –respondió el guerrero divino entre toses.
-Tienes razón, no creo que llegara a entenderlo. ¿En qué estás pensando? ¿Temes por alguien? Deberías aprender a concentrarte en el combate, o de lo contrario no durarás mucho. Así no llegarás lejos.
-¿Has amado alguna vez, Isaac?
La pregunta pilló desprevenido al general, que no supo qué responder. Tan sólo fue capaz de mantener la mirada de Hagen, aunque a duras penas.
-Hay algo que debes comprender, Kraken. Puedes aprender todas las técnicas que desees, entrenar hasta caer desmayado, pero si no tienes una causa por la que luchar, tarde o temprano las fuerzas te abandonarán. Y pelear por los demás, por su felicidad, es la única causa que yo conozco, la única justa.
>>Tú no peleas por nada, lo leo en tu mirada. Eres el general de Kraken, deberías estar convencido de que vas a acabar con la injusticia gracias a esta batalla. Pero, sin embargo, no sientes nada, lo sé. Empero, tienes razón al decir que no debería distraerme –mumuró, mientras sacudía la cabeza.
* * *
Kanon se puso en pie sin apenas respirar y con una sonrisa de superioridad dibujada en sus labios. Sin embargo, apretaba los dientes y los puños, en un esfuerzo por ocultar el daño que le había causado el guerrero de Mizar con su golpe.
-No es con un golpe así con el que me vencerás.
Zyd sonrió.
-Está bien, probemos de nuevo. ¡Garra del Tigre Vikingo!
El Dragón de los Mares no vio llegar su ataque, lo que le sorprendió. De pronto se dio cuenta de que el golpe le daría de lleno en el estómago, el mismo punto donde había recibido el anterior impacto. Le había impresionado la fuerza del ataque del guerrero, parecía que su cosmos se había fortalecido enormemente tras la batalla con los santos de Atenea. Ya esperaba ver sus escamas destrozadas a sus pies, dejando vulnerable su cuerpo, cuando un extraño círculo de luz se interpuso entre Zyd y él.
Ni siquiera Bud, que lo tenía enfrente, había visto moverse a Siren, pero al parece éste había trazado un círculo con su flauta franqueando el paso al ataque de Mizar.
Kanon miró a su compañero con fingida calma.
-No era necesario que te interpusieras, Siren, su golpe nunca me hubiese alcanzado–mintió.
Siren lo miró calmadamente. Sabía que estaba actuando.
-De todos modos, Kanon, no debemos perder el tiempo jugando con estos dos. Cuanto antes lleguemos al palacio antes habrá terminado todo esto. Déjamelo a mí.
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Kanon de Géminis: Asgard vs Poseidón
FanficTras la derrota de Poseidón, Kanon y una misterios sacerdotisa, logran reunir de nuevo a las marinas para vengarse de los habitantes de Asgard por haber ayudado a Atenea en su cruzada. Comienza una nueva guerra entre los guerreros de Asgard y las ma...